Carlos del Frade (*)
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario. Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero. Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad. Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo. Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
(*) Periodista. Diputado provincial del Frente Amplio por la Soberanía