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El bar cultural “El Escaramujo” no soportó la crisis y está a punto de cerrar sus puertas

Un nuevo espacio se apaga víctima de la economía de los últimos cinco años. Músicos allegados buscan salvar el lugar, incluso se habló de un concierto en el Anfiteatro Municipal, pero no hay tiempo: esta semana Pipo Marcogliese, su dueño, debe entregar las llaves del local

Los embates de la era macrista y la pandemia de coronavirus fue una combinación explosiva para Alejandro Pipo Marcogliese, quien lleva hace ocho años el timón de El Escaramujo, el espacio cultural de 1º de Mayo y Rioja. Una renovación del contrato de alquiler y de la habilitación municipal, además de las deudas acumuladas en los últimos meses apagan la luz del espacio cultural que reunía a adultos de todas las edades a disfrutar de la música y otras ramas culturales. “Ante las restricciones traté de hacer de todo, delivery con mi propio auto, streaming, pero mi espalda no da más, me fundí. De todas maneras estoy esperanzado de que mi experiencia sirva para demostrar la situación en emergencia en la que se encuentra la cultura de la ciudad”, sostuvo Marcogliese a El Ciudadano sobre la situación que afecta a seis familias.

El inmueble cercano al río Paraná fue escenario de cientos de recitales, muestras, presentaciones de libros, shows de stand up y café concert, entre tantas otras actividades, de la mano de quien promovió la cultura y la reunión en otros ámbitos como Juan de la Cosa y la peña de Los Bajos de Alvarado, sitios que fueron furor a finales de los años 90 y comienzos del 2000 con cantantes en vivo que revivían éxitos del rock nacional, de la Trova Rosarina y estrofas creadas por grandes compositores como Silvio Rodríguez y Joaquín Sabina que trascendieron toda frontera. En esta oportunidad y debido a su otro trabajo como programador y analista en sistemas y su categoría como monotributista no le permitieron acceder a los beneficios brindados tanto por el gobierno nacional como el provincial. Incluso estuvo a punto de vender el fondo de comercio y él iba a seguir a cargo de la programación artística de la nueva propuesta pero el acuerdo se cayó y lo encontró a Pipo en el fondo de la situación, a sólo días de entregar la llave del local a la inmobiliaria.

“Esto va en el marco de esta cosa tremenda que estamos viviendo y sé que trasciende lo municipal, lo provincial y lo nacional. Soy consiente de la tragedia que nos atraviesa a todos, más allá de la emergencia cultural, lo cual no deja de lado tantas vidas que se perdieron. Pero me toca vivir en el rubro cultural y en este sector hubo un desgaste muy importante, en especial en las relaciones, porque desde la inmobiliaria, los músicos que no tienen lugar donde tocar y la gente que quiere poder sentarse a tomar algo y ver un show, cada uno expone sus quejas y defiende su lugar, y todos la estamos pasando muy mal”, expresó Marcogliese y detalló que el espacio cuenta con deudas que venían teniendo desde hace unos años y que nunca pudieron solventar ya que la pandemia aplastó todo plan a futuro. “Ahora nos encontramos con los gastos de la renovación del contrato, la de la habilitación municipal que está vencida y no pudimos realizar por falta de fondos. Es como cuando el mundo tira para abajo, es mejor no estar atado a nada”, dijo citando una estrofa de “Los dinosaurios” de Charly García y agregó: “Sin embargo, yo creo que en estos momentos, la cultura en este caso y sobre todo la música, ayudan a que se salga a flote de la mejor manera. Creo que la música cura, el arte puede salvar al mundo, de eso no tengo dudas, y lo puse en mi Facebook, por que estoy seguro que nada que haya cercenado la música y las expresiones del arte pueda albergar algo bueno en su seno. Tengo 60 años y fue algo que siempre apoyé, por eso creo que si, mínimamente, nos hubiesen dejado abrir un poco, con protocolos y demás, la cosa hubiera sido diferente. Por mi parte cumplí protocolos y me fundí”.

Llamados y promesas

A días de entregar la llave del local a la inmobiliaria que administra el inmueble, Pipo destacó que recibió muchos llamados de amigos de la ciudad y de Capital Federal ofreciéndoles una ayuda, tanto económica como anímica. Entre esos están los buenos augurios de Pepe Taljame y de Adrián Abonizio (quien le dedicó una canción al reducto titulada “Tres luces verdes”, con música de Santiago Campos), incluso se habló de hacer un concierto en el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito en su ayuda, a lo cual Marcogliese señaló: “Si lo hacen que lo hagan en nombre de El Escaramujo, pero para los artistas de la ciudad, a mí lo que me interesa es que el nombre siga en pié, porque como los artistas de La Trova o el mismo Fito Páez este espacio es sinónimo de arte, es nuestra identidad rosarina”.

“Para mí –continuó- es un orgullo saber que Rosario ha sido reconocida por su movimiento cultural y uno aprendió de eso, por eso aparecieron Juan de la Cosa, Los bajos de Alvarado y ahora El Escaramujo. Lo que pido es que esto sirva, por lo menos, para no perder los espacios que a Rosario la han caracterizado por su caudal cultural y hoy, precisamente, se está perdiendo esa cultura de la ciudad”.

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