El margen de maniobra del Banco Central frente a la actual tensión cambiaría se estrecha, y el poder de fuego con el que se identificaba a su mesa de dinero empieza a evaporarse. A sólo una semana de que el organismo resolviera reducir la tenencia en dólares de los bancos para generar una oferta de divisas y de activos en moneda extranjera, el mercado respondió con la voracidad de siempre y los niveles de demanda alcanzaron a atenuar todos los efectos previstos.
El dólar implícito en los negocios bursátiles se encareció sólo en esta semana 35 centavos, en sus dos versiones (contado con liquidación y dólar Bolsa), hasta los 13,40 pesos; las expectativas de devaluación que reflejan los contratos a futuro cedieron apenas 20 centavos, tanto en el exterior como a nivel local, de 9,90 a 9,72 pesos para fin de año; y en el mercado al contado, el Central tuvo que aumentar las trabas sobre la demanda de dólares para comprar apenas 100 millones de dólares en una semana.
El mercado se sorprendió con el volumen que llegó a operar el Bonar 17. El bono se mostró fuertemente ofrecido por la última restricción oficial que obligó a las entidades financieras locales a deshacerse de activos en dólares. Pero a pesar de esta ola de ventas, su cotización quedó casi inmóvil porque del otro lado de la mesa hubo una demanda similar que absorbió estos títulos con buenos precios.
En el sector bancario habían estimado inicialmente que los bancos se verían obligados a desarmar unos 500 millones de dólares, pero que la medida tendría poco impacto y que daría aire, en el mejor de los casos, por unos 20 días al Banco Central. El efecto parece haber sido sobreestimado: “En este contexto en el que hay avidez y en el que tampoco es demasiado lo que tienen que desarmar los bancos, se ven bajas muy marginales en los precios contra subas muy fuertes. El mercado insiste en presumir que en poco tiempo habría un salto cambiario. Los bonos atados al dólar oficial subieron hasta el 28 por ciento en pesos desde el 30 de julio, el día del default, según el Instituto Argentino del Mercado de Capitales, y muestran ahora rendimientos negativos que sólo los convierten en una inversión razonable si hay una suba cambiaria mayor al 20 por ciento. A tono con esta dolarización, el mercado de capitales mostró estas semanas una sugestiva suba del volumen de negocios.