La ciudad atravesó en las últimas semanas oscilaciones meteorológicas que hicieron subir y bajar el termómetro de forma poco usual para esta época del año. Luego de algunos días de calor, alta concentración de humedad, y temperaturas que superaron los25°Cuna ola polar, acompañada de vientos helados, empujó la mínima a sensación térmica bajo cero. ¿Una muestra de la acción nociva del hombre sobre el planeta? ¿Una cristalización en la realidad de filmes como Waterworld (1995) y su mundo totalmente cubierto de agua o The day after tomorrow con ciudades invadidas por hielo y nieve? Aunque suene a paradoja, ambos escenarios se planteaban como producto del calentamiento global, un concepto que afirma quela Tierrase está calentando, que los polos se derriten, que sube el nivel del mar y que así todo va camino a la catástrofe. Pero, ¿qué es el cambio climático? ¿Existe tal cosa? ¿La Tierrase calienta o se enfría? ¿Hay impacto de este fenómeno planetario en Rosario y la región? Oscar Monjelat, reconocido meteorólogo de la ciudad y director del grupo “Cazatormentas del Sur”, especializado en meteorología severa, aceptó responder a El Ciudadano estas y otras preguntas. Y sus respuestas sorprenden.
—¿Qué es el cambio climático?
—Si hacemos memoria, esto arrancó con el término calentamiento global. Después lo cambiaron a cambio climático, y en la actualidad lo denominan cambio global. A partir de estos cambios de concepto, que parecen insignificantes pero no son para nada inocentes, hay una comunidad científica que busca determinar si el planeta Tierra se calienta o se enfría. Pero esta comunidad, que busca la verdad –y de la cual me siento parte– está fuera de todos los canales de subsidio posibles. Somos todos investigadores independientes porque no hay organismo que acepte la disidencia. Lo que se buscó cuando se conformó el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático fue buscar todo el material posible para aseverar quela Tierrase estaba calentando, y no para saber qué estaba pasando.
—¿Y eso a qué responde?
—Hay intereses muy grandes detrás de la determinación sobre sila Tierrase enfría o se calienta. El mensaje detrás de todo esto es perverso: cuando hablan de que hay que detener el calentamiento a toda costa, que hay que dejar de emitir dióxido de carbono, le están diciendo a las naciones pobres que no emitan más. ¿Y quiénes siguen emitiendo? Los países ricos. Lo que se busca con la instalación del calentamiento global es absolutamente claro: que las naciones pobres sigan pobres y las ricas sigan ricas.
—¿El calentamiento global no existe?
—No existe ni existió jamás, ni siquiera como tendencia. Fue algo pasajero que tuvo que ver con movimientos terrestres, cuestiones de oscilación solar, y muchas otras variables. En este momento se detuvo, yla Tierraha entrado nuevamente en un período de enfriamiento. Por ejemplo, Europa viene de pasar el peor invierno de su historia. Tanto el Polo Norte como el Polo Sur están ganando hielo. Antes decían que se iba a derretir todo.
—Sin embargo pareciera haber una acentuación de temperaturas altas…
—Acá empieza a jugar el tema de la urbanización. Es absolutamente lógico que en la gran urbe se padezcan más las olas de calor, mucho más tolerables en una zona rural. La mano del hombre tiene que ver en la acentuación del evento: lo agrava, pero no puede intervenir de forma significativa. Las formas de habitabilidad que creamos hacen que no estemos preparados para enfrentar estos cambios. Construimos sobre arena, ganándole terreno al mar, y luego la naturaleza se hace presente y devasta todo. Podríamos no haberlo hecho y vivir de otra manera, pero la especulación inmobiliaria es imparable.
—Entonces ¿el alto descenso y ascenso de temperaturas se debe a la mano del hombre?
—Yo tengo 52 años y me crié en San Lorenzo. Hay gente que dice que hace 40 ó 50 años estas temperaturas no se veían. Me dicen: “¿Te acordás cuando íbamos a la escuela, los sabañones en la oreja?”. Y la verdad es que sí, me acuerdo. Pero también que íbamos caminando por el costado de una vía, por un camino descampado hasta la escuela. Ese lugar ahora está rodeado de edificaciones, y eso ha hecho que cambie el tiempo. Podríamos preguntarle a un chico de Clarke, que todavía es zona rural, si aún hoy no conoce los sabañones en invierno. Vamos a poner un ejemplo cercano y muy práctico:la Estación MeteorológicaRosario hace 30 años estaba ubicada en un lugar desolado, rural. Hoy quedó inmersa dentro de un conglomerado urbano que ha hecho que cambien las condiciones del ambiente, y elevó la temperatura. Para realmente poder hablar de un cambio, tenemos que tener mediciones a través de al menos 10 años, y después comparar. Mientras tanto, lo que habría que lograr es que dejen de amurallar la ciudad. Rosario tiene viento predominante desde el noreste, y ante una situación de mal clima persistente, es necesario que este viento llegue al centro de la ciudad, y despeje. En cuanto sigan construyendo torres en la costa del río, como una especie de muro que desvía los vientos, el que vive en el centro la va a pasar muy mal. Es un error de urbanización: la ciudad tendría que ser más baja hacia el río, y más alta hacia el centro. Hay que dejar de ver todo por el lado de los negocios, y pensar un poco en el bien común.
El alerta temprana
Oscar Monjelat sostiene que Rosario no está preparada para enfrentar fenómenos meteorológicos. “ Las tormentas se forman de manera más rápida y más violenta. Para estar preparados debería existir un sistema de alerta temprana. Rosario está totalmente desposeída en ese sentido: desde el granizo de 2006 para acá, estamos igual o peor. No se ha trabajado ni siquiera en la psicosis que eso generó. Cada vez que se avizora tiempo severo la gente se vuelve loca. La ciudad no tiene ninguna estación automática oficial. Las que existen las instalan aficionados como nosotros, que hacemos las cosas a pulmón. Esas estaciones podrían instalarse, contar con cámaras meteorológicas, para que Defensa Civil pueda ir chequeando cuando se aproxima mal tiempo. Pero hay mucha desidia”.