Con 135 años ininterrumpidos como medio de prensa en la calle, no erraríamos si en tapa tituláramos “El Buenos Aires Herald pertenece al acervo histórico de la Argentina”. Verdad: hemos hecho historia. Nacimos en esa década que dio a luz a los cuatro decanos del periodismo que todavía hoy siguen en circulación. Pero, a diferencia de nuestros hermanos mayores –La Capital de Rosario (1867), La Prensa (1869) y La Nación(1870)-, nuestro Herald (1876) no nació por motivos políticos, para hacer campaña, defender una guerra fratricida o instalar una doctrina.
El Buenos Aires Herald fue fundado el 15 de septiembre de 1876 por un comerciante escocés, William Cathcart. Este “expat”, quien con cerca de cincuenta años en el país ya había echado raíces en estas pampas, buscó que el Herald cubriera la información del movimiento marítimo, el comercio y la vida comunitaria de la población angloparlante. Buscó que el Herald brindara un servicio.
Lo seguimos haciendo. Claro, mucha agua ha corrido bajo el puente. O mucha historia, dolorosa, bañó estas playas. Porque mientras que continuamos siendo el vehículo de comunicación para la comunidad angloparlante, y además hoy tenemos el privilegio y responsabilidad de ser el único daily en inglés al sur de Miami, Florida, a partir de nuestro primer centenario en 1976 y durante los últimos 35 años,la Argentinanos colocó en otro lugar: el de sostener valores. Los Derechos Humanos, las libertades. La vida. La decencia.
No erraríamos tampoco si dijéramos que, por la decisión y, por sobre todo, la valentía para defender estos principios por parte de los editores y staff del Herald, es que nuestro diario se convirtió en lo que es hoy: una referencia en torno a los hechos sangrientos de los años de la guerrilla y el terrorismo de Estado durante la dictadura militar. “Lo dijo el Herald”; “lo publicó Cox”; “lo denunció Neilson”; “lo escribió Graham-Yooll”, son frases que equivalen a estos son los hechos tales como sucedieron.
Curioso: nacimos como diario en 1876 sin un proyecto político detrás, para brindar un servicio. Cien años después,la Historianos empujaba al centro, nos colocaba como fiel de la balanza en el difícil relato de esos violentos hechos políticos.
Por eso es que lanzamos un suplemento del 135° Aniversario es especial (reclámelo gratis este domingo con su ejemplar de El Ciudadano). Por una parte, porque reúne a los ex directores Bob Cox (1968-1979), James Neilson (1979-1986), Michael Soltys (1990-1994, co-editor con Nicholas Tozer) y Andrew Graham-Yooll (1994-2007). Aunque todos siguen siendo parte del Herald (Cox como columnista dominical y Neilson los jueves, Soltys a diario como nuestro brillante editorialista y Graham-Yooll como colaborador especial), contar con la visión de cada uno de ellos sobre los últimos 35 años dela Argentinaen un mismo número es, además de un lujo, la prueba de que pueden cambiar los editores pero que el diario –y su espíritu– sigue siendo el mismo de siempre.
Mientras que Cox se centra en algunos de los momentos más tensos vividos desde su cargo de editor durante la dictadura, entre la disyuntiva de dirigir el diario y a la vez de salvar vidas, Neilson retoma la posta y repasa la encrucijada de Malvinas (un período difícil para el Herald, en el que demostró, otra vez, que podía estar en el justo medio) y la ilusión y desilusión con Raúl Alfonsín. Soltys abreva en la transición del alfonsinismo al menemismo y en ese período de supervivencia que signaron los primeros años de Carlos Menem en el poder. De sus casi 13 años al frente del Herald, Graham-Yooll elige los años del menemismo. La memoria es selectiva: después de una década fuera dela Argentina, el cambio cultural y político que encontró en los90 asu regreso al país y al Herald fue lo que más lo marcó. Esos textos se completan con los de Pablo Toledo (actual editor de Arte y Espectaculos) y de Eric Weil (ex editor de Deportes y actual columnista los viernes).
En cuanto al presente y al futuro, algo que me toca como editor-in-chief, el Buenos Aires Herald sigue siendo un vehículo de información para la comunidad angloparlante, los estudiantes del idioma inglés, la dirigencia empresarial, los ex pats y sus familias, los extranjeros de paso por el pais y la comunidad internacional que encuentra, en el Herald papel y su version digital y on-line, la puerta de ingreso a la realidad dela Argentina.
Pero no apuntamos sólo a eso: como único daily de América del Sur, ofrecemos una mirada “sureña y no-gringa” de lo que acontece en estas latitudes. En un mundo tan cambiante como el que nos toca, cuando en apenas nueve meses tuvimos el estallido –todavía en curso– dela PrimaveraÁrabe, el devastador terremoto en Japón y sus consecuencias para Fukuyima y el futuro nuclear global, el “destape” de WikiLeaks, la muerte de Bin Laden, la crisis económica de EE.UU., el deslizamiento hacia el default de Europa, los indignados en España, las revueltas en Gran Bretaña, además de desestabilizantes regionales como el cáncer de Hugo Chavez, las protestas estudiantiles en Chile, las internas políticas alrededor de Dilma Rousseff, y una Argentina en carrera electoral. Buscamos analizar, traducir las realidades que nos afectan, desde un punto de vista argentino primero, sudamericano después y, finalmente, global.
Pero aun con esas metas en el presente y el futuro, el Herald no puede ni podrá aislarse nunca de su trayectoria, de sus valores y de sus luchas pasadas. Es la impronta que hoy tiene el Buenos Aires Herald y que el Grupo Ámbito –el holding periodístico al que pertenecemos desde fines de 2008– siempre le han querido dar.