Todavía es poco. El asesor presidencial Federico Sturzenegger anunció que el gobierno nacional enviará la próxima semana un nuevo proyecto de ley al Congreso con la intención de eliminar 160 regulaciones más. El proyecto se suma al decreto de necesidad y urgencia 70/23, ya en vigencia pero sujeto a ser refrendado por el Congreso a una catarata de presentaciones judiciales, y al proyecto de ley ómnibus que fue remitido al Congreso este miércoles. En los tres casos no se respondió quiénes y cuando los redactaron, aunque aparece con claridad que no se hicieron dentro de las áreas técnicas del gobierno nacional, como correspondía hacerlo.
Sturzenegger, originario de Rufino, joven secretario de Política Económica del gobierno de Fernando de la Rúa en 2001 y presidente del Banco Central en el primer trienio de la gestión de Mauricio Macri se convirtió en la presidencia de Javier Milei en generador e impulsor de medidas económicas que mantienen una línea determinante: no ser amables con el día a día de la mayoría de la población. Ahora quien fuera uno de los articuladores del “Blindaje” y el “Megacanje” de la deuda hace dos décadas, e impulsor de los créditos UVA y de la estrategia antiinflacionaria hace poco más de un lustro, insiste en “transformar radicalmente el país”, en una dirección que va más allá de reformas de lo existente, ya que implica una “revisión de la estructura de poder económico en Argentina”. Y definió al conjunto como “un desafío al establishment político”.
En ese camino, Sturzenegger volvió a apelar a sus tradicionales muestras de autosuficiencia, desprestigiando los rechazos al decretazo como “una cortina de humo” para evitar discutir la profundidad de las medidas lanzadas. Y se plantó en que el DNU es a “todo o nada”, por lo que el Congreso tiene la opción de aceptarlo o rechazarlo en su totalidad, pero modificarlo por partes.
En relación con la ley ómnibus, que abarca 664 artículos, Sturzenegger expresó su confianza en que el Congreso la aprobará antes de marzo, y sostuvo que las reformas que acarrea son “pro-empleo”, ya que facilitarán los negocios y estimularán la actividad económica en los sectores beneficiados.
Por ejemplo, consideró “ridículas” las objeciones a la eliminación de restricciones para que Starlink, el proyecto de internet satelital de Elon Musk, opere en Argentina. “¿Alguien va a presentar un caso ante el sistema de Justicia de que no puede haber internet satelital, que no puede haber competencia?”, planteó.
Y en cuanto a las regulaciones que pretende desmantelar (todas) recurrió a la original idea de la casta para avalarlas: “La única manera de lograr el cambio es desarmar esa estructura”, dijo sobre el supuesto “establishment político”. “Y para desarmarla, en cierto sentido hay que drenarle sus recursos, porque eso es lo que utilizan para sostener el status quo”, completó.
En septiembre de 2019, el economista publicó un extenso documento en el que analizó las causas del fracaso de las estrategias económicas del gobierno de Macri, que llevaron a su derrota electoral. Y ubicó como una de las principales a “la procrastinación”, latinismo que significa a grueso modo dejar para más tarde lo que se debe hacer al momento. Sería lo que vino a corregir.
