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El crimen que develó una historia de violencia en barrio Toba

La imputaron por el asesinato de su pareja. Los testimonios sacaron a la luz una relación atravesada por la violencia de género, que concluyó con un hecho de sangre. El hijo de la mujer ya fue imputado por el homicidio de su padrastro. Ella sigue el juicio en prisión domiciliaria

Una historia de vulnerabilidad y violencia fue lo que se escuchó este viernes en el Centro de Justicia Penal en la audiencia imputativa donde una mujer fue señalada como coautora del crimen de su pareja. Por el hecho, ya estaba detenido su hijo, quién contó que se enfrentó a su padrastro cuando vio cómo le pegaba a su mamá. El muchacho explicó que esa noche de diciembre de 2018 fue a visitar a su familia en la zona oeste. Su madre fue víctima de golpes durante toda su vida, también sus hermanos y esa noche la defendió, como lo había hecho a los 9 años cuando le valió el exilio de su hogar y una vida en la calle: le pegó a su padrastro con un inflador. Dijo que cuando se fue de la casa, el hombre estaba inconsciente pero con vida. La autopsia determinó que, además, tenía varias puñaladas.  Hubo dichos cruzados entre madre e hijo respecto de la autoría de los puntazos. Para el fiscal Adrián Spelta, la autora de los mismos fue la mujer, quien por un acuerdo de partes esperará el avance del proceso en arresto domiciliario.

El 15 de diciembre pasado, la casa de pasaje 1886 al 4400 fue el escenario de una extensa comida. Donato Méndez, de 45 años, había cobrado e invitó a su patrón y otro hombre a almorzar pescado asado. La sobremesa se extendió hasta la tardecita cuando, luego de tomar mucho alcohol, los visitantes se fueron. En la casa quedaron Méndez, su pareja Gabriela B., de 40, y los tres hijitos de ambos de 5, 3 y 1 año y 4 meses. Poco después llegó Nahuel B. con su novia Araceli.

En un momento los chicos se fueron a la habitación con Nahuel y su novia. Gabriela quedó en la cocina junto con Méndez. A los pocos minutos, uno de los nenes pasó cerca de su padre y éste le pegó en la espalda con el mango de un cuchillo. Entonces se generó una discusión entre Gabriela y su pareja, según contaron en su declaración madre e hijo y la novia.

Araceli agregó que Nahuel salió de la pieza e intervino porque Méndez estaba golpeando a su madre. Se agarraron a piñas, los separaron pero Nahuel agarró un inflador y le pegó primero en la pierna y luego, cuando cayó, en la cabeza. Araceli se impresionó y se fue al patio, dijo y detalló que cerca de la medianoche se fueron mientras el cuerpo de Méndez estaba en el piso.

Las declaraciones de los imputados

El resultado de la autopsia al cuerpo de Méndez arrojó que tenía golpes en la cabeza junto a cuatro escoriaciones, 20 heridas contuso cortante y 13 punzo cortantes. Cuando Nahuel fue imputado, dijo que salió en defensa de su madre. Méndez le pegó una piña en el ojo y le respondió golpeándolo con un inflador. Aseguró que estaba desmayado pero vivo cuando se fue de la casa.

Nahuel se enteró unas dos semanas después de la muerte. El joven hace 13 años que está en situación de calle. Se fue de la casa porque Méndez lo discriminaba y no lo quería, dijo.

Su madre Gabriela B. contó que Nahuel la defendió cuando tenía 9 años porque Donato le pegó. Le dio con un caño en la cabeza y le tuvieron que dar puntos: “Lo cagaba a palos cuando era chico». Nahuel lo apreciaba hasta que se cansó y dijo basta, basta de pegarle a mi mamá, aseguró.

Gabriela agregó que su hijo lo defendió, le pegó a Méndez y ella salió al patio a atender a su nuera y sus hijos y cuando entró su pareja estaba tirada. La mujer hizo un relato de su historia de vida. Contó que uno de sus hijos casi lo perdió por la paliza que le dio Méndez, también la golpeaba porque pensaba que uno de los niños no era de él. Golpeaba a los chicos y ella no podía decir nada, contó.

“Dormía con los ojos abiertos por terror a él. Toda la vida le tuve terror a ese tipo y seguí aguantando porque no tenía donde ir. ¿Y de qué me valió? Siempre me siguió pegando. Me decía que era una puta, que no servía como mujer, que no servía para nada, que no sabía leer”, describió Gabriela para agregar que también se burlaba de una situación de abuso que había sufrido cuando era chica.

La mujer también relató que Méndez se drogaba y la regalaba a sus amigos, aunque aclaró que ella siempre se negó. Prefería que le pegara, cerró su declaración.

Hermano

El testimonio del hermano de Gabriela fue leído por el fiscal. Dijo que se enteró de la muerte de su cuñado – que a la vez era su medio hermano — por televisión. Le preguntó a Gabriela qué era lo que había pasado y ella le dijo: “Tranquilo, ya está”. Como le insistía, Gabriela lo llevó al patio y le dijo que estuvieron tomando vino y cerveza todo el día. Cuando la visita se había ido, llegaron Nahuel y su novia. En un momento, Gabriela y Méndez discutieron. Él se puso violento y empezó a pegarle, Nahuel la defendió y le pegó con un caño en la cabeza, mientras que Gabriela lo apuñaló, leyó el fiscal.

Para Spelta, Gabriela estaba en la casa al momento del crimen y fue coautora del crimen. El fiscal llegó a un acuerdo con la defensora oficial María Laura Paenza para que la mujer cumpla la prisión preventiva en su casa atento a la edad de sus hijos y pidió la intervención de la Dirección de Niñez.

El juez Rodolfo Zvala admitió la imputación, dijo que el nudo central se encuentra en informaciones cruzadas entre madre e hijo: el hijo dice que lo golpeó y no lo mató mientras que ella dice que lo mató su hijo. Entendió que la evidencia hace tambalear las dichos de la mujer. Aceptó el acuerdo de partes respecto a la prisión preventiva domiciliaria y ordenó la colocación de una tobillera electrónica. Además, dio intervención a la Dirección de Niñez.

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