Con una ráfaga de fútbol en los primeros 10 minutos de partido, y un gran segundo tiempo, Central vapuleó 5-0 a Arsenal en el Gigante. Entre varias virtudes, supo sacar provecho de los groseros errores, especialmente defensivos, en los que incurrió el rival de turno.
La gran actuación de Ruben, autor de dos tantos, fue otro de los motores que les permitió a los auriazules consumar una victoria indiscutible. Pero a partir de lo realizado en el complemento, construyeron la mejor producción colectiva del torneo. El equipo de Coudet conjugó efectividad con voracidad, y terminó aplastando a un desdibujado Arsenal.
Central salió a jugar con determinación, con la autoridad que exigía la ocasión. Y en los primeros 9 minutos generó tres situaciones. La última de ellas, el penal de Bottinelli sobre Montoya, transformada en el primer gol por Ruben.
Una vez en ventaja, se vio lo más flojo del Canalla. El equipo se fue quedando. Y tuvo problemas de generación de juego. En esa función, Lo Celso volvió a encontrarse muy solo, y recibió poco el balón. Es que Arsenal presionó a Central en la salida. Y lo hizo con inteligencia, obligando a los defensores locales a dividir la pelota.
A cinco del final de la etapa inicial llegó el segundo error de Bottinelli: torpe infracción a Ruben, segunda amarilla, y a los vestuarios.
Para el complemento, con el rival disminuido, Central no perdonó. Primero mejoró el volumen de juego a partir de una circulación del balón más ágil, y de la movilidad de Montoya, Camacho y Bordagaray. Así aparecieron los espacios, llegaron las situaciones y los goles.
Goleó Central, Necesitaba una victoria contundente, y la consiguió. Un triunfo que disipe algunas dudas. Y que, a la vez, le permita al Chacho trabajar con mayor tranquilidad en la búsqueda del mejor funcionamiento. Todavía no es el equipo sólido de la temporada pasada, es cierto. Pero parece transitar un buen camino rumbo a ese objetivo.