El diputado nacional Oscar Zago, desplazado como jefe de bloque de La Libertad Avanza (LLA) pero aún aliado de la bancada libertaria, admitió este sábado que el Gobierno de Javier Milei le dio a la senadora de Juntos por el Cambio Lucila Crexell la embajada en la Unesco a cambio de su voto a favor de la ley Bases. El legislador, sin embargo, calificó el trueque como fruto del “consenso” y justificó el nombramiento para la embajada en el organismo de Naciones Unidas, con salario millonario, en que hay que “cubrir lugares”.
“Cuando te sentás a discutir con las bancadas, gobernadores e intendentes, son acuerdos, que te dan la gobernabilidad. Cuando un gobierno tiene suficientes diputados o senadores para sancionar una ley pero están justos (de votos), es válido sentarse y acordar. No me gusta poner el rótulo a alguien de que la compraron”, casi confesó Zago en un fallido durante una nota para Radio Splendid. Crexell, de Neuquén, fue denunciada la semana pasada por “sobornos”. La senadora, pese a las sospechas, aceptó el nombramiento y se defendió considerándose víctima de una “operación de desprestigio” por parte del kirchnerismo.
A Zago le preguntaron si el nombramiento de la senadora es un beneficio personal más que un cambio de voto por algún beneficio para su provincia. “Vos consensuás, vos arreglás. Además, vos tenés que cubrir lugares y cargos, posiciones. De eso se trata la política, del consenso y del diálogo”, atinó a esquivar el diputado que, apartado de la jefatura del bloque libertario en la Cámara, ahora lidera la bancada del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).
“Siempre hay una cuestión de beneficios para las gobernaciones. La senadora lo venía buscando hace mucho tiempo y eso es parte de los acuerdos. Son acuerdos con consensos, no son dádivas. No tengo prejuicios en decirlo”, siguió Zago su reconocimiento de un manejo legislativo al más puro estilo de la «casta» que el Gobierno insiste que llegó para combatir. “En este caso no hubo corrupción sino una búsqueda de acuerdos”, insistió el desarrollista libertario.
Las sospechas sobre un voto «pagado» que pesaban sobre Crexell, con largo historial de cambio de espacios y posiciones, se fortaleció con la filtración del pliego de Crexell como embajadora en la Unesco poco antes de la votación de la ley Bases. “Quiero desmentir todas las operaciones que vienen haciendo para presionarme, hagan lo que hagan mañana voy a estar en el Senado y voy a votar afirmativamente”, dijo el martes pasado la senadora ante el canal oficialista LN+.
La denuncia contra Crexell fue presentada por el abogado penalista Federico Paruolo y en el sorteo recayó en el juzgado Federal 6, que subroga el juez Ariel Lijo.