El consumo de bebidas alcohólicas en la adolescencia temprana es más peligroso que empezar a tomar en la adultez debido a factores neurológicos y psicológicos que predisponen a un mayor consumo sostenido, afirmó un estudio de investigadores del Conicet en Córdoba.
“Es más peligroso empezar a tomar en la adolescencia que empezar a tomar en la adultez, y la idea de iniciar a los niños con el alcohol en la mesa familiar es errónea: van a seguir consumiendo, y no en cantidades inocuas”, dijo Ricardo Pautassi, investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones Médicas Martín Ferreyra y Universidad Nacional de Córdoba.
Pautassi hizo investigación básica en un modelo animal en el que se analizaron preferencias por el alcohol o por el agua y, con las mismas preguntas de la investigación, la becaria posdoctoral Angelina Pilatti encuestó a 650 estudiantes de escuelas primarias y secundarias cordobesas sobre consumo de alcohol.
“Vimos que entre los 10 y los 12 años es un período crítico en el que ocurren una serie de cambios que los predispone a iniciar el consumo de alcohol, y observamos que aquellos que empezaban antes de los 13 tienden a consumir más alcohol”, afirmó Pilatti.
Pautassi enfatizó que “la relación es casi lineal: cuanto más chicos empiezan a tomar, más consumen” luego.
“Forman sus expectativas de consumo en torno a lo que ven, así que no hay que darles ni consumir frente de ellos bebidas alcohólicas porque lo van a reproducir”, refirmó.
Pautassi planteó que “implica la idea de que el control a nivel de la casa y la intervención del Estado en la reducción del consumo, como ocurrió con el tabaco, tendría enormes cambios”.
“Está estudiado en varios lugares que si se bajan las bocas de expendio (de alcohol) cerca de los colegios baja el consumo, así como el regular puestos, precios y horarios de venta”, indicó.
“Las investigaciones aportan evidencia de que el contacto en edades tempranas activa mecanismos a nivel neurológico y psicológico que explicarían posteriores adicciones”, agregó.
“En humanos ya nos hemos metido en ver si influyen factores familiares, y ahora nos preguntamos quiénes de esos adolescentes están en más riesgo de empezar a consumir”, anticipó el investigador.