Por: Gastón Marote/ NA
Abul Djabar fue uno de los criminales más despiadados de la historia y en Afganistán violó y mató a más de 300 hombres jóvenes y niños entre 1960 y 1970, aunque la Justicia solo pudo probar su responsabilidad en 65 de ellos.
Nacido el 11 de julio de 1921, Djabar buscaba víctimas que parecieran vulnerables y con escaso roce callejero, por lo que se aprovechaba para ganarse la confianza de ellos, luego en lugares
desolados los atacaba sexualmente, los sodomizaba (sobre todo a los más pequeños) y después los estrangulaba con su propio turbante, de ahí el apodo del «asesino del turbante».
Este múltiple homicida siempre atacó en Kabul y su accionar llevó preocupación a toda la población afgana, sobre todo a los atemorizados padres por sus pequeños.
Asimismo, Djabar siempre terminaba burlando a la Policía, que permanecía desorientada por desconocer quién era el criminal de tanta cantidad de hombres.
Durante la investigación, los uniformados intuyeron de mala manera la responsabilidad de dos hombres que finalmente fueron ejecutados por error, primero uno y años después el otro, al ser sospechosos de estos asesinatos.
Este sujeto finalmente fue detenido en 1970 cuando intentaba matar a otra víctima.
Las investigaciones llevadas a cabo por los efectivos concluyeron que Djabar era el responsable de más de 300 homicidios perpetrados en Kabul contra hombres jóvenes y niños.
Sin embargo, al momento de ser condenado, la Justicia solo pudo probar su participación en 65 de ellos.
De todas maneras, Djabar no pudo evitar el peor de los finales y en octubre de 1970, a los 49 años, fue condenado a muerte y ahorcado en Kabul.