Con los tachos y los pinceles a otra parte. El Concejo Municipal encomendó al Ejecutivo que llame a una reunión a los titulares de los clubes más convocantes de la ciudad, Rosario Central y Newell’s Old Boys a la Comisión de Obras Públicas para abordar la problemática de las pintadas callejeras “y arribar a un consenso que permita resolver en líneas de acción concretas”.
El tema, impulsado por la radical María Eugenia Schmuck, tomó consistencia por el reclamo de los vecinos, en particular de la Asociación de Amigos del Parque Independencia, ante la guerra de pintadas entre grupos de las distintas hinchadas, cuyo campo de batalla son “columnas de alumbrado, semáforos, cordones, veredas, bancos de parques, y emplazamientos privados, como paredes de casas y comercios”.
El proyecto, que el Concejo aprobó el jueves por unanimidad –incluido el voto del ex delantero canalla Aldo Pedro Poy– remarcó que no sólo los vecinos que viven cerca de los estadios de los clubes son afectados por las pintadas en sus inmuebles, sino también los residentes de toda la ciudad. Y, más allá de los murales que considerados por muchos como obras de arte, también estos resultan víctimas de pintadas de hinchas rivales para arruinarlos, por lo que la iniciativa considera directamente “que las pintadas son actos vandálicos a la infraestructura de la ciudad”.
También recuerda la iniciativa que incluso no pocos monumentos históricos, antiguos y nuevos, resultaron dañados por las pintadas, que “la contaminación visual” que generan las pintadas “afecta el posicionamiento de Rosario como ciudad turística” y que la competencia “por ser los que mayores lugares de la vía pública pinten en la ciudad” sólo lleva al “deterioro progresivo”, y al “aumento de la violencia generada en el fútbol”.
