Los trabajos de reparación de media vida del submarino ARA San Juan, que fueron dados por concluidos hoy por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, constituyen tareas de alta tecnología que representan un hito para la industria naval argentina.
Esta actividad estuvo a punto de sucumbir tras el abandono al que fue sometida desde la década de los `90, pero comenzó a revertirse desde el 2003 a partir de la reactivación del Astillero «Almirante Storni» y de los Talleres Navales de Dársena Norte (Tandanor), que integran el Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar), ubicado en al zona sur del puerto de Buenos Aires.
En el acto la presidenta encabezó además la ceremonia de botadura del buque oceanográfico «Dr. Bernardo Houssay», reconstruido completamente en Tandanor, perteneciente a la Prefectura Naval Argentina y empleado como plataforma de investigación con tecnología de avanzada y para la formación de recursos humanos.
La reparación de media vida del submarino San Juan, botado en junio de 1983, tiene como objetivo devolverle sus capacidades originales y extender su vida útil por 30 años más, al servicio de la Armada Argentina, según informó el ministerio de Defensa
Hace casi dos años, el navío ingresó a los talleres para dar comienzo a las obras que demandaron más 250 mil horas hombres y un total de 429 tareas que se realizan en forma conjunta entre la Armada Argentina y los equipos del Cinar.
Se trata de una reparación clave, porque extiende la vida útil del navío y es la única vez que el submarino es cortado en dos, desarmado, arreglado y unido nuevamente mediante soldaduras que requieren de una precisión que no admite errores.
Debido a la situación en la que se encontraba la nave, era necesario una intervención de esta magnitud para permitirá mejorar la calidad de navegación deteriorada por las emisiones de hidrógeno de sus baterías, que ponían en riesgo a la tripulación y al propio submarino, señala la informaciòn.
En cuanto al motovelero «Dr. Bernardo Houssay», es el primer buque oceanográfico de América y fue adquirido por la Prefectura Naval Argentina en 2001.
Es el buque de investigación científica que más millas ha navegado en el mundo y que se encuentra a flote en la actualidad, y en él han navegado personalidades como Jacques Cousteau, y los premios Nobel de Medicina de 1920, el danés August Krogh y de 1952, el ucraniano Selman Waksman.
Diseñado como buque de investigación oceanográfica y construido entre 1929 y 1930 en Dinamarca, en 30 años realizó cerca de 300 campañas oceanográficas por los distintos mares del planeta.
Tras su remozado en el Cinar, el navío contará con un moderno laboratorio a bordo, que significará un aporte a la comunidad científica y será una plataforma para la investigación y formación de quienes tengan interés en las ciencias del mar.
Entre las tareas realizadas, se adquirieron e instalaron el motor propulsor, los generadores, velas, mástiles, parte de los sanitarios, cabos, hélice, bote auxiliar, equipos de supervivencia, sistemas de potabilización de agua para consumo y planta para el tratamiento de efluentes.
En el Cinar se está realizando además la reparación del rompehielos argentino «Almirante Irizar», afectado por un incendio el 10 de abril de 2007, y de varios buques de bandera extranjera.