En todas las culturas se habla del fin del tiempo o al menos que nos enfrentamos a un gran cambio; sin lugar a dudas que es así, basta con enterarnos un poco de lo que pasa alrededor nuestro para darnos cuenta de que efectivamente algo está sucediendo (violentos terremotos, inundaciones, grandes incendios, etcétera).
El cambio climático es notable, de eso nos damos cuenta sin necesidad de ver las noticias, entonces, algo está sucediendo, pero también es verdad que la tierra cada cierto tiempo sufre grandes cambios, tampoco nada nuevo. Lo que sí es nuevo es que la tierra esta vez hará con todos nosotros su gran transformación.
Para esto hay muchas formas de prepararse; un ejemplo puede ser preparar nuestros cuerpos, mental, emocional, espiritual y nuestro vapuleado cuerpo físico, esta vestimenta que nos acompaña mientras transitamos por esta nuestra vida física.
¿No han pensado por qué en este momento de grandes cambios nos encontramos justamente aquí? Bueno, ni más ni menos ha sido nuestra elección y junto con esta elección acordamos la misión, la que pactamos en venir a hacer aquí y que nuestro ser interno conoce muy bien.
Nuestro Ser Interno siempre recuerda la misión. Sin lugar a dudas, hace rato que estás pensando en algo que te atrae mucho y que aún no lo haces, eso que quieres tanto hacer, eso que te hace falta por hacer, eso que te tira y no sabes cómo hacer para hacer; lo más probable es que ésa sea tu misión y lo más probable es que si estás tomando este curso de la vida es porque o es el inicio de tu misión o es un complemento de ésta.
El trabajo con la sanación está ligado al crecimiento espiritual de la persona, al desarrollo interno para ayudar a que la humanidad se sane, a aliviar el dolor de nuestros hermanos y de esta manera ser un buen trabajador de la luz.
En esto no se necesita esfuerzo, sino amor, amor a ti mismo, amor a los otros, el amor es la clave del crecimiento y de la sanación. Ésta es la llave que nos comunica con la quinta dimensión, que nos allana el camino al salto cuántico elevándonos a una física de luz en donde el hombre es transformado al despertar internamente sus códigos divinos encontrando nuevamente el verdadero amor, energía que no posee polaridad alguna.
¿Cómo puedo encontrar el amor? Yo te invito a que le des una revisión a tu vida, pero una revisión del perdón, no desde el cuestionamiento desde donde estaba parado en los acontecimientos aquellos que te duelen tanto. El porqué fue así y verás que ese momento fue parte del aprendizaje para llegar al hoy, y entonces el perdón vendrá solo, perdonarás.
Aquellos acontecimientos que tanto te duelen, entenderás que lo que te hicieron los otros, lo que hicieron desde su propio dolor y que lo más probable es que no tenía que ver contigo sino con sus propios dolores y que sin embargo te duele tanto, es porque son un propio reflejo de ti mismo.
Empezarás a derrumbar tus murallas y te irás inundado de amor; a veces se hace tan difícil ser generoso(a), incluso con uno mismo. Todo está enfocado hacia afuera, todo se da hacia afuera, ¿y tú dónde estás? Tú debes estar en primerísimo lugar y sí que es aprendizaje, que no es tan difícil: así iniciamos el perdonar.
Porque perdonando empezamos el proceso de sanación en nosotros mismos, proceso sin lugar a dudas muy intenso que trae consigo uno de los nueve dones o talentos espirituales el cual uno de ellos es el poder de sanación.
Hoy en día todo está dado, todo está allí para tomarlo, traerlo, usarlo, en verdad siempre estuvo, pero fueron muchos años de oscurantismo y aprendimos a no buscar nada. En los procesos de hoy sabemos que todo lo conocemos, que siempre lo supimos, sólo lo tienes que recordar. ¿Cómo recordar? Dejando fluir tu sabiduría, escuchando a tu Ser Interno nuestra “intuición”; medita, aquieta tu mente aunque sea por unos segundos primero, luego unos minutos, realiza los pasos que te enseñaré aquí, tu anclaje de sanador cuántico, conéctate con la naturaleza, mira el cielo de noche, abre tus canales internos hacia la magna presencia de tu ser.
Conéctate con aquello que te entrega felicidad y armonía desde tu propio interior, escucha, aprende el primer principio (cada cosa creada aquí tiene y posee una parte de lo que tú también tienes).
Sigue los pasos de los grandes iniciados llenos de luz en la antigüedad. Hazte fuerte, libérate de la esclavitud de la noche y corta sus cadenas para siempre, deja entrar la luz en ti y guarda todos esos conocimientos de la orden de los sanadores compartiendo estas enseñanzas siempre con quienes lo valorizaron, porque llegaron ellos también a su tiempo de despertar.