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El complicado camino de llegar al aceite de cannabis en Santa Fe

Está autorizado el uso pero los que circulan son importados. No hay producción local y el trámite nacional excluye muchas enfermedades. Muchas personas recurren a un mercado paralelo y casero donde no se asegura efectos

“La gente se acerca a los hospitales públicos a buscar el aceite de cannabis, pero el acceso por los trámites de Nación son muy trabajosos”, explicaron desde la provincia. El Ciudadano recuperó el complicado camino para acceder a los preparados que llevaron a madres y usuarios a cultivar y la que la Justicia no les persiga.

Arranque

Desde 2016 la obra social de los empleados del Estado santafesino, Iapos, entrega el aceite de cannabis Charlotte´s Web a 37 personas. Sólo dos son mujeres adultas. El resto son chicos y chicas que tienen epilepsia refractaria. Ese año la Legislatura santafesina aprobó el uso medicinal del cannabis y meses más tarde la Nación la imitó. Pero ambas leyes dejaron afuera el autocultivo, es decir, la posibilidad de plantar y cosechar marihuana para después hacer el preparado y usarlo en los tratamientos.

Hoy la única opción regulada es importarlo a precio dolarizado. Este escenario llevó a madres y organizaciones de usuarios de cannabis medicinal a presentar amparos en distintas partes del país –con fallos ejemplares en Salta y Viedma– para que el Estado no les persiga y garantice el acceso a la salud. En muchas casos porque los tratamientos que necesitan son con distintos tipos de cepas de la planta, y no el importado.

Pocos

Para quienes no pueden conseguirlo por medio de las obras sociales particulares, el Ministerio de Salud provincial incluyó poder evaluar los pedidos que llegaban a los hospitales públicos. Registraron unas 20 solicitudes en distintos centros de salud de la provincia. Sólo 3 completaron el trámite: uno en Rosario, otro en la capital santafesina y el último en Villa Ocampo.La mayoría no completaron el papelerío, pero el problema principal fue que la Anmat –el único organismo que fiscaliza los medicamentos– sólo autoriza el ingreso del preparado por vía de excepción para tratar epilepsia refractaria en menores de edad.

“El resto de las patologías que figuran en la ley provincial –cáncer, dolores crónicos, fibromialgias, glaucoma, estrés postraumático y toda condición de salud existente o futura que la autoridad de aplicación considere– serán analizadas por la Comisión Reguladora”, dice en una resolución del ministerio de Salud provincial de 2017. Desde el Gobierno de Santa Fe explicaron que no pudieron autorizarlos. Si lo hacían, el ingreso del aceite, al ser importado y controlado por Anmat, iba a ser retenido.

El acceso

El director provincial de Calidad y Evaluación Sanitaria del Ministerio de Salud, Santiago Torales, es parte de la Comisión Reguladora de la ley de cannabis medicinal de Santa Fe, donde también participan otras áreas del Ministerio de Salud incluyendo al Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado, más conocido como LIF.

“No es un trámite sencillo y empuja a la gente a un circuito inseguro, donde se desconoce la calidad y el impacto en la patología. Los preparados o medicamentos tienen que estar elaborados para que sean eficaces. Siempre los beneficios tienen que estar por encima de los posible contraefectos. Ningún preparado artesanal lo puede garantizar, pero las opciones desde el Estado requieren controles”, explicó a El Ciudadano, Torales.

Desde que salió la ley, la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR mantiene un programa para testear los aceites para ver si sirven o no. Hasta diciembre habían probado 200 muestras de aceites comerciales y caseros. El 20% tenían una concentración muy baja de los componentes usados en los tratamientos: CBD y THC .

Tratamiento y seguridad

La Comisión Reguladora de Santa Fe también participó de la revisión de la normativa nacional que habilita los tratamientos con cannabis. Anmat, según su resolución 10.406/16 y su comunicado del 7 de octubre de 2016, los autoriza por “uso compasivo”, nombre que le dan a los medicamentos no registrados o en proceso de validación científica. Para tener validación es necesario investigar los preparados y los tratamientos, algo que nunca se hizo en Argentina hasta ahora.

“En Santa Fe avanzamos con un proyecto de investigación de los preparados y los efectos en los pacientes en un protocolo de investigación con el Hospital Garraham. Tenemos que hacerlo para acercar una solución segura a la población”, explicó Torales.

Uno de los últimos registros conocidos sobre usuarios de cannabis medicinal es de Israel, que hace años lo admitió. El estudio, que compartió el doctor clínico Marcelo Morante durante una jornada universitaria de cannabis hace un mes, arrojó que ayudó a personas con enfermedades crónicas que no son epilepsia refractaria.

“Una de cada cinco personas en el mundo sufre de dolores crónicos. El médico debe saber los mecanismos para acompañar a bajar el dolor con todas las herramientas”, dijo Morante y concluyó: “El médico debe absorber la pregunta en el consultorio del cannabis no como la cura. No cura el cáncer, por ejemplo. Si mejora la calidad de vida y los síntomas”.

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