El accionar políticamente correcto de Julio Cobos esconde un denso armado para llegar al poder en 2011. Más allá del debate en la UCR sobre la conveniencia, o no, de su renuncia a la vicepresidencia, el mendocino ya tiene decidida la fecha para abandonar la jefatura del Senado: junio de 2011.
El dead line de Cobos para abandonar la vicepresidencia no está condicionado por Ricardo Alfonsín, Ernesto Sanz ni por ningún otro sector del radicalismo, ansioso por consagrar a un candidato competitivo luego de estar al borde de la extinción como fuerza política. El ex gobernador de Mendoza simplemente se rige por la nueva ley de reforma política, que fija al 14 de agosto de 2011 como fecha de realización de las internas abiertas, simultáneas y obligatorias. Ése será el único mecanismo válido para consagrar a Cobos como candidato de la UCR y por lo tanto en el think tank del vicepresidente no tienen ningún apuro para abandonar los despachos del Senado.
Es justamente el blindaje institucional el que protege a Cobos de los ataques del kirchnerismo. En la Casa Rosada manejan por ahora la estrategia del ninguneo y la indiferencia para desinflar la popularidad del compañero de fórmula de Cristina de Kirchner, ya que temen crear un mártir que concentre aún más el voto anti-kirchnerista.
El vice es además consciente de que la UCR lo necesita a él más de lo que él necesita a la UCR. En tiempos donde los personalismos políticos eclipsan a las estructuras partidarias vale más un candidato con intención de voto que un sello que ya no garantiza resultados.
El verano vicepresidencial consistirá en giras de bajo perfil por las provincias de Buenos Aires –incluida la costa atlántica–, Santa Fe, Córdoba y Catamarca, única provincia gobernada por un radical cobista como Eduardo Brizuela del Moral. Será una temporada estival donde el éxtasis cobista rozará su paroxismo: la caída de Mauricio Macri, la desaparición de Carlos Reutemann, la indefinición de Hermes Binner y, sobretodo, el lanzamiento de Eduardo Duhalde, hacen relamer al vicepresidente quien ya comenzó a ofrecer ministerios no sólo a los radicales sino también a peronistas amigos.
Vía Enrique Coty Nosiglia, la diputada Margarita Stolbizer escuchó ofertas y se anotó para el Ministerio de Justicia. Víctima de dos robos y referente cobista en la provincia de Buenos Aires, su figura le sirve al mendocino para su guerra íntima con Ricardo Alfonsín, agravada por la interna de la conducción del bloque UCR en Diputados. Cobos apoyó en esa disputa la reelección de Oscar Aguad y frustró así la aspiración de Alfonsin Jr. De convertirse en el jefe de la principal bancada opositora.
Para garantizar la gobernabilidad, Cobos también tendrá en cuenta, a la hora de integrar su gabinete, a peronistas colaboracionistas del Senado. Reutemann y José Pampuro figuran en sus planes. Al igual que los radicales Enrique Olivera y Ricardo López Murphy, quienes tiene reservado un asiento en el Consejo Económico y Social.