Central mira a todos desde abajo. El Canalla cayó con Lanús por 3-1 y quedó último en la zona B. Leandro Somoza, ya con cuatro partidos como técnico, no le encuentra la vuelta a un equipo que no le sale nada y que cada vez que le pisan el área tiene que sacar del medio.
Así se hace muy difícil. En el fútbol actual dar tantas ventajas en defensa cuesta muy caro. Lanús, un equipo que hacía mil partidos que no ganaba, se lo hizo notar. El Grana encontró dos jugadas de peligro y festejó. En las fotos salieron Martínez, Komar y Almada, una clara señal que algo está mal en la parte baja y que será tarea de Somoza revertir esos errores casi infantiles. Y no pasa por cambiar figuritas. Ayer jugó Almada por Báez y nada se modificó. E incluso, por momentos, se empeoró.
De todas formas esta vez no jugó del todo mal. Contó con chances reales de marcar, pero cuando uno está en la mala no hay mucha vuelta que darle. Pupi Ferreyra tuvo algunos destellos de su potencial, Benítez intentó siempre, Gamba entró con frescura.
En la otra vereda estuvo Ojeda, de muy mal partido y con indicios que es candidato a salir cuando el sábado el Canalla recibe a Independiente.
Central pide a gritos que el torneo termine hoy y el mejor ejemplo fue el tercer gol del Grana. Maxi González, un pibe de 17 años, burló la marca de Martínez para anotar de cabeza ante la atenta mirada de Servio. Esa jugada puntual es una muestra cabal que a la defensa canalla le puede anotar cualquiera. Desde un señor de 80 años a un pequeño de 2.
Todo lo bueno que hizo, que no fue mucho, se derrumbó con horrores que terminaron en gol. Y así es complicado levantar este “muerto”. Porque hay una regla en el fútbol sine qua non. Cuando un equipo se acostumbra a perder no se sabe cuál es el final del pozo.
El descuento de Benítez maquilla un poco, pero es inevitable pensar en cómo Somoza puede revertir este momento. Una misión casi imposible para el entrenador, que apenas logró un punto de doce en juego. Le restan tres partidos (Independiente, Huracán y Estudiantes) para intentar meter un volantazo y no estrellarse contra un paredón en su primera experiencia como técnico.
Central está en su peor momento. Pierde cada vez que juega. El técnico no encuentra respuestas. Vecchio hace tres partidos que no juega. La oposición pide elecciones anticipadas. Todo forma un combo híper explosivo.
Tiempo para hacer autocrítica, buscar la manera de mejorar y darle al hincha una alegría el sábado ante Independiente. Pero con los antecedentes sobre la mesa resulta toda una utopía.