En 2018, CasArijón (Arijón 84 bis), faro cultural que gestiona el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia en el barrio Saladillo, extremo sur de Rosario, celebrará sus primeros tres años de existencia de una nueva etapa. En el año que culminó hace un par de semanas, la institución consolidó un camino que brilló en su programación artística y a partir de una treintena de talleres destinados a promover y descentralizar la cultura para llegar a todos los rincones de la ciudad.
Con este empuje, para este año, el bello espacio cultural prepara una temporada que tendrá de todo.
El dramaturgo, actor y directora teatral Juan Pablo Giordano, coordinador de Usina Sur Fábrica de Guiones de CasArijón, uno de los talleres que se llevan a cabo en la casona de forma estable, reconoció que 2017 fue un año en el que la gente se terminó de apropiar del espacio: “Se realizaron unos 27 talleres para niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, como yoga, danza, folclore, circo, guión e iniciación a la escritura dramática, y cabe subrayar que todos fueron gratuitos y cualquiera, no solamente vecinos, pudieron asistir”, contó en diálogo con El Ciudadano.
Lo hecho y lo que viene
■ Inamovibles. Giordano, dramaturgo de vasta trayectoria en la ciudad, explicó que hay eventos fijos que la gente del barrio espera con ansias. Y destacó que este año se volverán a realizar el Carnaval (que se festejará el próximo 24 de febrero), el Día de la Bandera, donde se realizará una fiesta patriótica; las Vacaciones de Invierno, que en el último año fue una de las joyas de la temporada con más de trescientos niños y niñas por jornada; el Día de la Primavera, milongas, una semana dedicada a muestras (en noviembre) y por último la Navidad, con el armado de un arbolito donde la gente coloca sus deseos. “No teníamos un arbolito de Navidad en la zona sur y creamos el primero, lo que generó gran repercusión en la gente”, dijo Giordano.
■ Descentralizar. Teniendo a Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza) como espacio central de la cultura en el centro de la ciudad, el llegar a los barrios con propuestas alternativas y de calidad implicó dar un paso más para consolidar la tan mentada descentralización cultural. “Está bueno que los que quieran estudiar guión, por ejemplo, no tengan que ir al centro y lo puedan hacer acá. Que la gente empiece a acortar distancias, que vengan de toda la ciudad a estudiar, con los mismos docentes que pueden encontrarse en el centro”, opinó el coordinador.
■ Usos múltiples.“Es muy bueno todo lo que ocurrió porque los vecinos tenían un concepto bastante oscuro de esa casa”, opinó Giordano. Es que la casa, construida en 1887 por Don Manuel Arijón, con el transcurrir del tiempo albergó numerosas instituciones públicas y sociales. Fue Escuela de Cadetes, sede del Cuerpo de Bomberos Zapadores, del Ceprome y de la Unidad Penitenciaria N° 6. Durante un tiempo, permaneció cerrada, hasta que el predio se recuperó como sitio cultural de los rosarinos. “Cuando llegamos estaba todo abandonado”, con
tinuó Giordano. Y sumó: “Se sentía el encierro y hasta los fantasmas. La gente no entraba. Abrimos las puertas y ahora la gente viene en cualquier momento, incluso por fuera de las actividades programadas; los vecinos, ahora se juntan a tomar mate en el jardín de CasArijón”.
■ Apropiación del espacio. Concebido como un proyecto abierto para aprender, enseñar, producir y compartir los encuentros, la casa cultural del Saladillo buscó convertirse en un lugar donde lo cotidiano se haga especial, ayudado por sus capacidades edilicias, como el hall con juegos de mesa, libros y música, la plaza de las rayuelas, el playón para jugar y moverse, el patio de la palmera, la galería y el jardín. “Abrimos todas las tardes, queremos que la gente se apropie del lugar. Pretendemos que sea como una especie de club de barrio que, en vez de tener disciplinas deportivas, las tenga del orden de lo cultural. Y los jóvenes se apropiaron mucho de toda esa oferta; es muy lindo lo que pasa acá. Vienen familias enteras a participar de los talleres. En estos dos años, el barrio se apropió de CasArijón”.
■ Participación, formación y capacitación. La institución alberga la fábrica de guiones denominada Usina Sur que coordina el propio Giordano. El proyecto abarca un espacio de creación de ficciones y producción de textos dramáticos y audiovisuales que busca sumar a la formación de guionistas y dramaturgos de la región, brindando un ámbito de encuentro para artistas y escritores y así poder compartir experiencias. “Formamos guionistas con los mejores, con Patricia Suárez, Diego Sabanés y Rosa Teichmann, entre otros. Uno de los alumnos del año pasado, Andrés Gastiaburo, ganó el premio Historias Brevescon el guión que desarrolló acá”, dijo Giordano quien anticipó que estos talleres intensivos continuarán durante este año y la inscripción comenzará en febrero próximo. “Es el único taller que tiene cupos limitados. Para el resto, no hay cupo, pueden venir todos los que quieran”. Los talleres se actualizan en la página de Casa Arijón (casarijon.gob.ar).
Para agendar
Durante lo que resta de este mes, CasArijón permanecerá cerrada, y reabrirá sus puertas en febrero programando un ciclo de cine a la reposera. El 24 se realizará la fiesta de Carnaval, y en marzo comenzarán todos los talleres. Asimismo, como novedad, en marzo comenzarán las visitas guiadas para escuelas secundarias en las que conocerán la historia oculta de la casa.