En el juicio que se inició este miércoles en los Tribunales federales de Rosario, David Zacarías está sindicado como jefe de la organización. Para la Justicia, su mujer Sandra Marín y su hijo Joel cocinaban con David. A su hija Flavia le atribuyeron el rol administrativo: llevaba los papeles de los autos, las cuentas y también era el enlace con los abogados para preguntarle si existían denuncias y también era la conexión con “el ingeniero”, un hombre que aún no está identificado y de quien se sospecha era el proveedor de la pasta base.
La ex mujer de Joel, Ruth Castro, estaba al tanto de la logística de la organización, vendía al menudeo, era la encargada de los celulares y también era la encargada hacer el enlace con los policías para que le avisaran de allanamientos en los puntos de venta de drogas que los podían comprometer.
Los civiles bonaerenses Hugo, Alfredo y Javier Silva están sindicados de proveer los precursores químicos a cambio de 340 mil pesos desde la localidad de Don Torcuato.
Néstor Fernández figura como dueño y encargado de la remisería Frecuencia Urbana de Granadero Baigorria, de quien Zacarías dijo que es el verdadero dueño. También la Justicia le atribuye ser propietario de dos camionetas Rav 4 con las que Delfín salió del país y le hallaron en una de ellas tres bidones de acetona.
La pata policial
Al policía federal José Luis “He-Man” Dabat y el ex jefe de la Brigada Operativa de Drogas de la Policía santafesina en la capital provincial, Diego Comini, les atribuyen colaboración a la banda con el aviso de allanamientos que los podrían implicar en el delito de comercialización de estupefacientes.
En las escuchas, el suboficial de la sección Inteligencia de Drogas y Crimen Organizado de la Federal quedó registrado cuando le avisa a la ex nuera de Delfín que “cierren las persianas” de los búnkers porque iban a producirse allanamientos. A media hora del alerta, efectivos policiales aparecieron para hacer allanamientos a los puntos de ventas de Superí al 2900; Los Cocos y La Cumbre; Cosquín al 1900, y Boedo y Ghiraldo, los cuales estaban vacíos. En otra escucha se aprecia cómo Zacarías, tras su caída, llama a su ex yerno para que contacte a He-Man y le avise que desarticule otras cocinas.
A Comini se lo acusa de haber recibido indicaciones por parte de la ex nuera de Zacarías para que diera aviso a quienes estaban al frente de lugares de expendio de sustancias estupefacientes al menudeo, para que “bajaran las persianas”, al igual que lo hizo el uniformado de la federal.