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El emblemático tranvía superó la barrera del olvido

Ayer la unidad restaurada, con capacidad para 32 pasajeros sentados, realizó 20 viajes; con 4 salidas en 2 años, más de 9 mil pasajeros se subieron al coche 277 de la vieja línea 15.

El tranvía superó la barrera del olvido y el coche 277 de la línea 15, que circuló hasta los primeros años de la década del 60 en la ciudad, hizo su cuarta salida recreativa y cultural, sumando más de 9 mil pasajeros entre su debut en 2015 y ayer, durante una jornada que se extendió de 10 a 18 y en la que se realizaron 20 viajes. Grandes y chicos, abuelos y nostálgicos, se sumaron a la propuesta coordinada por la Asociación Amigos del Riel y organizada por la Municipalidad en el marco del Mes de la Movilidad Sostenible.

Los flashes de las cámaras fotográficas y las capturas de imágenes del vehículo tomadas por cientos de vecinos con sus celulares fueron algunos de los detalles que demostraron el interés por acercarse a lo que es parte del patrimonio y la historia de la ciudad. Incluso, hubo personas que quedaron sin poder acceder a los recorridos que salieron desde Balcarce y el río hasta Presidente Roca, con regreso al lugar de partida, a 30 kilómetros por hora.

Cientos de pasajeros se sumaron a la propuesta de subirse al antiguo coche.
Cientos de pasajeros se sumaron a la propuesta de subirse al antiguo coche.

Carlos Fernández Priotti fue el motorman que condujo los viajes. No obstante a que por su edad no llegó a trasladarse en tranvía, por su vinculación con Amigos del Riel estuvo más de 20 años en el proyecto hoy materializado que fue la reconstrucción de los emblemáticos coches.

Toda una puesta en escena

Con Fernández Priotti al mando del vehículo, con traje y gorra de motorman, el funcionamiento del tranvía fue toda una impecable puesta en escena, ya que lo acompañaron Salvador Laporta como guarda, quien cargaba su respectiva ticketera, y Ángel Ferrer como inspector del coche, todos vestidos como lo hacían los conductores hasta mediados de década en el siglo pasado.

Susana, de 85 años, se acercó ayer hasta Balcarce y el río aunque por problemas motrices no pudo subir pero recordó que la línea 15 la llevaba desde su casa hasta el centro.

El escenario motivó a la mujer a rememorar algunas anécdotas como que allá por los años 40 todos los que tomaban el tranvía se conocían entre sí y los coches paraban en todas las esquinas. “El recuerdo más lindo que tengo es que cuando venía de trabajar de la escuela 72 de Alberdi, los dos hijos del motorman que manejaba la línea que tomábamos eran alumnos míos y él todos los días me llevaba un sándwich para comer en la escuela”, evocó.

Más que conforme

Para la secretaria de Transporte y Movilidad, Mónica Alvarado, la jornada de ayer se trató de una actividad muy importante ya que “habla de nuestra resignificación y de nuestra historia y muestra cómo se movían los rosarinos”.

“Hoy se ven como dos extremos: la visita de muchos que fueron choferes o guardas y que sintieron una gran emoción al subirse al coche, como también de aquellos que nunca conocieron el tranvía y otros que viajaron en él y les provoca mucha nostalgia”.

Coches para nostálgicos

También se concretó ayer a la mañana en Oroño y el río una exposición de coches antiguos restaurados y otra de imágenes que mostraron cómo funcionó el transporte público en Rosario desde las primeras décadas del siglo pasado. Si bien uno de los vehículos más viejos expuestos fue un Ford T de 1923, –el primer autobús que circuló en la ciudad y que iba desde el centro hasta barrio Godoy–, la estrella de la jornada fue un colectivo Mercedes Benz, del año 1971, que perteneció a la línea 218, con sus distintivos colores amarillo y rojo y que llegaba hasta barrio Belgrano, pasando durante sus viajes por las facultades de Medicina y Odontología. También se mostraron el trolebús histórico de 1960 y un coche de la Semtur de 1946.