Si algo le faltaba al convulsionado escenario electoral santafesino es que el azar y la voluntad popular se confabularan para dilatar el suspenso sobre quién asumirá la gobernación de Santa Fe el 11 de diciembre próximo. En eso quedaron Miguel Lifschitz, Miguel del Sel y Omar Perotti tras conocer un increíble escenario de paridad entre los tres. Los dos primeros se declararon ganadores, y el tercero pidió prudencia hasta contar todos los votos.
El escrutinio provisorio cerró anoche con 0,1% (2000 votos) de diferencia entre Lifschitz y Del Sel. Perotti apenas 1,4% (25000) puntos del segundo.
Para tener certeza sobre el nombre del gobernador habrá que esperar hasta el jueves o viernes de la semana próxima. Si no hay demoras, pasado mañana se iniciará el conteo definitivo. En las primarias consumió 9 días. En esta ocasión podría ser algo menos ya que la cantidad de listas es muy inferior y es más reducida la cantidad de fiscales que participan. La contrapartida es que cada telegrama cuestionado, cada voto recurrido será una cuestión de supervivencia.
Unos 56 mil votos anulados, 200 recurridos, 260 impugnados y el 6,5% de los telegramas (unos 130 mil votos) no cargados en el provisorio por distintos problemas de confección son los que están en disputa. Como se ve superan largamente las diferencias de entre 2 mil y 3 mil votos que separan a Lifschitz y Del Sel.
La batalla continúa
Si bien todo parecía que terminaba a las 18 con el cierre de las mesas electorales, los turbios e imprecisos boca de urna que manejaban los comités de campaña abrieron un nuevo escenario de disputa. A las 20, las mesas testigo del socialismo ya le cantaban que se irían a dormir con una diferencia de apenas 0,5%. Con ese dato, los popes del Frente tomaron una decisión arriesgada pero que estaba vinculada directamente con los movimientos que había en el hotel Los Silos de Santa Fe, donde se hacía presente Mauricio Macri: cantaron victoria antes que todos, celebraron el triunfo en Rosario y Miguel Lifschitz habló como si ya fuera gobernador electo. Los socialistas tenían en claro una cosa: si no lo hacían ellos lo haría Macri. Y si el porteño le levantaba la mano al Midachi, sabiendo cómo eso repercutiría en los medios nacionales, les empiojaría la situación, teniendo en cuenta el peso específico del macrismo en la agenda nacional y la escasa influencia que en esta etapa tiene el oficialismo local.
Desde los otros búnkers acusaron recibo, y cuestionaron esa falta de prudencia. Primero fue Perotti, que hizo una elección enorme; luego Del Sel, que junto a Boasso se declararon también ellos ganadores sin siquiera esbozar números propios. Un rato más tarde subió al escenario Macri, para exigir prudencia, responsabilidad al gobierno provincial y recién sobre el final dijo tener mesas testigo de factura propia que indicaban que Del Sel terminaba arriba por 0,7%.
Lo que sigue no sólo es una vigilia de diez días para tener certeza del próximo gobernador. Fuera de los salones del Tribunal Electoral comenzó anoche mismo una batalla dialéctica a disputarse en medios de comunicación y redes sociales que, excepto un rapto de sensatez de todas las partes, se prolongará hasta que termine de contarse el último voto.
Al próximo gobernador lo espera una Legislatura ya conformada, donde la Cámara de Diputados tendrá mayoría del Frente Progresista gracias a la aplastante victoria de Antonio Bonfatti sobre las listas de Roy López Molina (PRO) y Héctor Cavallero (FJpV). Esa cámara, además, tendrá que reservar una banca para el Frente Social y Popular (la ocupará Carlos del Frade), que se constituirá en la cuarta fuerza política con representación parlamentaria.
Rosario, triunfo ajustado
En Rosario, Fein tiene la oportunidad de un segundo mandato por escaso margen, pero con el enorme mérito de haber dado vuelta un resultado que en las elecciones primarias parecía irremontable para propios y extraños. El giro de 180 grados que se le imprimió a la campaña para las generales alcanzó justo para frenar lo que parecía el inevitable acceso al Palacio de los Leones de la candidata Ana Laura Martínez, del PRO.
En ese sentido la apertura del socialismo para darle protagonismo a la pata radical de la coalición gobernante, personificada en la concejala María Eugenia Schmuck, y de la Coalición Cívica, en la figura de Pablo Javkin, luce como un acierto. Hay otra figura que resultó clave aunque haya jugado tras bambalinas: la de Hermes Binner, que caminó toda la ciudad junto a Fein y trabajó en la agenda de campaña día a día.
La Fein que se vio anoche en el escenario del Patio de la Madera no era la misma de la campaña. Su enérgico discurso (pág.5) era el de una mujer que estaba soltando tensiones contenidas, con una impronta firme, enérgica, que no se le había visto durante la campaña y que hacía imaginar a la dirigente estudiantil que fue en su juventud.
Ya se dijo que Ana Laura Martínez quedó en las escalinatas del Palacio de los Leones. La derrota le deja un sabor amargo, pero sin embargo por primera vez ubicó en segundo lugar al PRO en la pelea por la intendencia.
El candidato justicialista Roberto Sukerman tuvo un desempeño muy destacado si se considera que creció más de diez puntos en relación con la elección primaria y logró contener el caudal de votos que el aliado Héctor Cavallero obtuvo en anteriores elecciones. Con esos votos, el abogado perteneciente al sector de Agustín Rossi se instaló como un actor relevante en el justicialismo rosarino a la hora de las urnas.
La reelección es una alegría para Mónica Fein, aunque las cosas una vez más no le serán fáciles. Las urnas perfilaron un Concejo Municipal muy atomizado, donde el Frente Progresista sumando todos sus componentes será la primera minoría. Aun así deberá trabajar muy aceitadamente para que no se repitan las complicaciones que la intendenta tuvo que enfrentar en ese ámbito en su primer mandato.
Todos miraron a Santa Fe
En pocas oportunidades una elección santafesina gravitó tanto en el escenario nacional. Se notó en la campaña, pero también ayer, con medios nacionales transmitiendo en directo, enviados especiales apostados en dos y hasta tres ciudades de la provincia y una amplia cobertura mediática.
En ese contexto hay que comprender que los comicios de ayer fueron un capítulo central en la pelea de fondo por la presidencia del país a la que se encaminan el kirchnerismo y la alianza PRO-UCR-CC. Todas las tensiones generadas por la previa de esa pelea decantaron estas últimas semanas aquí. Y así como la gobernación no está resuelta, los intercambios de artillería no se dispersarán todavía.