Con un discurso en el que destacó la riqueza de la provincia y la puso en contraste con los altos índices de pobreza y con la exclusión social, el gobernador Hermes Binner encabezó ayer los festejos del Bicentenario en la ciudad de Santa Fe. Primero recibió en la Casa Gris, junto a siete de los doce ministros de su gabinete, a legisladores provinciales y nacionales, funcionarios de la Municipalidad de Santa Fe y al presidente de la Corte Suprema de Justicia de la provincia, Rafael Gutiérrez, con quien viene manteniendo fuertes cruces verbales en las últimas semanas. Ayer, el saludo fue correcto pero frío; lo mismo con el senador por La Capital, Juan Carlos Mercier, uno de los más fuertes críticos de la gestión socialista.
En Casa de Gobierno los dirigentes compartieron pastelitos y chocolate caliente; luego, cruzaron a la plaza, donde Binner, Gutiérrez, Mercier y la vicegobernadora Griselda Tessio izaron la bandera. Después, la comitiva de entre quienes estaban el intendente santafesino, Mario Barletta, y el senador nacional Rubén Giustiniani– se dirigió a la Catedral, para escuchar al arzobispo José María Arancedo. Luego, Binner y los suyos ganaron el palco, desde donde el gobernador dirigió un breve discurso –de menos de 12 minutos– al público presente y, al final, hubo un desfile cívico-militar. En el palco, la presencia opositora fue mínima: apenas se pudo ver al reutemista Mercier, a la diputada obeidista Silvina Frana y al concejal kirchnerista Luciano Leiva.
En su discurso, el gobernador rescató los ideales de la Revolución Francesa –libertad, igualdad, fraternidad– y la figura de Manuel Belgrano: “El patriota más transparente de la historia argentina”, según Binner. El mandatario hizo hincapié en el aporte de la provincia a la historia del país: “En estos 200 años Santa Fe hizo un aporte extraordinario a la construcción de la patria, porque en su territorio se han dado la bandera y la Constitución. Esto es una señal absolutamente propositiva hacia el país que queremos y nos merecemos todos los argentinos”. También habló del trabajo y la educación como “elementos fundamentales” en la construcción de la Argentina. “La educación para sentirnos libres y el trabajo para sentirnos dignos y garantizar el sustento de nuestra familia y de nuestra vida”, dijo. Hermes Binner y trazó paralelos entre la Santa Fe de 1910 y la actual: “Hace 100 años teníamos grandes emprendimientos”, dijo. Y enumeró cuatro de la capital provincial: el Teatro Municipal, el Instituto Politécnico, el Hospital Cullen y la Iglesia de Guadalupe. “En todas las ciudades de nuestro interior provincial estaban presentes los valores fundamentales para la construcción de esa sociedad a la que aspirábamos y a la que seguimos aspirando, que se puede lograr si los argentinos nos sentamos a dialogar y nos ponemos de acuerdo”, agregó el gobernador.
Obras emblemáticas
Más adelante, Binner habló del contraste entre la riqueza que genera la producción agropecuaria y los bolsones de pobreza que subsisten en Santa Fe. “Vivimos en una provincia que es un mar verde, con una gran potencialidad económica, pero también vivimos con el dolor de tener un 30 por ciento de pobreza. Estas son las cuestiones por las que tenemos que preocuparnos, porque tarde o temprano este proceso de crecimiento que vivimos se frena”, advirtió. Allí, el gobernador se refirió a las que considera obras emblemáticas de su gestión: todas en proceso. Esa suerte de “anuncio” le valió el reproche posterior de Mercier (ver aparte). Dijo Binner: “Creemos en la necesidad de generar acciones que permitan pensar en nuevas esperanzas y en que es posible seguir creciendo con solidaridad, participación y transparencia. Estos valores son los que nos muestran por dónde tenemos que transitar con nuestras acciones de gobierno, para que sean cada vez más eficaces”. Entonces, enumeró las obras: “En la ciudad de Santa Fe, el Parque Federal del Bicentenario, la Fábrica Cultural Molino Franchino, el nuevo Hospital Iturraspe, el Cemafe. En el nodo Reconquista, la obra del Bicentenario será el nuevo hospital de alta complejidad; en Rafaela, el instituto de Enseñanza Superior, en forma conjunta con el gobierno nacional; en Venado Tuerto, el nuevo hospital de alta complejidad para la región; en Rosario, el nuevo edificio para la Justicia Penal y el Puerto de la Música”.
El gobernador también habló de las reformas –las que logró concretar y también las que fracasaron en la Legislatura– que encaró su gestión: “Tres transformaciones fundamentales, la reforma del Estado, de la Justicia y la reforma contributiva”, señaló Binner. En cuanto a la primera, remarcó la necesidad de transformar “el Estado bobo” y avanzar en la descentralización en cinco nodos y en lograr la participación de la sociedad. “Este Estado bobo no ayuda a la gente”, criticó. “También creemos en la reforma de la Justicia y por eso la Legislatura le ha dado valor de ley a tantos avances importantes que se han logrado para construir una justicia mejor”, agregó el mandatario en alusión al nuevo Código Penal. También recordó que su gestión impulsa la reforma tributaria –tres veces rechazada por el Senado– y argumentó: “Es necesario salir del esquema neoliberal en el que pagan más los que menos tienen”.
Por último, se refirió a la otra reforma que busca el gobierno: “Es necesaria una reforma constitucional provincial que permita llevar a la ley de leyes todas las reformas que significan mejorar la relación entre los habitantes. Necesitamos una Constitución que le sirva a la población, a los sectores económicos, a la sociedad civil, a todos”, dijo Binner. Y volvió a repetir que la actual carta magna es “inconstitucional” porque no se adaptó a los cambios impuestos en 1994 en la Constitución nacional.
La pobreza duele
Antes de los actos, el gobernador mantuvo un breve contacto con la prensa santafesina. Dijo sobre el Bicentenario: “Es un momento que nos ayuda a pensar y a ver qué hemos logrado en estos 200 años. Y fundamentalmente a aprender de los errores. Pero también para reflejarnos en personas que han hecho mucho para tener la patria que hoy tenemos. Allí radica la fuerza para comenzar un nuevo tramo, donde haya más diálogo, más entendimiento, más deseo de participar en la construcción del país. Necesitamos que sean incluidos todos aquellos que no tienen la palabra, todos los que no pueden decidir. La pobreza que hoy tiene nuestro país realmente nos duele porque la libertad que hemos logrado no se consolida en más igualdad ni en más fraternidad”.