La oposición de Ucrania fracasó en su intento de derribar el gobierno con una moción parlamentaria, lo que deja sin solución las tensiones políticas en el país mientras las grandes manifestaciones callejeras no dan señales de remisión.
La moción de censura fue presentada en protesta por la decisión del presidente Viktor Yanukovich de no firmar un muy anticipado acuerdo para profundizar los lazos políticos y económicos con la Unión Europea (UE) y por la represión policial de manifestaciones contra esa resolución.
La disputa logró sacar a multitudes de hasta 300.000 personas a las calles de Kiev, en las demostraciones de malestar público más multitudinarias desde la Revolución Naranja de 2004, cuando los sectores contrarios a la influencia de Rusia en Ucrania lograron revertir una cuestionada victoria electoral de Yanukovich.
La moción, presentada por tres grupos parlamentarios opositores, obtuvo el respaldo de sólo 186 legisladores en la Rada Suprema (Parlamento), 40 menos que los necesarios.
La moción de censura fue presentada en protesta por la decisión del presidente Yanukovich de no firmar un muy anticipado acuerdo para profundizar los lazos políticos y económicos con la UE, a instancias de la presión de su socio Rusia.
El premier Nikolai Azarov, quien concurrió a la Rada acompañado de sus ministros, pidió disculpas en nombre del gobierno por el uso de la fuerza contra los manifestantes antigubernamentales, represión que le costó el puesto al jefe de Policía. Pero defendió la gestión gubernamental, denunció el asedio de la sede del gobierno y otros edificios clave por parte de miles de manifestantes, aunque se mostró abierto al diálogo.
Afuera la oposición apostaba a recrudecer las protestas callejeras.