El concierto que brinda la tradicional Orquesta Filarmónica de Viena cada 1° de enero en la capital de Austria, acaso el más famoso del mundo, se realizó en este 2024 que acaba de comenzar bajo la dirección del maestro alemán Christian Thielemann y sin composiciones de mujeres en el programa, como siempre ha sido, en sus 84 ediciones.
A propósito de esa notable ausencia, en paralelo al concierto oficial, se organizó otro a modo de protesta, también en Viena, con un programa de valses y polcas creados sólo por mujeres.
«Por primera vez hubo un programa con las grandes compositoras de vals que conquistaron el mundo con su música desde Viena», anunció la periodista Irene Suchy, impulsora del programa extraoficial que se celebró el mismo día en la sala Ehrbar.
«Las compositoras no eran inferiores a los hombres de su época en cuanto a renombre y perspicacia empresarial, ni mucho menos en la calidad de sus composiciones», explicó la periodista y gestora cultural del encuentro.
Fue en ese marco que se escucharon en el programa paralelo piezas como «Marcha de la emancipación de las mujeres» y el vals «Pensamientos libres», de Josefine Weinlich-Amann (1848-1887); «Vals a la vienesa» de Leopoldine Blahetka (1811-1885), y «Capricho en forma de vals» de Clara Schumann (1819-1896).
En el espacio oficial, en cambio, la prestigiosa Filarmónica de Viena se presentó en la Sala Dorada del Musikverein con un programa dominado por la familia Strauss (Johann, Eduard y Josef). Diez de las quince composiciones del repertorio pertenecen a esa dinastía. «Este manantial es inagotable», subrayó Thielemann.
El director alamán, que sucederá al argentino-israelí Daniel Barenboim como director de la Ópera Estatal de Berlín desde septiembre de 2024, estuvo a cargo el concierto de fin de año por segunda vez.
Por lejos, la gran «novedad» del concierto de fin de año de 2024 será la inclusión, por primera vez, de una obra del compositor austríaco Anton Bruckner, a propósito de los 200 años de su nacimiento, y que sonará a través de la Quadrille, WAB 121.
Emblema del romanticismo musical, la Filarmónica de Viena viene profundizando su trabajo con de obras de Bruckner y anunció, incluso, la edición de un disco con sus once sinfonías.
Sobre la exclusión de compositoras mujeres en el programa oficial, uno de los miembros del consejo directivo de la Filarmónica de Viena, Daniel Froschauer dijo, a modo de respuesta a la prensa: «Aún no hemos llegado a eso».
Froschauer recordó que casi un millar de piezas distintas se interpretó en los 66 años en que el concierto fue retransmitido por televisión y que ni una de ellas fue la obra de una mujer.
«El programa no es para mí un tema de género. Se trata de un tema de calidad. Si la pieza es buena, se toca», se justificó respecto a la ausencia «casual» de piezas compuestas por mujeres.
«Tendremos una mujer directora cuando llegue el momento. Se necesita a alguien que sea un artista consagrado y con mucha experiencia con nuestra orquesta. Cuando tenemos una relación artística de unos diez años, normalmente los invitamos al Concierto de Año Nuevo», afirmó durante una conferencia de prensa previa al esperado encuentro musical.
La televisión austriaca ORF produce desde 1959 el concierto, en coproducción con la Unión Europea de Radiodifusión, que lo retransmite a más de 90 países, con una audiencia de más 55 millones de espectadores solamente en Europa.
La Filarmónica de Viena, una de las orquestas más prestigiosas del mundo, resistió el ingreso de una mujer en sus filas hasta 1997.
La primera mujer aceptada formalmente fue la arpista Anna Lelkes, que llevaba en la nómina 26 años, desde 1971, pero sin los mismos derechos que sus pares varones. Cinco semanas después del ingreso de Lelkes renunció el presidente Werner Resel, defensor de la orquesta como un «club privado» de hombres.
En la edición 2024 del Concierto de Año Nuevo, fuera de programa oficial, como «bises» se escuchó, como ya es habitual, la Marcha Radetzky y «El Danubio Azul» de Johann Strauss hijo.
La Filarmónica de Viena celebró su primer concierto en 1842. Sin embargo, en 1941, bajo el nazismo, se realizó por primera vez bajo el título «Concierto de Johann Strauss».