Cuando la escuela católica San Jorge celebró este 23 de abril el día de su patrono, el cura y director llamó a una procesión bajo el lema “Sí a la vida”. El presidente del centro de estudiantes se quejó. Fue hasta su oficina y le dijo que la mayoría de los alumnos y alumnas no coincidían con la consigna que identifica a los grupos opositores a la legalización del aborto. El religioso respondió que la postura del colegio es en contra del proyecto en discusión en el Congreso. Aun así permiten que los estudiantes debatan en clases. También se mostraron dispuestos a que se dé educación sexual como define la ley: de forma integral. El panorama en San Jorge no se repite en todos los colegios religiosos de Rosario. Los contrastes son importantes. Semanas atrás, un grupo de alumnos del colegio Jesús de Nazaret se pusieron el pañuelo verde al cuello. En otras escuelas el tema es tabú. El Ciudadano charló con estudiantes de tres escuelas religiosas de Rosario sobre cómo viven los debates puertas adentro.
Marea verde
La discusión sobre la interrupción voluntaria del embarazo desborda lo que pasa en el Congreso. Desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, autora de la iniciativa con más firmas de apoyo, aseguran que para llegar al parlamento fue necesario un proceso de despenalización social del aborto. Tuvieron que instalar el tema en las casas, los trabajos, los medios de comunicación y las escuelas. Los adolescentes no lo viven de la misma manera en las calles, donde cada martes en los alrededores del Congreso se reúnen personas a escuchar a los expositores y expositoras, que en las escuelas. Más aún en las religiosas. En el colegio Verbo Encarnado (La Paz al 500) no se habla del aborto. Si el tema surge porque los alumnos preguntan son los profesores de catequesis y religión los que responden. “Cada vez que aparece el tema lo esquivan o nos muestran testimonios de mujeres que no abortaron y llevan una vida feliz”, cuenta a este medio Victoria, que integra el centro de estudiantes. Ella siente que no saben cómo abordarlo. El colegio Verbo Encarnado está en contra del aborto legal. Para Victoria, la mayoría de los docentes no dan su posición a los alumnos y entre los estudiantes hay diferentes posturas. Las voces a favor son de mujeres, salvo por un hombre. “Hay algunos que están muy convencidos y piensan que el aborto es un método anticonceptivo. Los varones dicen que es cuestión de que la mujer se cuide y listo. Hay un desconocimiento de los argumentos a favor de la despenalización y de la lucha”, agrega la estudiante.
En cinco años de secundaria los estudiantes de Verbo Encarnado reciben una sola clase de educación sexual. Es en tercer año. “En la materia biología hay un capítulo que se llama «Educación para el amor», que aseguran fue elaborado por el Arzobispado. Desde el centro de estudiantes queremos dar charlas sobre anticonceptivos en los primeros años porque esa única clase no abarca todo lo que dice la ley de Educación Sexual Integral (ESI)”, suma Victoria.
La mayoría a favor
Lisandro es presidente del centro de estudiantes de la escuela San Jorge (Italia al 1100) y dice que el debate está en boca de todos. “Empecé a preguntar curso por curso e incluso se discute con los profesores. El planteo llega desde los chicos porque estamos muy interesados. Tuvimos charlas en la Iglesia y se notaba que los estudiantes cuestionaban la enseñanza católica en relación al aborto”, explica. Según el joven, las mujeres fueron las que empezaron a meterse en el tema y después contagiaron a los compañeros. “La mayoría de los varones primero plantean por qué debería ser legal. A partir del diálogo entienden que los abortos se hacen igual y se condena a las pibas a la clandestinidad. Hay un momento de empatía de los chicos con las chicas. Hay compañeros que tienen ideas conservadoras y aun así están a favor del aborto porque entienden esta realidad”, agrega.
La postura del colegio es en contra de la despenalización, pero no ponen trabas a la discusión en clase. Tampoco se oponen a que los alumnos reciban educación sexual. Desde el centro de estudiantes intentan a través del Ministerio de Educación de Santa Fe para hacerlo este año.
Prohibido
En el colegio Virgen del Rosario (Salta al 2700) los directivos ni siquiera permitieron las charlas informativas propuestas por el centro de estudiantes. “Se da por entendido que las relaciones sexuales empiezan después del matrimonio. Entonces para ellos no habría problema si la mujer queda embarazada”, cuenta a este medio un grupo de chicas mientras salen de clases. Prefieren no dar sus nombres y cuentan que las chicas se pasan la información de métodos anticonceptivos para cuidarse. Explican que las que pueden hablarlo en la casa lo comparten. Otras aprenden a través de Internet. “La sociedad está en constante cambio y las escuelas deben seguir esos cambios para adaptarse a las nuevas generaciones y poder aportar información a los alumnos para ayudarlos. Las charlas podrían ser muy útiles, pero la negación es persistente. Para que una persona pueda tener una opinión y defenderla debería tener conocimiento”, opina una de las alumnas.
Para ellas gracias al debate nacional todos tienen una opinión definida a favor o en contra. “Hay gente muy cerrada y es difícil discutirlo. Si por casualidad sale el tema en una clase la opinión del alumno que está a favor está mal vista por los profesores”, agrega otra chica. “Es algo de lo que hablamos hace mucho, pero empezamos a notar cómo las más chicas –de 12 o 13 años– ahora pueden opinar y expresar libremente que están a favor”, completa otra alumna.
El aborto adentro del manual: cómo es en Santa Fe
Según Federico Paggi, secretario de Gestión Territorial del Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe, el aborto está incluido en un capítulo de la ley nacional de Educación Sexual Integral (ESI) sancionada en 2006.
“En la parte sobre derechos sexuales y reproductivos la interrupción legal del embarazo está contemplada. Este año sucede que en algunos lugares el mismo estudiantado plantea debatirlo y desde el ministerio los apoyamos a través de la plataforma virtual. Lo que importa es que se dé el debate. La participación del educador no es afirmar sino permitir el debate”, opinó.
De acuerdo con el funcionario, en los últimos dos años 40 de las 230 escuelas secundarias privadas (un 17,3%) que funcionan en Rosario y alrededores tuvieron capacitaciones en educación sexual con personal del Ministerio de Educación. Incluyó a estudiantes y docentes. En las públicas la formación llegó al 100 por ciento. La provincia ofreció la capacitación a los colegios.
“La estrategia fue apuntar a la institución y no a los docentes en particular. En las secundarias hacemos las jornadas abiertas de ESI que incluyen a docentes y alumnos”, agregó Paggi. También aclaró que los programas como “Educación para el amor” –guía elaborada por la Iglesia para dar educación sexual– no forman parte de material didáctico de la ley. Son extracurriculares y no están reconocidos por el Ministerio.
La ley nacional de Educación Sexual Integral (ESI) fue sancionada en 2006. La aplicación en la provincia empezó de manera paulatina en 2008. En la actualidad, organizaciones de estudiantes reclaman por la aplicación. Organizaciones sociales conformaron el Frente por la ESI. Desde el año pasado el proyecto de ley provincial de ESI está frenado en la Legislatura. Desde el Frente por la ESI denunciaron que se trató de un lobby de grupos religiosos.
Educación sexual para decidir: cómo es en el sector privado
Sadop, el gremio que representa a los docentes de la educación privada, organizó en marzo pasado una asamblea para discutir la legalización del aborto. “La idea fue pensar en nuestras trabajadoras, y en qué pasa si abortan y son penadas por la ley. Como organización no vamos a levantar una bandera porque hay distintos posicionamientos éticos. Como sindicatos tenemos la obligación de defender los derechos de las trabajadoras”, explicó a este diario Silvana Cadahia, secretaria de Cultura y Derechos Humanos de Sadop.
Desde el gremio admitieron que en los últimos meses un avance de los grupos contrarios a la legalización y despenalización del aborto tanto en los directivos como en los alumnos. “Hay muchos docentes que prefieren guardar silencio por miedo a perder el trabajo. También hay un crecimiento del interés de los alumnos por el debate. En las escuelas donde hay centros de estudiantes los temas se tratan. Los adolescentes piden hablarlo porque les interesa. Sobre todo las mujeres”, agregó Cadahia.
Según contó, las escuelas católicas no dejan librada al azar la educación sexual. “Algunas lo hacen de manera sesgada, otras son más abiertas, pero es un tema en el que quieren influir”, explicó.
Para la sindicalista, una ley provincial es fundamental porque la normativa nacional tiene más de diez años. “La ESI de 2006 es muy buena en muchos aspectos, pero es anterior a las leyes de Matrimonio Igualitario y de Identidad de Género. Es una ley que en las escuelas aparece como normativizada y escinde el cuerpo de la mente. Se habla de la genitalidad y la anticoncepción y no piensa en la construcción identitaria y en que la sexualidad es un proceso en el que existe el deseo y la libertad de elegir”, concluyó Cadahia.