El Dakar regresa al país con un tramo de alto riesgo: los 862 km de la 10ª etapa, la más larga del rally.
Se debe al largo enlace por la mañana (686 km), en el que la caravana atravesará nuevamente la frontera antes de disputar una especial mítica en los alrededores de Fiambalá: 176 km cronometrados, que ya se realizaron en 2010, pero que, en esta ocasión, recorrerán los pilotos en sentido contrario, para terminar con los cordones de dunas blancas en las inmediaciones de Fiambalá, que causaron estragos en los equipos del Dakar 2010, además de bastantes abandonos.
En lo deportivo, todos los líderes tendrán que andarse con cuidado, independientemente de su ventaja a la cabeza, porque se puede perder todo en esta especial 100% arena.
Solo el qatarí Nasser Al-Attiyah (VW), gran especialista en dunas, podrá afrontar esta etapa con confianza, sobre todo porque partirá justo detrás de su rival principal; su compañero de equipo el español Carlos Sainz (VW) tendrá la ardua tarea de abrir pista.
Ese problema no lo tendrán ni Marc Coma (KTM), ni Cyril Despres (KTM), protagonistas del duelo de KTM por el primer puesto de la general. El francés y el español, que partirán en 7º y 9º puesto de la etapa, respectivamente, se encuentran en plena partida de ajedrez.
El objetivo: no indicarle el camino al otro. Un reto complicado para Despres, obligado, por otra parte, a atacar en una de las últimas especiales que puede ofrecer diferencias de tiempo importantes. Al inicio de esta 10ª etapa, Despres cuenta con un retraso de 8’14 frente a Coma, líder.