En plena temporada, todos los miércoles hasta el 15 de abril, más de 300 salas de España venderán sus entradas a cinco euros, o menos, en vez de los 8.10 habituales (o 10.80 si la película es en 3D).
Antecedentes inmediatos son La Fiesta del Cine, que con la entrada a 2.90 durante tres días de octubre atrajo a más de un millón y medio de espectadores, y la fiesta de dos cadenas de salas que a 3.50 en tres días de noviembre vendió 300.000 entradas.
La intención es recuperar al público, que en 2013 se redujo un 17,4% con respecto a 2012, una pérdida de 107 millones de euros.
El problema es el IVA de 21%, que desde su aplicación el 1 de septiembre de 2012 ya recaudó cerca de 88 millones de euros, el triple que con la anterior tasa del 8%, y no piensa bajar. Aún más: el gobierno español advierte que acordar entre las diversas salas una entrada más barata supone concertación de precios, delito pasible de sanción penal.