Estados Unidos liberó a decenas de presos de alto riesgo de la cárcel de Guantánamo, en la isla de Cuba, mientras que, al contrario, aplazó por años la libertad a más 150 hombres inocentes. Las revelaciones están contenidas en archivos militares oficiales del Pentágono que fueron filtrados por el portal WikiLeaks y divulgados por la prensa internacional. Además, según los mismos informes, uno de los liberados (a pedido del lider líbio Muamar Gaddafi) y que tenía vínculos con la red terrorista Al Qaeda, es ahora nada menos que uno de los entrenadores de los rebeldes libios (ver aparte). Los documentos prueban la sistemática violación durante años de los derechos humanos de los prisioneros, así como de los tratados internacionales y de la legislación penal estadounidense.
Los 779 documentos, que forman parte de un archivo de memorandos secretos filtrados el año pasado por WikiLeks, fueron entregados a un grupo de medios estadounidenses y europeos, incluidos The New York Times, The Daily Telegraph, El País, Le Monde, Der Spiegel y La Repubblica.
Miles de las páginas revelan que 130 de los 172 prisioneros que dejaron la base naval de Guantánamo eran considerados “de alto riesgo” y de amenaza para Estados Unidos y sus aliados.
Sin embargo, fueron liberados sin haber sido rehabilitados o sin la supervisión necesaria.
Incluso un tercio de los 600 detenidos bajo la era de George W. Bush, varios de los cuales fueron transferidos a terceros países, también eran catalogados como de “alto riesgo” antes de que fueran puestos en libertad o entregados a otros gobiernos.
Además, los informes revelan que al menos 150 de los detenidos eran afganos o paquistaníes inocentes, incluidos choferes, agricultores y cocineros, que fueron detenidos en el marco de operaciones frenéticas de inteligencia en zonas de guerra.
Sin embargo, estuvieron durante años detenidos debido a la confusión de identidad o simplemente porque estaban en el lugar en el momento equivocado, según los medios estadounidenses.
El gobierno del presidente Barack Hussein Obama, que dejó sin un plazo definido su promesa de cerrar la prisión militar en la Bahía de Guantánamo, calificó como “desafortunada” la revelación de los documentos secretos y defendió sus esfuerzos y los de su antecesor por “actuar con cuidado extremo y diligencia” en la transferencia de presos.
“Ambas administraciones han hecho de la protección de los estadounidenses su principal prioridad, y estamos preocupados porque la revelación de estos documentos podrían ser perjudicial para esos esfuerzos”, según un comunicado oficial divulgado anteayer.
La radiografía de la prisión creada por George W. Bush en 2002 al margen de las leyes nacionales e internacionales llega en un mal momento para Obama. Cerrar el penal fue su primera promesa tras asumir el cargo en enero de 2009.
El anuncio, hace un mes, de que reanudaría los juicios en las comisiones militares fue el reconocimiento de su fracaso.