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El Concejo bailó dividido con la música de una megadisco

La instalación de la franquicia de la porteña Esperanto en Roca y Zeballos trajo más ruido. Así fue el debate.

A pesar de que en la sesión del pasado jueves en el Concejo Municipal se resolvió reabrir el Registro de Oposición por 15 días para que los vecinos de Presidente Roca y Zeballos puedan dar su visto bueno o no a la instalación allí de la megadisco Esperanto, en el recinto aún resuenan los contrapuntos. La polémica había estallado en el verano y las quejas de quienes habitan en la zona (promovidas también desde el propio Concejo en algún caso) derivaron en que ya en el otoño la discusión siguiera al Palacio Vasallo. Lo cierto es que el jueves la votación (en la que, con dos proyectos en danza, finalmente fue aprobado el que impulsaba el oficialismo) estuvo precedida por nuevos y duros cruces entre los ediles socialistas y los colegas de diferentes bloques de la oposición que se abstuvieron de darle curso a esa idea y plantearon la existencia de una supuesta serie de irregularidades en el proceso de habilitación que aún no han sido subsanadas.

En el proyecto que se aprobó el jueves en el recinto se plantea reabrir por 15 días el Registro de Oposición de los vecinos a la radicación del boliche bailable de origen porteño en su barrio. Además, se darán por válidas las presentaciones ya hechas, se permitirá las exposiciones a través de asamblea en los edificios para agregarlas a un nuevo padrón, se informará el número de oposiciones y el total de notificaciones, que serán individuales, y también  se informará el cupo mínimo para rechazar la llegada del boliche.

También se integrará una comisión veedora conformada por integrantes de la comisión de Gobierno y vecinos. El Registro, en tanto, se volverá a publicar en los medios gráficos. Además, se pedirán informes sobre el estado de todos los planos presentados en el expediente de habilitación, y los rubros que allí figuran.

Lo cierto, en tanto, es que lo que no pudo prosperar fue un proyecto aceptado entre los ediles radicales Jorge Boasso y María Eugenia Schmuck, los seis concejales referenciados en el PJ y Alberto Cortez, de Proyecto Sur. Allí se establecía que, para la reapertura del registro, previamente el municipio debía reglamentar la ordenanza que regula el Registro de Oposición y exigir la presentación de nuevos planos firmados por profesionales habilitados. Para convalidar lo actuado, en tanto, se solicitaba un dictamen de la Dirección de Asuntos Jurídicos. Estos nueve legisladores locales se abstuvieron en el recinto de votar la iniciativa que sí avalaron los bloques socialistas, el PRO (integrado por cuatro ediles), los radicales Daniela León y Gonzalo del Cerro y el demoprogresista Aldo Poy.

En el debate del jueves, el propio Boasso aludió a las “desprolijidades en el trámite” que viene implementando el Ejecutivo. Entre tantas preguntas que lanzó al aire, el edil hasta puso en duda la titularidad privada del negocio interrogando al auditorio sobre  “quiénes son los propietarios” del futuro establecimiento. Igualmente, el radical insistió en poner énfasis en  que “la mayor desprolijidad es llamar a oposición con un registro no reglamentado”. Y, al respecto, siguió preguntando sobre “qué padrón” se utilizó y “cómo son las notificaciones” que se envían a los vecinos, por lo que apuntó que habría que “barajar y dar de nuevo” aclarando que el objetivo es “no perjudicar ni al inversor ni a los vecinos”. Lo que él planteó con su proyecto, dijo, pretendía “reencauzar el trámite”.

A su turno la concejala María Fernanda Gigliani, del Partido del Progreso Social, (PPS) mencionó que si bien “parecía” que la única cuestión a debatir era si se reabría o no el Registro de Oposición, cuando se tuvo acceso al expediente “aparecieron otras” irregularidades.  Así, marcó que “el plano que la empresa presentó para solicitar la habilitación del lugar es “apenas un croquis, no un anteproyecto como dice la ordenanza”, y en tal sentido precisó que en el mismo no se consigna “el balance de la superficie”. De esta forma, dijo luego, queda abierta la posibilidad de que el privado pueda unir ya con el sitio en funcionamiento el sector del bar-restaurante con la confitería bailable. Por todas estas cuestiones, la joven edila  se preguntó al final cuál ha sido “el papel de la Dirección de Obras Particulares” en todo el proceso.

Cuántos metros ocupará la confitería y cuántos otros serán para el espacio de bar y restaurant es precisamente uno de los asuntos que más cuestionan algunos ediles opositores, quienes sostienen que eso aún eso no esta claro y que se estaría violando la normativa al respecto.

Posteriormente Héctor Cavallero, también del PPS, cuestionó la posibilidad de la instalación de una disco en la que cada fin de semana por la noche “habrá 800 personas dentro y 2.000 afuera, en un lugar de pleno centro como Presidente Roca y Zeballos”. El edil agregó que proyectos  de este tipo contribuyen a que “se despueble la zona céntrica de habitantes permanentes que se van a Funes o a Roldán”. El ex intendente de la ciudad advirtió así sobre la posibilidad que con el tiempo “en el casco céntrico solamente queden oficinas, con lo que después de cierta hora lo ocupará la marginalidad, como ocurrió en ciudades como Santiago de Chile o Nueva York”.

En tanto, al responder a algunos de los cuestionamientos, el titular del bloque Socialista, Manuel Sciutto, precisó que se está en las primeras instancias, donde recién se analiza la “factibilidad del proyecto” y que luego de pasar el Registro de Oposición “llegará el momento de otras exigencias que se requieren para los boliches bailables”. En ese punto ubicó la cuestión de los planos y espacios interiores. Fue allí que desde la otra trinchera replicaron cuestionando al Ejecutivo el hecho de que los privados sigan avanzando con trabajos de refacción del predio donde se planea montar el boliche. Basta transitar por la zona para dar cuenta de esa cuestión.

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