Por Candela Ramírez
Diego Bagú es astrónomo, da clases en la Universidad Nacional Arturo Jauretche, en Florencio Varela, y la Universidad de La Plata. Durante ocho años dirigió el planetario de La Plata, hoy también dirige una escuela secundaria y transmite en su canal de Youtube sus conocimientos sobre astronomía y las noticias más importantes sobre el tema.
Por eso transmitió en vivo el pasado domingo 13 de octubre, el día que la empresa SpaceX, de Elon Musk, lanzó un cohete Starship y, en palabras de Bagú, cambió para siempre la historia de la humanidad. Es que fue la primera vez que un cohete volvió a la base de lanzamiento y puede, entonces, ser reutilizado. Es como el salto de la rueda al auto, así lo graficó el investigador.
Mirar el cielo y sentir fascinación es parte de la vida cotidiana de Bagú desde muy chico. La serie documental “Cosmos” de Carl Sagan, estrenada en 1980, también fue fundamental: “Una obra de arte increíble, el mejor divulgador de todos los tiempos”.
Para el docente hubo dos sucesos del último tiempo que fueron muy disruptivos: la creación de la empresa SpaceX y el despegue de China: “Se va a convertir en la primera economía mundial en poco tiempo, por eso hay tantas tensiones a nivel mundial.Y en potencia espacial van a ser los primeros también”.
En esta nota con El Ciudadano, explicó por qué es un hito el aterrizaje del cohete que logró SpaceX y por qué le tiene que importar a Argentina. Para eso, repasó el desarrollo aeroespacial del país a través del tiempo y destacó las innovaciones que hicieron que Argentina ocupe un lugar importante en esta materia.
—¿Qué pasó el 13 de octubre y por qué es tan importante?
—SpaceX es la empresa más vanguardista de las últimas dos décadas. Creo que no solamente en el ambiente aeroespacial, sino en el mundo. Ha cambiado el paradigma de lo que son los cohetes. Voy a tratar de ser lo más breve posible pero siendo lo más claro también.
Desde que se envió el primer satélite al espacio, en la década del 50, siempre el status quo era que los cohetes no podían ser reutilizables porque cuando se lanza un cohete se genera muchísima presión y temperatura y los materiales de un cohete sufren muchísimo estrés.
Siempre se pensó y trabajó de esa manera: una vez que se lanzaba un cohete al espacio, ya sea un satélite o una nave a un planeta o astronautas, después los cohetes se desechaban. De hecho, todos los cohetes que lanzaba Estados Unidos caían luego al mar, una vez que desprendían el material hacia el espacio, el cohete que llevaba la cápsula caía al mar y se hundía. En el fondo del mar hay muchísimos cohetes.
«Elon Musk es un personaje muy controversial. Las personas que cambian el mundo son amadas y odiadas»
—Esos son los propulsores
—Sí, son los propulsores. Y los rusos los dejaban caer en la estepa rusa, que tienen lugar de sobra. Pasaron las décadas y vino esta empresa SpaceX fundada en 2002 y de la mano de Elon Musk dijeron «vamos a hacer los cohetes reutilizables».
Por eso también los lanzamientos siempre fueron tan caros, imaginate viajar de Argentina a Europa o Estados Unidos y una vez que llega el avión, se destruye. El pasaje sería carísimo. Por eso son caros los lanzamientos espaciales. SpaceX dice «¿y por qué no pensar en un cohete reutilizable?». Todos dijeron “este está loco”. Aparte no venía del ambiente aeroespacial. Pero bueno, lo hicieron.
El Falcon 9 es un cohete del tamaño del Obelisco de Buenos Aires, es el más increíble de todos los tiempos hasta ahora porque lanza la carga al espacio y luego lo hacen aterrizar de manera vertical, el cohete cae literalmente del cielo a una velocidad mucho más grande que el sonido es un espectáculo y aterriza de manera vertical, ya sea en tierra firme o en una balsa en el Océano Atlántico. Es algo realmente impresionante, parece sacado de la ciencia ficción. Entonces reutilizan los cohetes, de hecho los Falcon 9 creo ya tienen el récord de la mayor cantidad de vuelos, unos veinte. Algo impensado.
Manejando esa tecnología, Elon Musk siempre tuvo la idea de llevar a la humanidad a Marte. Bien a lo grande. Entonces, claro, para hacerlo tenés que tener algo sustentable, para que sea viable desde lo económico, tenés que tener un cohete que tenga esa capacidad de recuperarse. Pero estamos hablando de un cohete muy grande.
SpaceX fabricó entonces el cohete más grande de la historia. Hasta ese momento el cohete más grande y que fue utilizado de manera operativa, es decir que funcionaba bien, fue el Saturno 5, el cohete que llevó al hombre a la Luna. Tenía la altura de la Catedral de La Plata, 110 metros. Este cohete de Space X lo supera en 10 metros, tiene 120.
Es el cohete más grande en tamaño y más potente de la historia. Esos 120 metros se dividen en la parte superior que es la nave que va a ir a la Luna o a Marte o que va a llevar satélites al espacio, que tiene 50 metros, y el propulsor de abajo que tiene 70. Algo así como un edificio 20 pisos. Eso es lo que recuperaron el domingo 13 de octubre.
Cuando uno ve la imagen se pierde la escala del tamaño. Uno ve un cilindro pero perdés la escala del tamaño, es un edificio de 20 pisos que cae del cielo, que en un momento enciende los motores para frenar y se va acomodando, todo por computadoras internas, comparando la posición de él con la posición de la torre por GPS, va comparando esas coordenadas y los motores van haciendo que el cohete se vaya acercando.
«Han superado por completo a la NASA, que nunca pudo desarrollar la tecnología que tiene SpaceX»
—¿Eso lo va controlando alguien desde la Tierra?
—No, el cohete lo hace todo en automático. SpaceX dijo “¿cómo hacemos para recuperarlo?”. Como no podían tener patas, no era lo viable y todos los motores están abajo, para capturarlo construyeron dos brazos mecánicos. Fue lo que vimos ese fin de semana. A los que seguimos este tipo de eventos ya nos llamaba poderosamente la atención la prueba. La verdad es que que nadie pensaba que lo iban a lograr en el primer intento y quedamos todos flasheados porque que lo lograron en el primer intento. Es increíble.
—Es la primera vez que se reutilizó
—Lo loco fue que en la primera prueba lo lograra, porque generalmente las pruebas son para eso. De la prueba número uno a la prueba número cuatro el plan de vuelo era que se hundiera en el Golfo de México. Ellos despegan desde la frontera entre Estados Unidos y México, bien en la mitad del Golfo de México, un pueblito que se llama Bocachica, el río Bravo divide Estados Unidos de México. Ahí está la base, desde donde despegan.
Esta fue la primera vez que iban a intentar capturarlo. Todos pensamos que iba a caer en el mar o que con suerte se iba a acercar y que le iba a pegar a la rampa y que iba a ser un desastre, por supuesto, pero era una prueba. Pero pasó lo que pasó, lo capturaron y fue algo increíble.
—Le seguís la carrera a Elon Musk desde el principio
—Supe de Elon Musk a través de SpaceX, cuando hacía dos años que se había fundado, en el 2004 más o menos.
—¿Este logro de SpaceX significa que tienen una tecnología superior a la de la NASA u otros organismos aeroespaciales, como el de Rusia? ¿qué es lo que pasó?
—Elon Musk es un personaje muy controversial. Las personas que cambian el mundo son amadas y odiadas. Personalmente tengo sentimientos encontrados. En cuestiones analíticas, científicas, tecnológicas, es un genio. Tiene una capacidad que estaba muy por arriba de la media y se supo rodear de gente muy capaz, muy capaz.
SpaceX se fundó en un galpón absolutamente vacío. Es famosa la primera foto de la fundación: está él con cuatro ingenieros, dos o tres ayudantes y cuatro mariachis tocando la guitarra y los sombreros mexicanos. Y vos ves el galpón y está vacío, es blanco, bien minimalista. A los ocho años se habían convertido en la primera empresa privada en colocar un satélite en órbita. Algo increíble.
Vale decir que, sobre todo con la filosofía que tienen los norteamericanos, que una empresa privada tome el conocimiento, el know how que ya se ha venido desarrollando en el área, por ejemplo, en la NASA…
No sé hasta dónde han agarrado cosas de la NASA y hasta dónde ellos han tenido una impronta propia. Bueno, inventiva propia tuvieron y una muy grande. Han superado por completo a la NASA, que nunca pudo desarrollar la tecnología que tiene SpaceX. La agencia espacial rusa Roscosmos está copiando a Elon Musk. China está copiando a SpaceX. Han roto un paradigma.
—El paradigma que rompieron es la reutilización del cohete
—Exactamente. No es que que hemos pasado de un Ford T a un auto moderno porque ahí estamos hablando de un auto a un auto: hemos pasado de la rueda de piedra a un auto. Es un salto, una diferenciación muy grande en cuanto a tecnología. No es una mejora, es un cambio. Por ahí parece un comentario muy fervoroso de mi parte, pero cuando en unos años se estén logrando cosas como por ejemplo instalar una base lunar tripulada… O en menos de cinco años, veamos a decenas de personas yendo a la órbita baja terrestre para hacer turismo espacial, cuando se pregunten cuándo se produjo este cambio: ese domingo con este cohete,
—Ves viable que las personas viajen al espacio
—Sí, sí.
—¿Y lo de Marte es factible?
—Es más difícil. Marte ya es otra escala. Para ir al espacio a la órbita terrestre se tarda 12 minutos, para ir a la Luna son 3 días, para ir a Marte son 7 meses.
Marte está a otra escala y lo complejo no es tanto las naves en sí mismas, que por supuesto son muy complejas, pero el gran desafío está en poder mantener al ser humano en buena salud. El espacio es muy nocivo para el ser humano, no estamos desarrollados para el espacio. Estamos desarrollados para la vida en la Tierra. El cuerpo sufre mucho, perdés mucha masa muscular. En la Estación Espacial Internacional los astronautas que están seis meses pierden entre un 30 y un 40 por ciento de masa muscular por más que hagan ejercicio. Las mujeres sufren un proceso acelerado de osteoporosis, hay que tener cuidado.
—¿Cuál es la mayor cantidad de tiempo que estuvo fuera del planeta un astronauta?
—Un médico ruso tiene el récord de 437 días de un solo tirón. Es tremendo. Ya en varias misiones el récord lo comparten un ruso y un yanqui con un poquito más de mil días.
—¿Y se los estudia?
—Siempre se los estudia. Y ellos se estudian estando en el espacio. Son resultados que importan porque es fundamental entender el cuerpo humano en el espacio como para pensar en un viaje a Marte.
—Elon Musk plantea que quiere que nos volvamos una especie interplanetaria
—Yo creo que es posible, creo que lo vamos a lograr. Es más, creo que lo vamos a ver nosotros. Porque aparte acá también hay una cuestión que es lo que motoriza mucho todo esto: la geopolítica. Estas cosas no se hacen solamente por amor a la ciencia y por amor al espacio, esto se hace muchas veces por cuestiones geopolíticas.
De hecho el viaje a la Luna fue en el marco de una carrera y una guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Y ahora Estados Unidos y China están compitiendo. Por eso se están acelerando los programas a la Luna y China ya está pensando en Marte. Por lo tanto Estados Unidos no se puede quedar atrás. Es así, es una cuestión de poderío entre potencias.
—¿Qué profesiones y cuántas personas se necesitan para una operación así?
—No sé el número específico, supongo que estarán cerca de manera directa un poco más de mil personas. De hecho hay fotos famosas de toda la gente que está a cargo del proyecto Starship y se ponen todos abajo del cohete para ver su dimensión. Son muchas. Las profesiones básicamente están relacionadas con la ingeniería y la ciencia: ingenieros, físicos, informáticos.
—¿Astrónomos?
—También, pero astrónomos no por la astronomía en sí, sino porque tienen un entrenamiento muy grande en física y matemática.
—¿Por qué nos puede interesar este tema a los argentinos?
—Hay muchas cuestiones. Primero, Argentina es un país con una historia aeroespacial increíble. Son pocos los países en el mundo que tienen la historia aeroespacial que tiene Argentina. Hago un ejercicio yo con vos: ¿te acordás cuál fue el primer ser vivo en el espacio?
—Laika, la perra, ¿no?
—¿Viste cómo lo sacaste enseguida? ¿Sabías que Argentina fue el cuarto país en el mundo en poner un ser vivo en el espacio? Primero fue la Unión Soviética, luego Estados Unidos, después Francia y luego Argentina.
—¿En qué año?
—En 1969. Unos meses después de la llegada del hombre a la Luna. En diciembre del 69 Argentina lanzó al espacio a un monito de la provincia de Misiones, el mono Juan. Hay un documental que se puede encontrar en Youtube de la Universidad de Córdoba, «El mono Juan».
Por darte un ejemplo, a fines de los 40 cuando se estaba industrializando en gran manera el país, con la Fábrica Militar de Aviones, con los altos hornos Zapla se fabricó un avión jet, un avión a reacción, el pulqui. Y así Argentina se convierte en el sexto país en fabricar un avión a reacción. Estas cosas muchas veces en Argentina no se conocen.
Fuimos el primer país latinoamericano, el segundo en América luego de Estados Unidos con la NASA, en tener una agencia espacial. Argentina fabricó muchos cohetes y experimentó con muchos. A través de las universidades nacionales se desarrolló mucho la tecnología satelital. Hoy Argentina fabrica satélites de la más alta calidad. Los ARSAT de comunicaciones son un ejemplo. Pero también hay muchos satélites científicos que también los hizo INVAP junto con la Facultad de Ingeniería de La Plata.
Siempre hubo mucho interés en el país por estas cuestiones, como también en otras áreas como medicina. Los tres premios Nobel de ciencia que tiene Argentina son en medicina: Bernardo Alberto Houssay, César Milstein y Luis Federico Leloir.
Dicho esto, ¿por qué nos interesaría? Porque nos permite desarrollarnos como país, los países desarrollados son potencia porque invirtieron en ciencia y tecnología. Por eso es importante.
Dicho esto, por más que me encuentre en las antípodas del gobierno nacional, ahí también tengo sentimientos encontrados, veo con buenos ojos esto de querer incentivar a extranjeros para que vengan a hacer desarrollos acá en la Argentina.
—¿Lo decís por la publicación en X (ex Twitter) de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología en donde le hablan a SpaceX?
—Sí, exactamente. Me parece fantástico desde el país poder invitar, con todo lo que te estoy contando porque están cambiando el mundo y porque van a cambiar la historia de la humanidad, ¿cómo no tener esas cosas en la Argentina? Por supuesto.
Pero si eso va con la misma filosofía que traer, por ejemplo, a esta misma persona (Musk) con otra empresa, la de Tesla por ejemplo, para extraer todo el litio y vender materia prima y luego hacer las baterías afuera y después nosotros comprar la batería, no. No, hay que hacerlas acá a las baterías.
Está buenísimo poder invitar a SpaceX pero que los traigan y desarrollemos juntos acá. Tenemos ingenieros, científicos, y tantas otras áreas de la más alta calidad a nivel mundial. Hagamos cosas en conjunto. El win to win, que sea beneficioso para ellos y para nosotros.
.@elonmusk you can count on Argentina to move forward with @spacex projects. Our country is now open to the world and our vision is to build -based on the ideas of freedom- a future focused on technological innovation in service of humanity’s well-being. https://t.co/lyzsiFNvgZ
— Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (@innovacionar) October 14, 2024
—¿Cómo ves las definiciones del gobierno nacional en esta materia?
—Es un gobierno al que no le interesa. Quiero ser cuidadoso porque hoy en día está todo muy agrietado. Lo que está pasando con las universidades, con todos los problemas que tienen y que siempre hay que mejorar, pero más allá de que soy el resultado de la universidad nacional, yo he trabajado ahí. Dirigí un planetario ocho años, fui secretario de Extensión cuatro años. Yo no podía mover un centavo, y está bien que así sea, para gastar diez pesos en un remis tenía que hacer un expediente. Yo era el primero que puteaba por la enorme burocracia, pero ahí están los controles. Todo está absolutamente auditado.
No digo que en 62 universidades nacionales no haya ninguna situación, pero englobarlas como si fuese una bolsa de desfalco o algo por el estilo, es no conocer las universidades nacionales.
No veo que sea un gobierno al que le interese el desarrollo científico tecnológico. Trato de ser objetivo, están desfinanciando a las universidades, ganaron una campaña electoral entre otras cosas haciéndose los cancheros diciendo «CONICET afuera» y el CONICET es la institución madre de la investigación en Argentina. Al Ministerio lo rebajaron a Secretaría.
¿De qué manera yo puedo creer que es un gobierno que cree en el desarrollo nacional? Si vos creés en eso por más déficit cero que tengas y por más cero dólar que tengas en el Banco Central, si te tenés que endeudar para financiar el desarrollo de un país o tenés que pedir un crédito o tenés que sacar de un lado para poner en otro, para mí educación, ciencia y tecnología y salud son prioridades.
Ese tuit me suena más a otra cosa. No deben ni saber ni qué hace SpaceX porque aparte son medio ignorantones en muchas cosas. Lo único que les interesa es que traigan dinero.
Por supuesto que me interesa traer semejante empresa acá: dinamiza porque necesitás materiales, productos, servicios, y cuando vengan acá y vean que tienen gente de primera línea a nivel mundial y que pagándole la mitad de lo que pagan allá acá… Se les abren los ojos así. Ojalá que vinieran pero no me gustaría que vengan y que en dos años se nos lleven a todos nuestros pibes al exterior.
—Con esto de las universidades, en redes sociales muchos ciudadanos quizá pusieron en juego su sueño individual de llegar a ciertos lugares, y es un aspecto importante también, pero un país necesita tener médicos, científicos y tantas profesiones más como las que nombraste
—Claro, porque son las profesiones que más valor agregado generan en una sociedad. Para producir cien toneladas de papa, necesitás quizás un operario. Para producir cien toneladas de papas fritas freezadas, necesitás diez mil personas porque tenés que quemar la papa, tenés que tener la fábrica, tenés que tener las personas que controlan la fábrica y tener las personas que vendan esa papa. Entonces los países desarrollados son los que más valor agregado generan. Es simplemente por eso, es una cuestión de generar fuentes de trabajo.
—¿Cómo ves la carrera de Astronomía?
—En los primeros años se anotan se anotan muchos chicos, después obviamente hay una merma, pero es notable cómo aumentó en los últimos quince años la cantidad de inscriptos. Los avances de SpaceX llaman mucho la atención, pero lo que más impacta son las políticas nacionales.
La correlación más grande se observa cuando por ejemplo sobre el final de la presidencia de Néstor Kirchner y la primera presidencia de Cristina Kirchner se produce un financiamiento muy grande en ciencia y tecnología y se desarrolla el programa Raíces, que trajo a muchos científicos argentinos del exterior al país. Fueron años dorados para la ciencia en Argentina. Crecieron muchísimo los institutos de investigación, las investigaciones, la cantidad de papers publicados fue notable en esos años.
—¿Los investigadores se están yendo del país?
—Sí, se están yendo de vuelta, hay becas que no se renuevan. Hay un desfinanciamiento muy grande. Es una pena porque eso lo podés recuperar de acá a otros 20 o 30 años, con suerte. Son los clásicos movimientos pendulares de nuestro país, es tristísimo.