Fernando Alves Ferreira, el detenido por el crimen de Eduarda Santos, la brasileña hallada este miércoles asesinada de seis balazos en un sendero de Circuito Chico, en la ciudad rionegrina de San Carlos de Bariloche, confesó este viernes ser el autor del femicidio al quebrarse durante la audiencia imputativa en la que se le dictó la prisión preventiva.
«Yo me declaro culpable por la muerte de Eduarda Santos de Almeida. Yo sí soy el responsable», dijo el acusado, también de nacionalidad brasileña, en la mañana de este viernes ante el juez penal Sergio Pichetto, y los fiscales Gerardo Miranda y Martín Lozada, mientras se desarrollaba la audiencia donde se exhibieron las pruebas en su contra y donde se le dictó la prisión preventiva por el término de cuatro meses.
Alves Ferreira dijo que lo hizo «para proteger» su seguridad y la de los hijos mellizos que tuvo con la víctima, a quien vinculó con el narcotráfico.
«Cuestiones de narcos y todo lo que saben ustedes y Eduarda estaba involucrada en eso», dijo.
El acusado brasileño afirmó que no planeó el crimen pero afirmó que él «estaba en peligro» y agregó: «Perdón, pero mi vida viene primero que la de los demás».
En otro tramo de su autoincriminación, Alves Ferreira desprestigió a la víctima y se refirió al hecho de que él había enviudado del esposo con el que se casó en un matrimonio igualitario y con el que habían anotado como propios a sus mellizos.
«Eduarda no era sumisa, todo lo contrario. Yo me quedé viudo hace siete meses. La violencia que sufríamos en la casa a partir de la llegada de Eduarda era constante. Mi prioridad eran mis hijos. Volver a Brasil no era una opción», afirmó.
En ese sentido, pidió que se periten su teléfono y el de la víctima para que entiendan «el peligro» que corrían su vida y la de sus hijos.
Sobre el final de su exposición, pidió «asistencia psicológica» para él y señaló: «Me arrepiento de haber asesinado a alguien, claro que sí», luego dijo que no recordaba bien el momento del crimen y concluyó: «No sé si me van a dar una cadena perpetua pero en realidad no me importa».
En relación a las pruebas, los fiscales mencionaron los videos de las cámaras de seguridad que por los horarios y movimientos lo incriminan.
Los fiscales señalaron que quedó filmado cuando la madrugada de este miércoles sacó a Santos de la casa del barrio Llao Llao donde vivían y quedó grabado el recorrido de su auto hacia el sitio del crimen, en Circuito Chico.
También quedó filmado deteniéndose en la zona del puente de los Dos Moreno, donde se cree que descartó el arma homicida.
Los fiscales también destacaron que en la casa del imputado se halló una caja de municiones calibre .357 a la que le faltaban 19 proyectiles, y que un cotejo balístico confirmó que los plomos levantados en la escena del crimen coinciden en marca y calibre con las balas que tenía en su domicilio.
Los representantes del Ministerio Público Fiscal de Río Negro detallaron que la víctima fue asesinada de seis balazos que le atravesaron los dos pulmones, un brazo, la cadera y otro en la cara.
Otra evidencia mencionada por la fiscalía es que en el auto Chevrolet del acusado se hallaron manchas de sangre en la parte externa y en el baúl, y en el capot otros rastros hemáticos, pero que habían sido lavados.
Además, para la fiscalía, Alves «llevó adelante un accionar frio y calculador» y tenía todo planeado para irse de Bariloche el 20 de febrero.
Al término de la audiencia, donde se definió dictarle cuatro meses de prisión preventiva, y luego de la confesión espontánea de Alves Ferreira, el juez le sugirió a las partes llegar a un acuerdo para un juicio abreviado.
El crimen de Santos, de 27 años, fue descubierto este miércoles alrededor de las 9, en un sendero de Circuito Chico, en la zona de Lago Escondido, a pocos metros de la ruta provincial 77 y en cercanías del turístico Puerto Pañuelo, frente al reconocido hotel barilochense Llao Llao.