La tarde benéfica quedó por momentos de lado ante la aparición del mejor jugador del mundo. Lionel Messi hizo delirar a los espectadores en el Coloso Marcelo Bielsa con fintas y hasta goles.
Él mismo abrió el marcador cuando recién comenzaba el partido vía penal y celebró con el público presente. Apenas dos minutos más tarde, el delantero de Barcelona definió con una deliciosa vaselina sobre el cuerpo del arquero Sebastián Peratta.
Bailó a Rolando Schiavi y a Pablo Granados en más de una ocasión y en el complemento se vistió de rojinegro. Sin tanta participación como en el inicio, el rosarino tuvo poco contacto con el balón y la voz del estadio anunció su salida.
Bajo el cántico que rogaba por su regreso al club del Parque Independencia (“esta es tu casa, podés volver”), Messi salió del terreno de juego envuelto en cariño y calidez de parte de los aficionados que coreaban su nombre.