Search

El año del femenino: profesionalización, Mundial y medalla en los Panamericanos

El 2019 se presentó como el año de mayor crecimiento del fútbol de mujeres de Argentina, con la creación del primer torneo profesional, el regreso a disputar una Copa del Mundo y la primera medalla de la historia para la Selección

La pelota está parada, pero no quieta. El receso por fin de año en los diferentes torneos de fútbol de mujeres hace que el parate se sienta. Aunque la pelota no está quieta. Se sigue pateando en las plazas, en las playas y en las calles. En cada casa donde se discuten los estereotipos mientras una nena hace jueguitos. Se termina el año y llegan los momentos de balance. En todos los planos de la vida y en el deporte también. Y hay algo que es innegable, el 2019 fue el año del fútbol de mujeres. Tanto en el ámbito nacional, local e internacional, los logros conseguidos por las futbolistas, dentro y fuera de la cancha han sido notables. Porque los logros no fueron sólo deportivos.

El primero de la historia. La lucha fuera de la línea de cal modificó para siempre lo que sucede dentro. El inicio del primer torneo profesional (semi), con los reconocimientos económicos a las jugadoras (no todas) y sus vínculos contractuales con los clubes para decir, lisa y llanamente, que son trabajadoras del deporte, fue sin dudas el más notable. La denuncia de la santafesina Macarena Sánchez el 4 de enero de este año contra la UAI Urquiza y la lucha de la jugadora, acompañada por cientos de mujeres hizo que hoy el torneo sea una realidad. El 17 de marzo Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA anunció en Ezeiza la realización del primer torneo profesional. La casa madre del fútbol argentino anunciaba que transferiría 120 mil pesos por mes a cada club de la Primera División para que puedan afrontar los costos de entre ocho y once contratos (como mínimo). Esto implicó también el ingreso de las jugadoras al Convenio Colectivo de Trabajo bajo el cual se rigen sus colegas varones de las primeras tres categorías (y parcialmente en la C).

Francia le sentó bien. Otro de los hitos del fútbol de este año fue la participación de la selección argentina en el Mundial de Francia. En junio, y después de 12 años de ausencia (no estuvo en los torneos de 2011 y 2015), el país volvió a tener representación en el máximo torneo internacional y fue histórico. Si bien no consiguió alcanzar el objetivo de clasificar a los octavos de final, el combinado nacional ingresó a la historia por haber sumado sus primeros dos puntos mundialistas: el empate ante Japón 0-0 en el inicio y la remontada ante Escocia (perdía 3-0), para terminar rescatando una igualdad en la última fecha de la fase de grupos.

El objetivo deportivo no se logró y la Copa del Mundo sirvió para ver las grandes diferencias que tiene la selección local con las potencias mundiales, que dejó en claro que esa brecha se cierra, o empareja, con una sola cosa: apoyo real de las instituciones. Pero llegaron cosas buenas desde suelo francés: se cayó el mito de que el fútbol femenino no le importa a nadie. Y en suelo argentino la visibilización de la selección se fue acrecentando.

Llegó la medalla. Con el envión deportivo y anímico del Mundial, en junio fue el momento de disputar los Juegos Panamericanos de Lima, donde la Albiceleste consiguió por primera vez colgarse una medalla. Fue la de plata tras caer en los penales ante Colombia luego de igualar 1-1 en el tiempo reglamentario. Antes hubo revuelo por la no convocatoria al certamen de algunas jugadoras importantes de la selección (Estefanía Banini, Ruth Bravo y Belén Potassa).

En números, durante todo el año, Argentina disputó 16 partidos internacionales, realizando tres giras en el exterior: Australia, Estados Unidos y Brasil. Es el mayor número de encuentros de esta índole registrados para la Selección Femenina Mayor en la última década.

Unidas y organizadas. Los debates en torno al rol que cumplen las mujeres y las disidencias en el ámbito deportivo también dijo presente este año en el Encuentro Nacional de Mujeres que se desarrolló en La Plata y en el que se realizaron cuatro talleres vinculados no sólo al fútbol sino al deporte en general, también ayudan a construir un fútbol distinto y que se ve también reflejado en la creación del colectivo de futbolistas argentinas, que busca un fútbol “feminista, disidente, federal y profesional”, y que en el último tiempo se ha manifestado en contra de la violencia que sufren las futbolistas por parte de sus mismas instituciones, como en el caso de El Porvenir. Las jugadoras del equipo de Gerli intimaron en las últimas semanas a Futbolistas Argentinos Agremiados y al club que las emplea para solicitar mejoras en sus condiciones de trabajo y el cobro de los sueldos en su totalidad.

El terreno está preparado para que el crecimiento en los años venideros deje de ser un sueño y pase a ser una realidad. Las bases están asentadas y la pelota empezó a rodar. Con mayor apoyo económico y estructural el fútbol argentino puede llegar a ser potencia.

 

 

10