Por Florencia Fazio (Télam)
En Colombia, desde el inicio del estallido social, las fuerzas de seguridad tomaron «el cuerpo de las mujeres como botín de guerra y la violencia hacia ellas se agravó», denunció la socióloga, periodista y activista feminista, Fabiola Calvo Ocampo en una entrevista con Télam.
La integrante del Colectivo de Pensamiento y Acción Mujeres Paz y Seguridad y de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género es además hermana de Jairo de Jesús, quien fue comandante general del Ejército Popular de Liberación (EPL) y uno de los fundadores de la Coordinadora Nacional Guerrillera, y de Oscar William, quien dirigió el periódico Unión, lideró la Unión Democrática Revolucionaria y propuso la reforma constitucional tras firmar en 1984 las negociaciones de paz con el presidente Belisario Betancur.
A Oscar lo asesinaron en 1985, meses después mataron a su otro hermano Héctor solo por ser familia, y en 1987 a Jairo.
En medio del Proceso de Paz, ella debió exiliarse en Madrid, donde vivió por 20 años, hasta que regresó a Colombia en 2007, nueve años antes de que se firmara el Acuerdo de Paz que inauguró el actual proceso de reinserción de miles de combatientes y dirigentes de las ahora exFARC.
Ocampo inició su militancia política y la lucha por los derechos de las mujeres al mismo tiempo, aunque aseguró que, por entonces, no había asumido el feminismo. Fue durante su exilio que comenzó un proceso de toma de conciencia.
-Télam: ¿Qué balance hace de la situación actual de Colombia?
-Fabiola Calvo Ocampo: Ni siquiera el paro de 1977, que tenemos en la memoria inmediata y en el que también hubo militarización y enfrentamientos, se compara con el que pasa en este momento. La reforma tributaria se sumó a un año de encierro, con un 23% de desempleo y 21 millones de personas en condiciones de pobreza y rebasó la paciencia. Son insostenibles las situaciones de salud, educación sin financiación y jóvenes de los sectores populares sin futuro. Pero no se puede hacer una lectura de un estallido social sin ver antecedentes.
El Gobierno y el Estado responden de la misma manera militarista que lo hicieron décadas anteriores. En el día hay movilizaciones y la gente está, pero por la noche el ejército arremete contra la juventud, que es la que fundamentalmente pone el pecho. Entre el 28 de abril, que comenzó el paro, y el 20 de mayo de 2021, la fundación para la Libertad de Prensa registró 176 agresiones contra periodistas y medios de comunicación, y 27 fueron contra mujeres. La Defensoría del Pueblo, hasta el 14 de mayo, 87 casos de violencia de género, 79 mujeres y ocho personas de la población LGBTIQ+ y dos fueron de violencia sexual. Sin embargo, la ONG Temblores hasta hace unos tres o cuatro días había reportado 18 casos de violencia sexual.
– T:¿Cómo se abordan las denuncias de abuso?
– FCO: Colombia es un país con un largo conflicto armado y el cuerpo de las mujeres ha sido y sigue siendo un botín de guerra. La Corte Constitucional se expidió en 2006 sobre el estado de inconstitucionalidad de cosas respecto de las mujeres y pidió una investigación sobre 180 casos que no se hizo. Ahora, el instituto de Medicina Legal dice que la violencia sexual y de género a mano de la fuerza pública fue de 132 casos entre 2017 y 2020. Es preocupante que del 28 de abril al 28 de mayo se den 18 casos. En Cali, muchas mujeres empezaron a denunciar agresiones por parte de la policía en los últimos días, por lo que estimo que se superó la cifra de abusos con creces. Generalmente se presenta un registro bajo porque hay miedo y no todas las mujeres denuncian. Muchas contaron en redes sociales que hay sitios por donde no caminan, salen en grupo y que otras dejaron de salir. El cuerpo de las mujeres sigue siendo visto como un trofeo, como una manera de amedrentar.
– T: ¿Qué análisis hace de la resistencia que se genera en torno a los derechos de las mujeres?
– FCO: Tenemos cifras muy altas respecto de la violencia contra las mujeres, de cualquier estrato social. Los gobiernos, y de manera específica este, han buscado ahogar los derechos de las mujeres quitando presupuesto. Para sumar, la Fiscalía General, la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría no tienen autonomía y nunca había pasado que un Gobierno no autorizara la presencia de un organismo internacional. Están esperando poner la casa en orden y tapar lo que se hizo. Hay que recordar que en la consulta por los acuerdos de Paz, el partido político Centro Democrático (del presidente Iván Duque) se opuso y ganó. Decía que en los acuerdos de paz que se firmaron con las FARC había una ideología de género. Hicieron publicidad engañosa contra los derechos de las mujeres y la población LGBTIQ+. Sin embargo, también hay un movimiento grande que trabaja desde diferentes miradas por los derechos de las mujeres y, en este momento, por las que están en primera línea defendiendo a sus hijas e hijos.
– T:¿Qué se espera después de este gran estallido social?
– FCO: Fundamentalmente diálogo. Se necesita una nueva mirada de los gobernantes. Este movimiento social dijo que no quiere seguir siendo una juventud sin futuro, está exigiendo como nunca antes lo había hecho y necesitará nuevas formas organizativas porque los partidos políticos no jugaron un papel en este proceso. Se necesita que definitivamente se le devuelva la soberanía al pueblo.