Entre el domingo 14 y el miércoles 17 sesionará en la ciudad de Santa Fe la 54º Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur. En esta ocasión, el tema central de la agenda es el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, anunciado por el canciller Jorge Faurie el pasado 28 de junio. Ante la visita de los presidentes del Mercosur, entre ellos Mauricio Macri y Jair Bolsonaro, se anunciaron diversas actividades de protesta en paralelo a la cumbre.
Con Macri y Faurie como anfitriones, la Cumbre del Mercosur vuelve a realizarse en el país luego de la edición 2017 que se hizo en Mendoza. Aunque no confirmaron todavía su presencia, se espera la llegada de los presidentes de los estados miembros del Mercosur (Bolsonaro, de Brasil; Tabaré Vázquez, de Uruguay; Mario Abdo Benítez, de Paraguay) y también fueron invitados representantes de los estados asociados: Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam.
El eje del encuentro será el acuerdo comercial con Europa. Antes de la cumbre, el canciller Faurie y el ministro de Producción de la Nación Dante Sica se reunieron con los ministros de Economía y Producción de las 24 provincias argentinas para explicarles los detalles del tratado firmado dos semanas atrás durante la cumbre del G20 celebrada en Osaka.
Para el gobierno nacional, la Cumbre del Mercosur será un momento clave para avanzar en los acuerdos regionales de cara a las negociaciones específicas del tratado de libre comercio, que demandarán al menos dos años. Por ese motivo, los anfitriones del encuentro harán hincapié en los beneficios y las oportunidades que supone para el desarrollo de las economías regionales, aunque también representa desafíos.
Para el canciller Faurie, la Cumbre del Mercosur “siempre es un evento importante, en este caso con la presencia de los jefes de Estado para ver lo alcanzado durante el semestre, que ha sido particularmente importante; el acuerdo con la Unión Europea es uno de los hechos más relevantes de nuestro accionar externo y para todos los países miembro”.
Entre las oportunidades que genera el próximo acuerdo, Faurie mencionó que las economías del Mercosur podrán acceder a un mercado de 500 millones de habitantes, con un poder adquisitivo particularmente significativo. “Es un ingreso per cápita de 34 mil euros anuales. Los productos que acceden a ese bloque tienen que tener gran calidad y precios retributivos altos, lo cual permite a los exportadores acceder a un mercado de alto consumo y de alta capacidad adquisitiva en los más diversos rubros”, detalló el canciller en declaraciones a LT10.
En respuesta a las críticas vinculadas a la reprimarización de la economía, el canciller argentino aclaró que “no hay que reducir el acuerdo a los productos agropecuarios; todos los sectores productivos, los sectores de manufacturas industriales y sobre todo el segmento de servicios están incluidos. La Unión Europea adquiere por año más de 700 mil millones de dólares en servicios. Tenemos allí un potencial para crecer asociado a proyectos productivos o en el área de servicios que los europeos puedan hacer en nuestro país”.
Pero no son todas mieles. Faurie también planteó los desafíos del tratado y señalo que todavía queda mucho trabajo por delante antes de la instrumentación efectiva del acuerdo, entre un año y medio y dos años “hasta que quede completamente escrito, traducido y aprobado por los parlamentos (europeos y sudamericanos)”.
Con el acuerdo, presume Faurie, la Argentina “tiene que ganar competitividad. El acuerdo de libre comercio lo que hace es reducir las barreras arancelarias, pero con una diferencia: dado el diferente nivel de desarrollo relativo entre uno y otro bloque, la rebaja de aranceles opera en el plazo más corto a favor del Mercosur y, para los productos europeos, a partir del séptimo año en adelante; el acuerdo tiene plazos a 15 años”.
En ese sentido, el canciller indicó que la Argentina tiene que “agregar valor y calidad” a su producción y al mismo tiempo “ordenar las principales variables de la economía: estabilizar la moneda y controlar el déficit, que es una fuente de inflación y se refleja después en la tasa de interés para los financiamientos; también tenemos que suprimir todas aquellas disposiciones que crean trabas al comercio exterior, que lo dificultan o lo encarecen”.
Los desafíos
La ministra de la Producción de Santa Fe, Alicia Ciciliani, advirtió que “no hay que sentarse a aplaudir” el acuerdo “sino a trabajar muy duramente” y coincidió con el gobierno nacional en que primero se debe “estabilizar la economía” para luego avanzar en un tratado con la Unión Europea.
“El acuerdo es beneficioso para Santa Fe y para la Argentina, si es que estabilizamos la macroeconomía”, aclaró la funcionaria en declaraciones a LT8. “Una empresa local no puede competir con el Mercosur o con la Unión Europea si no tiene financiamiento para capital de trabajo y un mercado interno, para ello es fundamental invertir en ciencia y tecnología para generar más modernidad”.
Para Ciciliani, el preacuerdo es “una oportunidad y un ordenamiento”, aunque dijo también que hay que trabajar “muy duramente” sobre el sistema económico “porque en Europa no se compite por precio sino por calidad”.
Las protestas
Hasta ahora, hay tres protestas contra la visita de los presidentes del Mercosur: una “Cumbre de los Pueblos” convocada por organizaciones gremiales de la región, una marcha en contra del modelo productivo basado en la aplicación de agrotóxicos y una jornada llamada “Malacumbre” de la que participarán agrupaciones sociales y partidos de izquierda.
La “Cumbre de los Pueblos” es convocada por la CTA de los Trabajadores, la CGT y la CTA Autónoma. Será el martes 16 en la sede de Festram, en Santa Fe; allí los sindicatos de nuestro país y de los Estados que conforman el Mercosur plantearán su oposición al acuerdo comercial con la Unión Europea.
El secretario general de la CTA de los Trabajadores, José Testoni, sostuvo que los líderes del Mercosur “han abandonado cualquier mirada de integración que tenga que ver con el sujeto histórico, que para nosotros son los pueblos y sus organizaciones sociales, políticas, sindicales, territoriales. Para las actuales cancillerías de Argentina y Brasil, el sujeto de la historia son las corporaciones”.
“Los gobiernos actuales de las dos grandes potencias de América Latina, Argentina y Brasil, no representan para nosotros el ideario de lo que hay que hacer en términos de integración. Han tenido una mirada de integración solamente para beneficiar los intereses de las grandes empresas y han reclamado a los Estados que cedan soberanía, que bajen sus barreras arancelarias, que tienen un fin protectorio” señaló Testoni al periódico Pausa.
“Están discutiendo un acuerdo con la Unión Europea, que tiene un excedente de producción monumental y que obviamente pretende descargar en América Latina con políticas de dumping. Todos queremos integración y desarrollo, que haya empleo y que haya producción nacional. Pero sin los trabajadores, esa integración lo único que va a plantear es mejorar la tasa de rentabilidad de las corporaciones”, agregó.
De la llamada “Cumbre de los Pueblos por la Integración Regional” participarán, además de las centrales obreras argentinas, la organización paraguaya Voces, el Plenario Intersindical de Trabajadores-Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT) de Uruguay y la Central Única dos Trabalhadores (CUT) de Brasil.
