Parte del debate que dejó el primer juicio oral y público por un siniestro vial se centra en modificar un hábito: salir en auto y tomar alcohol. Poco o mucho, no importa. Asociaciones de familiares de víctimas viales piden tolerancia cero para todos los que conducen un vehículo, como ya rige en la provincia de Córdoba.
Como publicó este medio, los proyectos para lograrlo, el nacional y el provincial, están parados en instancia legislativa. Pero existe una condición para que esas iniciativas lleven a un cambio cultural: los controles en calles y rutas. De poco sirve poner límites si no se fiscaliza con rigor.
A nivel local, el municipio de Rosario ha mantenido en el último año el control del tránsito como política estable. Centenares de operativos mutaron en espacio y tiempo y agentes de Policía, miembros de la Guardia Urbana y personal de Tránsito piden en la calle papeles, licencia y elementos de seguridad además de hacer el test de alcoholemia. Por eso los corralones de calle Moreno y avenida Presidente Perón reciben últimamente el triple de vehículos que años anteriores.
También aumentaron casi un 15 por ciento las multas aplicadas por el Tribunal Municipal de Faltas y de igual manera crecieron las inhabilitaciones temporarias.
En el marco de la intensificación de los controles el primer trimestre del 2015 arrojó resultados sobre el buscado cambio de costumbres: sólo el 8 por ciento de los conductores a quienes se realizó el test de alcoholemia dio positivo, porcentaje menor al de los últimos años.
“Es un trabajo a largo plazo. Mes a mes reducimos un poco la cantidad de positivos y los resultados están a la vista, ya que en 2014 tuvimos diez mil accidentes de tránsito menos que en 2013. Pero al mismo tiempo somos consientes de que aún falta mucho. Debemos ir rumbo a un sistema de tolerancia cero de alcohol para poder erradicar definitivamente esta costumbre”, indicó a El Ciudadano Pablo Seghezzo, al frente de la secretaría de Control y Convivencia Ciudadana.
Números
Según el relevamiento trimestral del municipio, en los meses de enero, febrero y marzo se efectuaron 5.047 test de alcoholemia, los cuales superan los 4.141 realizados en todo el 2013. De ese total, 399 fueron los que dieron positivo, revelando un índice de infractores del 8 por ciento.
En 2013 esa tasa fue del 16 por ciento y en 2014 se había reducido a 14 por ciento.
“Es importante mantenernos en un solo dígito, siempre reduciendo la cantidad de positivos año tras año, y para ello es importante que sigamos con la firme convicción de eliminar el alcohol al volante”, remarcó Seghezzo.
También adelantó que la intención es duplicar la cantidad de controles año a año. “Aquella persona que conduce bajo los efectos del alcohol no sólo pone en riesgo su vida, sino la del resto de los ciudadanos y no vamos a claudicar en nuestro esfuerzo de llevar los índices a cero”, continuó el funcionario municipal.
Récord de controles
En enero se batió récord de controles de alcoholemia en la historia del municipio, con 2.233 test realizados todos los días de la semana en distintos horarios.
“Tomamos enero como un mes para relevar el comportamiento de los conductores, identificar los lugares y los horarios en los que encontrábamos la mayor cantidad de positivos y a partir de allí focalizar los controles en estos sectores los meses subsiguientes”, continuó Seghezzo, quien celebró la baja de la media en casos positivos a 8 por ciento. También adelantó que los relevamientos se harán por cuatrimestre.
Los controles vehiculares, una de las banderas de la gestión de Seghezzo, aumentaron de forma progresiva y cambiaron de lugar y horario. Por fuera de los corredores gastronómicos durante los fines de semana se aplicaron controles durante la semana en horario after office, de 17 a 21.
También se montaron operativos los domingos en el horario de la siesta, después del asado o las pastas en familia, una tradición de la que el alcohol forma parte casi indisoluble.
En falta
Además de poner a prueba la capacidad del corralón, el Tribunal de Faltas municipal sintió el sostenimiento de los operativos vehiculares. Según reconoció a este medio la directora de la repartición, Stella Splendiani, hubo un aumento en la cantidad de inhabilitaciones temporarias por infracciones vehiculares, entre ellas, alcoholemia positiva. En 2014 hubo 1.637 inhabilitaciones con distinta duración: desde quince a treinta días hasta cuatro años. Todas incluyeron una multa económica.
Al respecto cabe recordar que el único caso en que la inhabilitación puede extenderse más de cuatro años sin llegar a una instancia judicial es cuando el conductor inhabilitado es encontrado manejando sin licencia.
Sin embargo, las infracciones ligadas a alcoholemia están lejos de los primeros lugares del ranking de faltas en la ciudad. En 2014 hubo 1.116.000 infracciones vehiculares, alrededor de un 10 por ciento más que en 2013, cuando se registraron 909.456. Encabezan el listado las multas por violación al régimen de estacionamiento medido. Detrás siguen los conductores que no respetaron la línea de frenado y fueron fotografiados por algunas de los radares con cámara incorporada que hay en la ciudad. En tercer lugar del ranking están las infracciones por excesos de velocidad cuya multa va de 1.900 a 6.000 mil pesos. A continuación están las multas por estacionamiento en lugar prohibido y por pasar las luces rojas en los semáforos, con similares consecuencias monetarias para el infractor.
Cierran los primeros lugares en cantidad de multas la falta de documentación de rodados o el no uso de casco en motociclistas.
CONTRACARA
No obstante los resultados alentadores para la seguridad en el tránsito que arrojan los operativos en los que se busca detectar si los conductores están alcoholizados el espíritu transgresor sigue vigente en muchos irresponsables: durante este año también se intensificó la actividad de grupos de Facebook, Whats App y Twitter de usuarios de esas redes que las utilizan para alertar a otros cuando divisan un control.