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El campo pide agua

Después de las lluvias de diciembre, llegó la sequía y el campo necesita agua.

Una encuesta realizada por los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Crea) puso en el tapete, esta semana, la preocupación existente en la actual campaña de granos gruesos ya que a la falta de lluvias se agrega que el 28 por ciento de la superficie sojera y el 16 por ciento del área de maíz se plantaron con demoras.

Los datos fueron obtenidos por los especialistas en campos Crea que son demostrativos de la realidad agropecuaria de un ciclo 2012-2013 que sufrió excesos hídricos y ahora sequía.

De este modo, los mercados no son ajenos a la incertidumbre y los riesgos ya que en Chicago subieron los precios de los futuros de soja durante cuatro días consecutivos hasta alcanzar los 544 dólares la tonelada, por la situación climática en la Argentina, según reconocieron analistas.

En el recinto de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la soja nueva, es decir la que se cosechará en el otoño, subió a futuro en abril hasta superar los 329 dólares la tonelada.

Uno de los porcentajes brindados por Crea habla de que el 2,2 por ciento del área agrícola de campos de productores adheridos a los consorcios no pudieron sembrar ningún cultivo debido a las inundaciones de septiembre, octubre y noviembre.

Como promedio de los lotes encuestados, se registró una pérdida del 6,7 por ciento de la superficie implantada con soja por adversidades climáticas.

La siembra muy tardía de soja y de maíz que indicaron los técnicos de Crea significa, en términos agronómicos, que habrá disminución de rendimientos, porque se achica el ciclo de desarrollo de los cultivos y las plantas quedan con estructuras más pequeñas.

Actualmente el estrés hídrico debido a las altas temperaturas y la carencia de precipitaciones condiciona al cultivo ya que la soja de primera está en llenado de grano y cuajado de chauchas, en la zona núcleo productiva.

En general, los especialistas sostienen que las precipitaciones pasaron y ya no existen vestigios de ellas en los suelos que carecen de humedad, estructura, materia orgánica y capacidad de almacenamiento de agua.

Por su parte, la soja sembrada en forma tardía o de segunda está más seca por los cultivos de primera que tomaron gran parte de la humedad del perfil y se encuentran más compactados porque hubo tránsito en la cosecha de primera en los suelos húmedos, lo que condiciona la infiltración de nuevas lluvias y el desarrollo radicular. El mayor volumen de raíces está en los primeros treinta centímetros y ese espacio está seco hoy.

Uno de los interrogantes de los últimos días es si habrá lluvias en febrero y si éstas alcanzarán a recuperar los cultivos de granos gruesos.

La Consultora de Climatología Aplicada (CCA), que lidera José Luis Aiello, también asesor de la BCR, afirmó que durante febrero “las lluvias solamente podrían alcanzar los valores normales” que para algunos ingenieros agrónomos no sería suficiente para lograr una buena campaña agrícola.

Para Aiello esos parámetros normales posibles serían “una buena condición, incluso la mejor que podremos esperar en una situación en que no hay un Niño que meta humedad adicional a la atmósfera, y podrían darse algunos pulsos intensos de calor”.

En febrero, señaló, “dependeremos de la definitiva ruptura de la estructura que ha dominado la atmósfera durante enero. Sin dudas que lo que todos esperamos es una normalización de la circulación atmosférica, la sucesión de frentes y las consecuentes lluvias”.

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