Sol, calor y pasión. Con estos ingredientes se palpita la previa del Clásico, del partido que paraliza a Rosario, del encuentro donde una ciudad se divide en dos por un mismo sentimiento: el fútbol.
Cuando a las 17 Néstor Pitana marque el inicio del Clásico, todo lo que se habló y lo que se trabajó en la previa quedará de lado.
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— Diario El Ciudadano (@elciudadanoweb) 10 de diciembre de 2017
Hoy Rosario amaneció distinta a otros días. Hoy cuando cada hincha de Central y de Newell’s se levantó en lo único que pensó fue en el Clásico, en ese partido que cada rosarino quiere jugar pero que sólo unos pocos pueden disfrutar.
A medida que las horas fueron corriendo la adrenalina fue en ascenso. Luego del mediodía las adyacencias del Gigante de Arroyito se fueron colmando minuto a minuto a la espera de la hora del partido.
Así, hinchas con los colores azul y amarillo fueron el común denominador en la zona norte de la ciudad.
#ElCiudadanoClasico Guillermo Ferretti analiza la diferencia entre #Central y #Newells con respecto a la cantidad de jugadores debutantes en el derby
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Puestos de choripanes, puestos de venta de camisetas y banderas y un estricto control policial decoraron la escenografía del exterior de una cancha que explotará a las 17, donde unas 40.000 almas auriazules alentarán en esta ocasión.
Mientras tanto, miles de almas rojinegras harán el aguante en cada rincón de la ciudad, apoyando a los del Chocho Llop.
Rosario ya vive su fiesta. Se viene el Clásico. Que sea en paz…