Ricardo Corrales, ex secretario privado del jefe de Policía de Rosario durante la última dictadura, el comandante Agustín Feced, se entregó ayer a la justicia Federal y tras una breve declaración quedó detenido en su domicilio, por ser mayor de 70 años.
Así lo confirmaron fuentes judiciales y de los organismos defensores de los derechos humanos, quienes celebraron la noticia de la entrega de Corrales, la mano derecha de Feced durante la última dictadura en el Servicio de Informaciones (SI), el principal centro clandestino de detenciones que funcionó en Rosario.
El ex policía fue el secretario privado dela Jefaturade Policía de Rosario entre 1976 y 1979, según figura en su legajo oficial. Varios testimonios de familiares de detenidos-desaparecidos durante aquellos años lo señalaron como quien los atendía cuando iban a pedir datos sobre la suerte de las víctimas, y coinciden en que la respuesta era siempre la misma: negativa.
“Celebramos el significativo avance de la mega causa Feced. Es la primera vez que se indaga a la mano derecha del interventor dela Policíade la dictadura, quien atendía a los familiares de las víctimas con respuestas siniestras y amenazantes”, dijo ayer la abogada Jésica Pellegrini, querellante en causas que investigan delitos de lesa humanidad.
“Corrales fue siempre reputado como el custodio de los «trofeos» de Feced, como un famoso álbum de fotografías de militantes asesinados e incluso armas utilizadas en los homicidios”, abundó Pellegrini una vez conocida la noticia de la detención del ex policía, quien se entregó al mediodía en los tribunales Federales de esta ciudad.
Según explicaron fuentes judiciales a este diario, Corrales brindó ayer mismo una breve declaración ante el juez Marcelo Martín Bailaque, a cargo del juzgado federal Nº 4 de esta ciudad, acto que contó con la presencia del fiscal federal Gonzalo Stara.
El ex secretario privado de Feced, el implacable jefe policial de la dictadura que provenía de las filas dela Gendarmería, en la que había llegado a comandante, está imputado de unos 100 hechos de privaciones ilegítimas de la libertad agravada y tormentos calificados, así como una treintena de homicidios calificados, ocurridos en su mayor parte en el Servicio de Informes, en la esquina de Dorrego y San Lorenzo de la antigua Jefatura policial.
Allí funcionó en los primeros años de la última dictadura el principal centro clandestino de detenciones de Rosario, por donde se estima que pasaron entre 1.800 y 2.000 detenidos-desaparecidos.
Entre otros hechos, Corrales está imputado por los delitos vinculados a la denominada Masacre de Los Surgentes, cuando un grupo de detenidos fue trasladado hasta esa ciudad cordobesa y en un simulacro de fuga fueron fusilados; los emblemáticos casos de Daniel Gorosito, Pedro Galeano, Tita Marciani, Marisol Pérez, Eduardo Vermeullen, Oscar Manzur, Eduardo Bracachini, Marta Bertolino, José Aloisio, Eduardo Seminara, entre otras victimas de la represión ilegal.