El megadecreto de Javier Milei impacta en casi todos los sectores. Uno de los tantos afectados es el de la salud, al punto de que la Academia Nacional de Medicina, junto a 48 entidades médicas, cuestionó con dureza los cambios que el DNU establece para la prescripción de medicamentos.
Dardo Dorato, secretario general de la Asociación Médica de Rosario, expresó “El mayor problema que causa el DNU es la transformación que genera en el sector farmacéutico, porque libera la venta de medicamentos en lugares que no sean farmacias. Hay muchos medicamentos que son de venta libre que en cualquier otro país no lo son. Hay que tener más control, porque por caso, la aspirina se vende en cualquier lado pero tomada en exceso y sin cuidado, puede causar hemorragias digestiva y matar”.
Otra cuestión es el control de costos de medicamentos. “Hace tres años, lo destinado a medicamentos, dentro del presupuesto de obras sociales y prepagas, era del 16 por ciento de su presupuesto, y hoy es de más de 34 por ciento y está creciendo”, informó Dardo. “Eso distrae recursos que deberían destinarse a otros sectores, como el del honorario médico, que está en crisis desde hace rato, y es la mano de obra especializada la que paga la mayor parte de los costos”, explicó.
Dorato argumentó: “El mayor problema del sistema de salud es la atomización del financiamiento, por lo que el sistema se encarece y es ineficiente. El sistema no debe ser regulado sino integrado, como es en todos los lugares donde funciona eficientemente. El único sistema que tiene tanta desregulación como éste es el de Estados Unidos, donde los costos de la medicina son casi bochornosos pero se dan en un país que tiene el 24 por ciento del producto bruto interno mundial”.
El médico opinó que el DNU “está hecho para que las prepagas más grandes puedan concentrar” beneficios. “Las más chicas quedarán en serias dificultades de competencia”, barruntó. Y finalmente, señaló que la solución a los problemas del sistema de salud requiere “acuerdos nacionales de muchísimo alcance, que deben ser hechos en el Congreso, pero en las últimas tres décadas nadie se animó a discutir esto a fondo”.