Triunfazo de Central Córdoba. En contra de todos los pronósticos, el Charrúa se impuso 3-1 en el estadio José Luis Sánchez de Laferrere y avanzó a las semifinales del torneo reducido de Primera C, donde enfrentará a Berazategui, que dio la sorpresa y eliminó a UAI Urquiza en su propia cancha.
Tras el 1-1 en la ida, al Matador no le quedaba más opción que ganar para seguir en carrera. Y con mucho amor propio y coraje, los dirigidos por Marcelo Vaquero jugaron un inteligente partido en el “Murumbí” de Lafe, que al igual que en el reducido de la temporada pasada, volvió a tener a Córdoba como único protagonista.
Nahuel Rodríguez de cabeza adelantó al Charrúa en la primera parte tras un gran centro de Nicolás De Bruno para que el conjunto de barrio Tablada se vaya al descanso en ventaja. Laferrere salió más decidido en el complemento y pronto arrinconó a la visita. Pero Central Córdoba se mantuvo firme en el fondo y al local no le quedó más remedio que buscar por arriba, y hasta que de tanto ir, Federico Rodríguez puso el empate.
El 1-1 bien podría haber sido el principio del fin para el Charrúa, pero Nico De Bruno tenía otros planes, y con una volea espectacular volvió a poner en ventaja al Matador.
Desesperado, Laferrere fue otra vez con todo lo que tenía a por la igualdad, hasta que a cinco del final, el ingresado Alejandro Fiorina sentenció la historia con una contra letal.
Fue 3-1 y clasificación para el Central Córdoba, que ahora espera por Berazategui con la certeza de saber que definirá la serie de local y que además contará con ventaja deportiva.
Incidentes
Una vez finalizado el encuentro, la fiesta charrúa se vio empañada por los inadaptados de siempre que atentan contra el buen espectáculo. Es que al término del partido, los jugadores de Central Córdoba tuvieron que salir corriendo del terreno de juego donde se encontraban festejando la clasificación, debido a los piedrazas y todo tipo de objetos que volaban desde las tribunas del local. Para dispersar a los violentos, la policía se vio obligada a disparar balas de goma, en tanto que los futbolistas charrúas tuvieron que cambiarse arriba del micro, que también recibió varios impactos de piedras. Como consecuencia de los disturbios, un policía resultó herido y dos patrulleros destrozados.
Por suerte, la amenaza “en Lafe mueren todos” que apareció en el vestuario visitante del Gabino Sosa al final del encuentro de ida no se cumplió gracias a la intervención policial, aunque los integrantes del plantel charrúa pasaron un mal momento en el estadio José Luis Sánchez.