Gigantes, en vuelos acrobáticos y desatando batallas. Los barriletes coparon una vez más el cielo del parque Scalabrini Ortiz y durante dos días unas 70 mil personas se sumaron a la propuesta. El buen clima acompañó a miles de familias que se acercaron al parque con mate, reposera y barrilete en mano. Para los que nunca remontaron uno la Municipalidad de Rosario brindó talleres para aprender a hacerlos y conocer las técnicas que permiten mantenerlos en el cielo. Desde la Secretaría de Cultura y Educación dijeron que la actividad fue la más convocante de los últimos años y duplicó la edición 2016. Participaron “barrileteros” de Rosario, Buenos Aires y Jujuy.
En ascenso
“Es un festival que está instalado y cada año va creciendo más. La fiesta la hace la participación de las personas de diferentes barrios que llegan al parque, aprovechan el parque, hacen un picnic y traen sus barriletes”, contó el secretario de Cultura, Guillermo Ríos.
El festival comenzó el sábado a las 10 y se extendió hasta ayer pasadas las 18. Atrajo a familias con niños y adultos de todas las edades. El cierre fue una “batalla de barriletes” donde los competidores jugaron a tocar el cometa del contrincante. También hubo vuelos nocturnos y acrobáticos. Ayer el cierre del festival fue un espectáculo de la artista infantil Sabina Cantarina.
Hubo dos actividades especiales. El sábado un grupo de científicos contaron las variables físicas involucradas en que un barrilete tome vuelo. Ayer hubo un taller gratuito para aprender a armarlos incluido un modelo de los hermanos Wright. Estuvo a cargo de especialistas del Complejo Astronómico Municipal. Hablaron sobre la fuerza eólica, la gravedad y las técnicas para sostenerlo en el aire.
Días antes al festival, los organizadores trabajaron con escuelas de la ciudad. Los invitaron a armar uno por escuela. Docentes y coordinadores de centros de convivencia barrial se sumaron.
El festival se realiza desde el 2001 y busca revalorizar una actividad trasmitida de generación en generación.
“Los vecinos y vecinas llevan la reposera y usan los parques y espacios públicos para disfrutar. Se volvió una cita característica de Rosario”, opinó el secretario de Cultura.