“El domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”. Con ese canto despidió la hinchada de Central Córdoba a jugadores, cuerpo técnico y dirigentes tras la derrota 1-0 como local ante General Lamadrid. Es que la ilusión de pelear por entrar al reducido de la Primera C todavía sigue latente por las chances matemáticas, pero tras lo exhibido por el equipo ayer, el panorama parece complejo. Es que el Carcelero fue efectivo casi en el inicio del partido y después se cerró bien atrás ante un elenco matador sin ideas claras para buscar el empate.
A los 12 minutos de la etapa inicial, Franco Maraia marcó el único gol de la tarde en barrio Tablada y que sería más que suficiente para llevarse los tres puntos a Devoto. Es que en frente hubo un equipo conducido por Edgardo Malvesttiti que casi no tuvo ideas para tratar de vulnerar el arco defendido por Federico Scurnik. Un par de cabezazos de Guido Di Vanni en esa misma primera parte y nada en el complemento, salvo muchos pelotazos sin sentido.
Falta jugarse el resto de esta fecha 11 del Clausura y quedan otras ocho jornadas para el final, pero estos puntos son los que después se puede terminar lamentando el Charrúa de haber dejado en el camino.
Lo cierto es que la gente ya tiene la cabeza puesta en lo que será el duelo ante Studebaker en Villa Cañas por los octavos de final de la Copa Santa Fe, en un partido único que puede ser decisivo para todo Central Córdoba en lo que resta de la temporada.