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El diluvio no está 100% garantizado

Expertos en climatología analizan el panorama que se viene, caracterizado por previsiones de fuertes tormentas y abundantes precipitaciones en la zona. Las autoridades toman recaudos y hay inquietud en la población.

Con octubre en marcha, llegó finalmente el período de mayor riesgo de abundantes precipitaciones y tormentas de mediana y fuerte intensidad, anunciado por la Organización Meteorológica Mundial para diversas zonas del planeta, entre ellas la pampeana, desde ahora y hasta fines de enero del año que viene inclusive, a raíz de la corriente de El Niño. A la inquietud que provoca eso hay que sumarle los informes, a través de los medios de comunicación, tanto desde el gobierno provincial como el municipal sobre recomendaciones ante eventos extremos y publicitando los trabajos que se vienen realizando para “moderar” los posibles efectos adversos que pueden ocurrir ante fenómenos meteorológicos intensos.

El Ciudadano consultó a distintos expertos en clima para conocer qué debe esperarse desde acá en adelante frente a un panorama que no deja de preocupar a la población en general y que hace que ante cada “alerta” emitido por el Servicio Meteorológico Nacional no se deje de mirar insistentemente al cielo para ver “qué se trae”.

El reconocido meteorólogo y especialista en gestión de riesgo y ambiente Mauricio Saldívar destacó que “decir cuál va a ser el impacto de este fenómeno es un poco arriesgado”.

“Lo que sí podemos decir es que no hay modo de afirmar, en forma taxativa, que el evento El Niño va a producir fenómenos puntuales extraordinarios porque está regulado por la variabilidad natural del tiempo. Lo que sí me puede decir la ciencia, es que habrá más precipitaciones por un período más largo”, detalló.

“Estamos ante un fenómeno natural y cíclico que tiene la ventaja de avisarnos con tiempo. Con una buena y adecuada gestión integral de riesgo de desastre, el impacto negativo de este fenómeno puede verse disminuido. En lugar de asustarse, hay que prepararse. Si la población está en riesgo, hay que tratar de relocalizar a las familias, mejorar las defensas contra las inundaciones y asegurarse de que los sistemas de bombeo funcionen bien. Es decir, preparar a los ciudadanos para que sepan cómo reaccionar ante una situación de riesgo. El impacto de El Niño puede ser mínimo si estamos preparados”, continuó.

Por su parte, Rubén Piacentini, quien es director del Área Física de la Atmósfera y Radiación Solar del Instituto de Física Rosario dependiente del Conicet, también coincidió que “como en todos los temas meteorológicos no hay un ciento por ciento de certezas”.

“Lo que sí podemos decir es que los centros meteorológicos más importantes del mundo ya anunciaron que se prevé, con un 95 por ciento de probabilidades, que nuestra zona como otras partes del globo atravesarán un Niño de moderada y fuerte intensidad durante los próximos cuatro meses”, explicó.

Los mapas meteorológicos que manejan en el instituto vienen indicando que la región centro-este de la Argentina es la que más va a “sufrir” la acción del Niño en el país. “Es por eso que se espera una mayor cantidad de precipitaciones, algunas de ellas intensas y extensas en duración en la zona. Está muy bien que tanto la provincia como el municipio estén ya trabajando para mitigar las posibles consecuencias. Hace poco estuvimos con expertos de Australia quienes nos contaron que allí están trabajando de la misma manera desde junio, tomando las precauciones necesarias”, siguió.

Más crítico con las administraciones estatales, el especialista en climatología Rubén Blotta indicó que “hay mucha ignorancia con respecto a los fenómenos climatológicos”. “Está muy bien lo que hace tanto la provincia como el municipio con respecto a las precauciones sobre eventos fuertes pero es algo que debería hacerse todos los años, porque todos los años en la primavera y el verano pueden registrarse fuertes tormentas y que no tienen nada que ver con el Niño”, subrayó.

“Las tormentas que matan gente pueden preverse recién entre cuatro a seis horas antes que ocurran, por lo que plantear antes, con tanta pero tanta anticipación, un panorama de catástrofe es, por ser educado, muy aventurado”, afirmó.

“Otra cuestión es que es erróneo también hablar de tormentas fuertes en un área tan extensa como el Litoral pampeano. Los fenómenos meteorológicos más extremos se producen en áreas muy puntuales. Con esto quiero decir que puede haber una gran tormenta, por ejemplo, en Casilda y que en Rosario no pase nada. Es un gran error poner a toda la población en alerta cuando el clima es algo tan variable como impredecible”, se quejó.

Según informó la Organización Meteorológica Mundial, en el océano Pacífico tropical se viene produciendo un episodio de Niño “fuerte y maduro” y es probable que se intensifique aún más. Se espera que este año sea el más potente desde 1997-1998 y se encuentra entre los cuatro más fuertes desde 1950.

Se prevé que la intensidad máxima se alcance entre octubre de 2015 y enero de 2016.

Sus impactos ya se hacen sentir en algunas regiones y serán más patentes por lo menos durante los próximos 4 a 8 meses.

El Niño es uno de los principales impulsores del sistema climático, contribuye a episodios extremos como sequías e inundaciones en diferentes partes del mundo, y produce un aumento de la temperatura media a escala mundial.

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