Rosario, la ciudad natal de Ernesto Guevara, dio este jueves continuidad al ciclo “90 veces Che”, donde a través de diferentes actividades se homenajea y recupera su legado a 90 años del nacimiento de aquel líder revolucionario. Del acto central participó José Pepe Mujica, el ex presidente de Uruguay, emparentó el recuerdo del Che a sus años de juventud y de lucha.
El teatro Astengo estuvo colmado en el marco de una charla sobre “el legado del Che”, de la que participaron, además de Mujica, la intendenta de la ciudad Mónica Fein, el gobernador Miguel Lífschitz y el embajador de Cuba en Argentina Orestes Pérez Pérez. Además de invitados especiales como Juan Martín Guevara de la Serna, uno de los hermanos del Che, y Carlos Calica Ferrer, amigo entrañable que acompañó a Ernesto al recorrer Latinoamérica.
Pepe, uno de los líderes latinoamericanos más carismáticos, que impulsó en su país legislación de avanzada como el aborto legal y la legalización del consumo de marihuana, pidió perdón por “estar un poco usado y no venir más seguido” a Rosario “por el afecto y el pescado que es muy rico”. “Abrazo al pueblo rosarino y a los santafesinos, un abrazo de un luchador social de la Banda Oriental”, agregó.
¿Qué reflexión le genera Guevara?, le preguntaron a Mujica. Pepe se tomó su tiempo para reflexionar, tal vez para encontrar las palabras justas que reflejen su juventud y sus inicios en la militancia: “Varias cosas. Lo uno, mis recuerdos, porque alguna vez fui joven como ustedes y mi tiempo pertenecía a ese mundo donde el cambio social parecía que estaba a la vuelta de la esquina. Naturalmente era un tiempo muy distinto a este, creíamos, teníamos fe. Lo que nos llevaba a comprometer toda nuestra existencia, no porque fuéramos mejores o peores sino que teníamos confianza”.
“Pero este es un tiempo muy distinto, está difícil creer en algo”, remató el ex presidente uruguayo y advirtió que los desafíos del presente “son muchos más complicados” que los que enfrentó el Che. “Esa época era aparentemente más sencilla porque pensábamos que cambiando las relaciones de producción y distribución, íbamos a tener un hombre bueno. Nos comimos la pastilla. Hoy es más complicado el partido”, añadió.
Palabra de hermano
Juan Martín vivió los avatares de la familia Guevara de la Serna, que ha trajinado por diferentes pueblos y ciudades. Nació en Córdoba, vivió en Cuba y hoy reside en Buenos Aires pero no quiso perderse el homenaje a su hermano en Rosario. ¿Qué le regalaría a Ernesto por sus 90 años? “Le regalaría Latinoamérica y el mundo liberado de todos los problemas que tiene. Así es como pensaba él y sería el mejor regalo”.
“El mundo está peor que en el año 1967 (cuando cayó en la selva boliviana y fue posteriormente asesinado), no ha mejorado para nada la desigualdad, sigue habiendo explotación y la marginación, todo tiene precio, todo se valora de acuerdo al dinero”, evaluó Juan Martín y acto seguido destacó “un escrito muy importante” de su hermano, al que considera “uno de los pensadores más importantes del siglo XX, y quizás del XXI, en donde habla de cómo el capitalismo te come la cabeza, de cómo todo lo que tiene que ver con el dinero te come la cabeza en cuestiones de humanidad”.
La infancia en Alta Gracia
Calica Ferrer se remontó, para recordar al Che, a su infancia, al por entonces pueblo de Alta Gracia, donde los amigos se criaron juntos. “Todas las fotos que tengo con él de chico son de cumpleaños. Los cumpleaños de los Guevara, íbamos de los Guevara; los cumpleaños de los Ferrer, venían a la casa de los Ferrer. Compartimos once años muy importantes, mi padre fue su médico”.
“En esa época empieza a mejorar su asma, a andar a caballo, nadar. Ernesto era el capo de la barra, defendía a ultranza a su hermano, a los más chicos, a los que cargaban. Ernesto era inflexible, para él todos eran iguales”, rememoró.
Calica y Ernesto fueron compañeros de ruta en su recorrida por Latinoamérica. “Era el jefe de la expedición, porque ya había conocido América en el viaje que hizo con (Alberto) Granados. De manera que ya sabíamos del estado de abandono, de la falta de educación y de sanidad, la no democracia. América estaba inundada de dictadores. Así que Ernesto ya tenía idea política y estoy seguro de que la concreta cuando lo conoce a Fidel Castro”, detalló.
“Cuando Ernesto se convierte en el Che, no me asombra nada. Porque era el chico que conocí, valiente como él solo, inteligente y buena persona”, dijo Calica y finalizó: “Los que hablan de él como un asesino es por un poco de ignorancia y por estar influenciados por la prensa de la derecha. Yo le tengo más miedo a los que son demasiados amigos del Che e inventan historias que no son ciertas. Hay que cuidar la historia de Ernesto porque dentro de 200 años lo van a seguir homenajeando”.
“Hay que ver qué intereses tienen”
Un mezquino reclamo se coló en el homenaje a Ernesto Che Guevara en el 90 aniversario de su nacimiento. Dos concejales del PRO cuestionaron el ploteo de un colectivo de la línea Q, con la mítica foto del Che de Alberto Korda. Juan Martín Guevara, hermano de Ernesto, recordó cuando también hubo oposición a la estatua que recuerda al revolucionario en el parque Yrigoyen.
“Ya lo dijeron otros con el tema de la estatua, que había que sacarla porque no podía ser que un asesino… y no sé qué más dijeron. Yo digo que el que tiene una opinión, tiene una posición y detrás de esa posición, un interés. Hay que ver el interés que tienen los que dicen eso porque el Che no es neutral, el Che luchó por los pobres, por la igualdad, por la equidad”, expresó Juan Martín.
“Entonces, si no les gusta eso es porque no les gusta que los pobres estén bien, ni les importa la equidad ni la liberación. Seguramente es eso”, concluyó.