El cuerpo, en toda su diversidad y esplendor, convertido en el indiscutible paradigma del nuevo milenio, es el gran protagonista del burlesque, una estética que tiene sus primeras apariciones escénico-musicales sobre finales del siglo XIX pero que en el presente ha sido redescubierta. Y transitarla invita a las personas a amigarse con su propio cuerpo y a disfrutarlo, porque el burlesque no condiciona ni una edad, ni una forma corporal específica, como tampoco un género determinado.
Gran referente a nivel local y nacional, quien también ha llevado su arte por el mundo, la talentosa bailarina y actriz rosarina Yani Giovannetti, una de las pocas maestras dentro del género y creadora de una academia y del Primer Festival de Burlesque de Rosario que lleva el nombre de “Salvaje” en homenaje a la inolvidable bailarina y desnudista local Rita La Salvaje, brilla por estos días en la cartelera marplatense, precisamente dentro del espectáculo Burlesque Baires Show, al que atinadamente subtitulan como “el musical de la sensualidad”.
La propuesta, bajo la dirección general del actor Osvaldo Laport, con libro de Daniel Di Conza y Francisco Scarponi, cuenta con un elenco ecléctico que suma, además de la rosarina, a Rodolfo Ranni, Fabián Gianola, Viviana Sáez, La Queen, Jazmín Laport, Pablo Sórensen y Fernando Corona, con música de Martín Bianchedi, y se presenta de miércoles a domingo, desde las 23, en el Hotel Provincial, al tiempo que también gira por otras ciudades de la costa.
La idea fundante fue la de contar la historia de esta disciplina desde la trastienda del show, con su glam y al mismo tiempo con sus contradicciones, pero fundamentalmente con su belleza puesta en valor a partir de las disidencias y los cuerpos reales, abordando parte del relato desde tres generaciones de mujeres que en el espectáculo están representadas por la actriz y cantante Viviana Sáez, la rosarina Yani Giovannetti y Jazmín Laport, hija de Sáez y Osvaldo Laport, quien de este modo hace sus primeras armas en la escena.
El arte de la sensualidad
“El burlesque es una actividad artística que ha crecido mucho en los últimos años, y es el arte de la sensualidad; si bien su base está en el streaptease, es completamente lo opuesto. El streaptease es algo rápido y termina en el desnudo, y el burlesque, lo que busca es atrapar al espectador desde otro punto y no necesariamente desde la desnudez total. Podés entrar a escena y quitarte un guante, un accesorio o una bata y eso ya está dentro de esta estética que es mucho más teatral”, expresó Yani acerca de este género donde se prioriza más lo sugerido que lo explícito, algo que remarca esta propuesta estrenada en Mar del Plata y que seguramente recalará en la temporada invernal porteña, que además es la primera en el país en fusionar la estética del burlesque en el contexto de una puesta teatral.
El espectáculo y la presencia de la ascendente artista rosarina es una buena excusa para repensar los cuerpos y las disidencias, lo diferente que irremediablemente deberá volverse cotidiano porque en principio, y hasta por una razón filosófica, ningún ser humano es igual a otro y por lo tanto sus cuerpos, sus gustos y sus elecciones tampoco lo son.
Encuentro y descubrimiento
“Este cruce que derivó en el espectáculo surge a partir de mi encuentro con Viviana y con Jazmín, que tomaron clases conmigo de burlesque; entablamos una amistad, y una temporada que fui de visita a Carlos Paz, Osvaldo (Laport) se mostró muy interesado en esta estética, y como suele pasar cuando los artistas la descubren, terminaron todos enamorados del burlesque”, expreso Yani en diálogo con El Ciudadano.
“Pasaron dos años hasta que Osvaldo me propuso desarrollar un proyecto a nivel profesional que estuviese atravesado por el burlesque. A ese equipo inicial se sumó Fernando Corona que es un amigo de la familia Laport que además es vestuarista; más tarde se sumó un productor y es a partir de allí que terminan de sumarse los artistas que dan vida al resto de los personajes de la obra. En ese proceso, mi rol, además de integrar el elenco, fue el de contarles a todos acerca de esta estética, independientemente que hay un texto escrito previamente. El resultado es una ficción en la que el burlesque es gran protagonista, con una serie de cuadros o performances de cada uno y un gran trabajo de dirección de Osvaldo, que montó el espectáculo con gran sensibilidad y respeto”, continuó la artista rosarina quien además de sus cuadros se prueba profesionalmente como actriz y se ocupó también de parte de la selección musical y del coucheo de los cuadros de sus colegas.
“El burlesque es una disciplina con la que me involucré en principio hace cuatro años a través de Yani, pero que ya conocía y me interesaba mucho. Y desde el primer momento tuve una gran conexión, me encantó este arte maravilloso que es el arte de la sensualidad, el arte de aceptarnos quienes somos y cómo somos, tanto hombres como mujeres; aquí entran todos los géneros, los distintos cuerpos, las distintas alturas, distintas formas de pensar. El burlesque es muy liberador en todo sentido”, contó a su tiempo Viviana Sáez, actriz de vasta trayectoria que se prueba, como gran parte del equipo artístico, por primera vez en público con esta disciplina y quien además fue una de las impulsoras del proyecto cuyas riendas desde la dirección tomó después su marido, el popular actor Osvaldo Laport, quien trabajó en el proceso de montaje en los últimos dos años.
En el tránsito de hacer honor a un arte que a partir de la idea de poner en valor el cuerpo real no cuestiona las disidencias sino que las expone como partes de un todo, del mismo modo, aparecen cuerpos más cercanos a lo que supone el cuerpo académico desde la danza, también, desde su belleza y esplendor. “Cuando me acerqué al burlesque, enseguida conecté con eso, porque en mi adolescencia, por una serie de cuestiones, mi cuerpo mutó bastante y sufrí bullying en el colegio, y en algún momento agredí mi cuerpo a raíz de eso”, recordó Yani.
“Esta disciplina, que llegó a mi vida en un momento en el que estaba buscando y explorando qué quería hacer; viajar y descubrir el burlesque, que es una invitación a expresarte como quieras con el cuerpo que tengas, fue un gran hallazgo, porque en la Argentina eso no pasaba, y por suerte es algo que ahora está cambiando. Es muy impresionante, porque aquél descubrimiento que se dio en mis años de residencia en Italia, despertó en mí una vocación, dado que jamás en la vida había pensado en dedicarme a esto”, rememoró la artista rosarina, quien al poco tiempo de acercarse a esta disciplina sintió la necesidad de transmitir ese conocimiento que finalmente la llevó, luego de un largo de recorrido y años de trabajo, a convertirse en la gran referente argentina en la materia. “Yo le decía a mi maestra: «Voy a volver a la Argentina y voy a abrir una academia», que fue lo que hice. El tema siempre fue cómo comunicar, pero el burlesque me ayudó también con eso, porque ni mis estudios de teatro o cine me habían permitido encontrar un lugar y sí me lo permitió esta disciplina y la cantidad de gente que, como yo, se sintió identificada con ese conocimiento y con mi manera de comunicarlo. Hoy en la Argentina hay cientos de personas que se acercan al burlesque y eso para mí es impresionante y el mayor de los logros, como lo es Burlesque Baires Show, que por suerte lo ven cientos de personas a diario, y se van entendiendo o aceptando que todo se construye desde el respeto por las diferencias que podamos tener en todos los órdenes de la vida”.
Mujeres empoderadas
Viviana Sáez, Yani Giovanetti y Jazmín Laport son tres mujeres que comparten adolescencias con ciertas exigencias desde lo físico y situaciones de discriminación por motivos diferentes, del mismo modo que un presente de aceptación y disfrute que se contagia en la platea, porque ellas se muestran como tres mujeres empoderadas.
“Me pasó con el burlesque que me ayudó a conectarme con mi cuerpo con total amor y libertad, dejaron de importarme las opiniones de los demás, independientemente que siempre hay comentarios que molestan”, expresó Jazmín Laport, la menor de las tres, que, también, llega al estreno empoderada porque su generación así lo marca. Y continuó: “El burlesque es una disciplina que te permite jugar con lo que te gusta pero también con aquello que no te gusta de tu propio cuerpo. Es una disciplina que te ayuda a mirarte al espejo, vestida o desnuda, y convencerte de que esa que ves, sos vos. Hacer un curso de burlesque es una invitación a relajarte y a disfrutar del cuerpo que tenés sin tantas restricciones, y poder entender lo que es un cuerpo saludable, porque no todos los cuerpos flacos lo son”.
Cuerpos políticos
Con respecto a los cuerpos que aparecen en el espectáculo, “incorporamos a chicas marplatenses que son modelos Plus Size (modelos de talla grande), que tienen un rol fundamental, del mismo modo que La Queen (una drag de Fuerte Apache que arrasa en las redes), con su propuesta singular y diferente a las demás”, expresó Yani, quien consideró que de algún modo están “educando en relación con los cuerpos a partir de esta obra”.
Y continuó: “No creo que el auge del burlesque sea casual en este momento en el que las mujeres estamos pensando distinto, nos plantamos de otra manera y sabemos que vamos a poder lograr muchas más cosas si aprendemos a ser más compañeras, a unirnos, teniendo en claro quiénes somos y qué queremos hacer con eso. Yo en su momento no escuché a nadie y fui por todo, y también me costó, porque muchas veces a las mujeres con cuerpos que algunos suponen dentro de cierta «normalidad» tampoco encajamos en ningún lado; hoy tengo cientos de mensajes diarios de gente que agradece por toda esta movilización que se generó a partir de esta disciplina que nos ayuda a mostrarnos como somos con total libertad, porque el burlesque nos da seguridad, empoderamiento, diversión y libertad, por eso me gusta decir que con mi cuerpo yo hago política. Y Burlesque Baires show es una prueba de eso: hay una nueva generación de vedettes en la argentina que somos las que hacemos burlesque que es diversidad pura. Aquí proponemos tres cuerpos, tres edades, tres tiempos de la vida diferentes”, dijo Giovannetti.
“A veces pienso que es tal el miedo de la sociedad frente al empoderamiento que hoy tenemos las mujeres que aún hay sectores que ni siquiera tienen ganas o pensaron en amoldarse a todos estos cambios que se producen y que están buenísimos”, sumó Jazmín.
“En lo personal, siempre fui flaca y alta, y como la sociedad te impulsa a que seas delgada, nunca padecí esa mirada que condiciona los cuerpos; de todos modos, como soy muy alta, mi altura no encajaba demasiado porque mido casi un metro ochenta, e incluso el dueño de una de las agencias de modelos más conocida, cuando tenía 17 años, me dijo que yo no iba a poder ser actriz por mi altura”, recordó Jazmín Laport. Y continuó: “Yo por suerte tenía claro lo que quería, estaba bien plantada, pero quizás a otra chica le arruinó el sueño”.
Respecto de esos mismos cánones que promueve la televisión y la falta de cuerpos disidentes, sobre todo en los horarios del prime time, la joven actriz analizó: “Creo que la televisión se está perdiendo una gran oportunidad de aggiornarse a la realidad del presente, donde deberían aparecer los cuerpos reales, de distintos tipos, con distintas formas; pero también los distintos géneros, porque sería mucho más interesante todo. En ese sentido, las tiras se quedaron un poco en el tiempo, siguen sin romper con ciertas estructuras. Hay que barrer con esa idea instalada de querer ser como es el otro, porque en definitiva cada uno es como es. Pero tampoco me gusta llamar cuerpos reales sólo a los cuerpos más rellenitos, porque en definitiva todos deberían ser considerados reales. Por eso es tan interesante el burlesque porque todos los cuerpos están, no hay que hacer ninguna diferencia o calificación”.
Burlesque para todes
Finalmente, Sáez habló del grado de identificación que aparece en la platea con cada uno de los momentos del espectáculo que presentan por estos días en Mar del Plata, pero especialmente con los cuadros de burlesque. “Se da esto de «por qué no yo…», cuando la gente me ve a mí como a los demás artistas involucrados en un cuadro de burlesque”, expresó la actriz y cantante. Y continuó: “Es maravillosa toda esta transformación que estamos viviendo a nivel social, no solamente la de los cuerpos y la aceptación, porque finalmente es el único cuerpo que tenemos y que nos va a acompañar toda la vida, sino también poder entender que el amor no tiene género. Y a mi edad poder transitarlo y poder descubrir un montón de cosas también acompañando a mi hija Jazmín, que es una millennials que nos enseña todo el tiempo un montón de cosas, es algo maravilloso. La gente que ve este espectáculo se siente muy identificada en relación con el mensaje que estamos dando, con la necesidad de propiciar un mundo que nos incluya a todos los seres humanos y que entre todos podamos entender que el amor es libertad”.