Como desde hace 14 años, el cielo de la ciudad se llenó de barriletes con una nueva edición de Pintemos el Cielo de Rosario, festival que se extenderá hasta mañana en el parque Scalabrini Ortiz. Ayer, en el día de su inauguración, el encuentro contó con cientos de alumnos de primaria que acudieron a remontar cometas.
Niños y niñas de distintos barrios de la ciudad se divirtieron remontando barriletes de múltiples colores confeccionados por ellos mismos, al tiempo que disfrutaron de una charla sobre el club de ciencia y barriletes históricos a cargo de Osvaldo y Daniel Orellana, de la localidad de Presidente Derqui, provincia de Buenos Aires; de un taller de minibarrriletes, con el alemán Hans Peter Böehme, y de un concurso de altura, entre otras propuestas.
Organizado por la Secretaría de Cultura y Educación municipal, Pintemos el Cielo de Rosario se realiza en forma consecutiva desde 2001 en el espacio público de avenidas Central Argentino, Alberdi, Mongsfeld y Gualberto Venesia, abarcando un fin de semana de principios de septiembre.
La iniciativa, que cuenta con el auspicio de Unicef desde 2005 y fue creciendo en adhesiones desde su primera edición, superando las 100 mil personas, tiene por finalidad despertar un interés renovado por lo lúdico. Se basa en la simpleza del goce por el divertimento de realizar una labor milenaria: remontar una cometa, conocimiento trasmitido de abuelos a nietos que cumple la maravillosa misión de aunar generaciones.
El festival cuenta con importantes visitas internacionales. Este año, Edgar Gómez del grupo Apudi (Paraguay), comentó que “estamos por segundo año consecutivo formando parte de este festival. En Paraguay se habían perdido muchos espacios verdes de la costanera por la represa de Yaciretá. Hoy en día se recuperó eso y tenemos una costanera de 27 kilómetros con mucho verde, entonces decidimos juntarnos el grupo de amigos que estábamos siempre disfrutando ese espacio, y volvimos a revivir este juego que de chicos lo hacemos con tanto gusto y ahí armamos la agrupación para seguir fabricando y remontando pandorgas (barriletes). Cuando remontamos las pandorgas, sentimos que tocamos el cielo con las manos”.
El encuentro tiene una fuerte articulación pedagógica, por medio del programa “El barrilete va a la escuela”, los alumnos de las instituciones educativas primarias construyeron cometas que volaron en la jornada de ayer.
Hoy y mañana en el Scalabrini Ortiz habrá más actividad: cometas de un hilo, vuelos acrobáticos, gigantes voladores, prácticas, y la presencia de las agrupaciones colombianas Bogotá 2.600 y Club Kogui para aportar lo suyo al festival.