Agustín Brest pelea por su vida en el Heca. Tiene sólo 14 años y sobre su espalda pesa la tristeza de la muerte de su hermano Mario, que ocurrió el 10 de enero de 2015 y quedó impune.
En el juicio, que se llevó adelante el año pasado, los investigadores reconstruyeron el crimen. El 10 de enero de 2015, a las 4 de la madrugada, Brian Torres, de 19 años, y Mario Brest, de 15, estaban en la puerta de una casa de pasaje 1754 al 2000, en Santa Lucía. En ese momento, Mario le dijo a su abuela que iba hasta su casa y volvía. Fue en esa instancia que el adolescente pasó por calle 1761 y pasaje 1741. El fiscal sindicó a Alexis A., de 22 años, como la persona que disparó contra Mario y luego huyó del lugar. Al escuchar la detonación, su abuela, Norma P., su tío, Brian Torres, y otros familiares corrieron para ver qué había pasado.
Según describió Norma en el juicio, al doblar la esquina por pasaje 1741, se encontraron con el otro acusado, identificado como Salvador C., de 48 años, y su hijo. El hombre comenzó a dispararles, sostuvo Norma. “Me acuerdo que le levanté la mano, le decía que no dispare, que no teníamos nada, que quería ver a mi nieto. No sabía que mi nieto estaba muerto. Le decía, «No disparés» y seguía disparando”; reconstruyó la mujer y continuó: “Él seguía. Me di vuelta y mi hijo –por Brian Torres–, cayó”, declaró Norma en el juicio.
Norma dijo que no volvió a ver a su hijo. Según su relato, el imputado le disparó y el proyectil le rozó el cuero cabelludo, pero siguió caminando. Entonces el hombre le tiró una piedra que hizo blanco en la cabeza y Norma quedó inconsciente. Brian vivió un día más, tenía un tiro en el cráneo. Su nieto murió de la misma forma, aunque una hora después de ser herido. Los pesquisas indicaron que los imputados fueron detenidos el mismo día.
La teoría planteada por la Fiscalía fue que Alexis mató a Mario Brest y cuando su familia corrió a socorrerlo fue atacada a tiros por Salvador, quien baleó a Brian Torres e hirió a su madre Norma.
En los alegatos de apertura, el fiscal Ademar Bianchini pidió para el más chico de los imputados 22 años de prisión y para el mayor, 27. A este último, el fiscal le sumó un intento de homicidio contra la madre y a la vez abuela de las víctimas, Norma P.
Absolución en los alegatos
En el cierre del juicio, el fiscal comenzó su exposición con la ausencia de dos testigos que tenían que presentarse el 27 de abril. Bianchini explicó que eran centrales y solicitó que se ordene el traslado por la fuerza pública, pero nunca aparecieron. Así las cosas, se llegó a los alegatos de clausura donde la Fiscalía mantuvo el pedido original de 27 años de condena para Salvador C. Para el joven Alexis A. pidió la absolución y que se disponga su inmediata libertad. Esta presentación fue aceptada por Marcelo Argenti, abogado del muchacho. El tribunal resolvió absolver al joven y ordenó su libertad.
En esa misma instancia, el abogado defensor de Salvador C., Gregorio Gómez, pidió absolución de culpa y cargo respecto de los dos hechos debido a que los testimonios y las pruebas no podían probar la responsabilidad de su defendido.
Los magistrados absolvieron a Mario Salvador C. de los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y tentativa de homicidio agravada, por el principio de la duda, el cual indica que en caso de duda la Justicia debe pronunciarse a favor del imputado, en cualquier grado e instancia del proceso, ya que “la culpabilidad debe ser demostrada por el acusador”. Además, ordenaron la libertad del hombre.
La droga rompió los lazos
En el testimonio que brindó Norma en el juicio recordó que siete años atrás los hijos del acusado y las víctimas fatales eran amigos. Los unió el crimen de otro de los hijos de Norma: Rubén Arriola, de 18 años, quien fue asesinado de una puñalada en la nuca el 24 de abril de 2010 durante una pelea barrial. Por ese tiempo, los chicos del barrio, entre los que incluyó a los hijos de Salvador, hicieron unas camisetas de fútbol con la cara de su hijo y le pusieron Los Cachones y allí surgió el apodo. Con el correr de los años, la venta de drogas provocó un quiebre y disputas por el territorio de Santa Lucía que dejaron a las dos familias enfrentadas.
Cruces
Uno de los violentos cruces pasó horas después del homicidio de Mario y Brian cuando otro integrante de Los Cachones fue asesinado. Se trata de Lucas Maturano, alias Congo, quien la tarde del domingo 11 de enero se encontraba con un hermano de Brian en su casa ubicada en de pasaje 1754 al 2000 cuando un joven le disparó en el pecho y el hermano de Brian quedó con un tiro en la pierna. Por el caso fueron detenidos Brian Z., de 20 años, y Jorge B., de 51 –acusado de ser el conductor del auto– de donde partieron los disparos. Los investigadores sostuvieron que los detenidos también integraban las filas de Salvador C.