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El ciclo del capitalismo: un evento astrológico que rememora épocas oscuras

El próximo 12 de enero se dará la unión de Saturno y Plutón en Capricornio, similar a aquel funesto, para la Argentina, 1982. Y exactamente igual al producido en 1518, el Siglo de las Colonias, cuando además se produjo el cisma religioso en el cristianismo. Pistas sobre los efectos de la economía

Por Alma Del Universo (Especial para El Ciudadano)

El fin del capitalismo como sistema brutal parece un sueño; el mismo genera permanentemente sus herramientas para perpetuarse. Sin embargo la astrología nos dice que estamos de nuevo en la cola de la serpiente, parades en el mismo lugar donde estábamos cuando todo esto inició. ¿Somos les mismes?

La astrología no es una determinación sino una lectura de una propuesta que muchas veces cobra sentido en los patrones del tiempo. Por eso podríamos preguntarnos cómo apropiarnos de los eventos que llegarán, específicamente el del 12 de enero del 2020, cuando se haga exacta la unión de Saturno y Plutón en Capricornio.

Este evento, gigante, tiene dos ciclos que podemos leer y que nos devuelven información sobre lo que nos espera: la última unión de estos dos planetas fue en 1982 en el signo de Libra, con la guerra de Malvinas y el comienzo del fin de la última dictadura cívico-militar, pero la última vez que Saturno y Plutón se encontraron en Capricornio, como lo harán ahora, fue en 1518.

Capricornio representa la forma, el statu quo, la tradición y la ley, representa por lo tanto el patriarcado, que es la forma estatuida del poder y la estructura que determina el resto de las manifestaciones sociales. Plutón comenzó a transitarlo en 2008, desarmando, disolviendo y mostrando lo que pretendía quedar oculto. Saturno, por otro lado, toma lo disuelto y propone otra forma, otra estructura y construye algo que sea más responsable.

Esta unión también puede entenderse como la destrucción total que toma forma. ¿Qué pasaba entonces en el siglo XVI que puede darnos luz sobre los macroprocesos históricos que muchas veces nos cuesta ver cuando ocupamos el presente? ¿Cómo se materializaba la destrucción y qué rol ocupaban las mujeres?

A este período se lo conoce como el Siglo de las Colonias porque fue el tiempo en el que Europa ocupó el territorio americano, con la consecuencia del genocidio de la población nativa. Por otro lado, exactamente en 1517 Martín Lutero desafiaba a la Iglesia católica con sus 95 tesis cuestionando la existencia del Papa, este movimiento es la base de las actuales iglesias evangélicas, esas que están cada día interviniendo más en la política (desde la postura «pro vida» a nivel local hasta la ingerencia en golpes –racistas– de Estado como el de Bolivia, pasando por la pregunta de cuánto han incidido económicamente en otras elecciones latinoamericanas).

Este cisma no era inocente porque estaba fogueado por un interés oculto: lo que hoy entendemos como la transición del feudalismo al capitalismo. Sí, astrológicamente estamos volviendo a vivir la posición planetaria que tuvimos cuando la tierra comenzó a ser cercada y se vivió la “revolución de los ricos contra los pobres” (Rifkin Jeremy, La sociedad de coste marginal cero) con millones de campesinos y campesinas obligades a abandonar sus tierras y a trabajar de manera asalariada. Esta transición ilustra lo que la unión de Saturno y Plutón en Capricornio significan: el desmoronamiento progresivo de una forma, de una ley, para darle lugar a otra.

Una de las maneras de llevar adelante el cercamiento de la tierra fue ajustar el control sobre el cuerpo de las mujeres, el otro territorio fértil necesario para un cambio de paradigma económico. Para eso, como bien señala Silvia Federici en Calibán y la Bruja, se inició el tiempo de la caza de brujas donde aquellas mujeres que resultaban peligrosas para el funcionamiento de la sociedad eran llevadas a la hoguera o torturadas; de ellas especialmente aquellas que sabían cómo detener un embarazo.

Cualquier similitud con la actualidad no es coincidencia porque, de nuevo, estamos transitando el borde de un cambio de visión espejado por el hecho de que Saturno y Plutón van a unirse en el signo de la formas que ya están caducas, precedido por un eclipse de luna en el signo opuesto solo dos días antes.

El territorio, tanto el cuerpo femenino como el de la tierra misma, reclaman un cambio urgente ya sea porque hay derechos (indígenas, femeninos, disidentes) que no hemos podido conquistar en los últimos 500 años o ya sea porque nos quedan sólo 10 para cambiar el paradigma del patrón de consumo y no terminar en una catástrofe ecológica. Literalmente, nos quedan sólo 10 años para asegurar nuestra supervivencia como especie y no parecemos darnos cuenta.

Por supuesto no son Saturno o Plutón los responsables de que un sistema económico cambie. Contrariamente a la creencia popular no hay un  vínculo de influencia en la astrología, sino que hay una propuesta para llevar adelante, exactamente como sucede ahora ante la realidad de una forma de producir que empobrece y que se sustenta con base en la explotación feroz de todos los recursos; los de la tierra, los del cuerpo de las mujeres y las disidencias, los del cuerpo de los indígenas. ¿Qué economía y qué territorio vamos a legarles a las próximas generaciones? ¿qué caza de brujas sostenemos individualmente sin darnos cuenta? ¿cómo colaboramos con algo que está destinado a morir y caer? Que este fin de década sea con un brindis para tomar responsabilidad individual y colectiva.

 

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