Este sábado 11 y el domingo 12 de mayo, el cementerio El Salvador se suma a la 7ª edición del Open House, festival anual de arquitectura nacido en Londres, presente hoy en más de 50 ciudades del mundo y que se celebra en Rosario desde el año 2018. Las visitas a la necrópolis se realizarán el sábado, de 9 a 13, y el domingo, de 14:30 a 18:30.
El objetivo del evento es abrir las puertas de diversos edificios de gran valor arquitectónico, cultural e histórico que habitualmente se encuentran cerrados al público, para que toda la comunidad pueda conocerlos.
Más información sobre el festival en www.openhouserosario.org/
En este marco, el cementerio El Salvador se suma a una nueva edición, con el fin de mostrar a quienes asistan distintos panteones, entre ellos, el de Pedro Bett, inmigrante francés dueño de una importante empresa de carruajes de 1800, cuyo sepulcro fue restaurado y forma parte del patrimonio de la necrópolis; el del Centro Unión Dependientes, antiguo panteón social de importante arquitectura art decò; el de la familia Semino, dueña de una importante empresa harinera de nuestra ciudad cuyo legado perdura hasta hoy, y el panteón DeLorenzi, construido por el propio arquitecto, apodado el ‘Da Vinci rosarino’.
El Salvador se erige como un cementerio monumental por influencia de tradiciones arquitectónicas y urbanísticas europeas, traídas a la ciudad por arquitectos extranjeros. Ocupa cinco hectáreas, comprendidas por la calle Ovidio Lagos y las avenidas Pellegrini. Francia y Presidente Perón (ex Godoy), donde se emplazan alrededor de 50.000 sepulturas.
Posee una fachada de ingreso neoclásica, con grandes frontis acanalados rematados con capiteles dóricos. Desde fines de siglo XIX se popularizó la construcción de panteones y mausoleos, esculturas y vitrales, fundándose una necrópolis de gran valor patrimonial, artístico y cultural, que exhibe una gran variedad de estilos que van desde el art decò al neoclásico; convirtiéndose así en un acervo patrimonial de gran importancia para la investigación.
El ese sentido, el Salvador –además de los servicios propios que presta un cementerio– suma otros de tinte cultural, como recorridos guiados y visitas diurnas y nocturnas, que ofrecen al y la visitante otra perspectiva para rescatar parte de nuestra historia, recordarla y resignificar el espacio.